Aswan, Egipto: nuestra estancia en la isla de los nubios y la visita a Abu Simbel


27 de noviembre de 2022. Viajamos en tren nocturno 14 horas desde El Cairo siguiendo todo el Río Nilo hacia el sur hasta llegar a Aswan, una ciudad muy cercana a la frontera con Sudán. En el tren medio dormimos, estaba bastante cómodo pero se movía mucho y se paraba a cada rato así que era difícil conciliar un sueño profundo, pero se hizo lo que se pudo. Llegamos a la estación de tren de Aswan por la mañana, nos subimos a un taxi hasta un puerto del Río Nilo donde por menos de 5 pesitos nos iba a cruzar nuestro anfitrión del Aribnb que rentamos a Nubia Island, una isla pequeñita donde sólo habitan nubios, una cultura muy antigua procedente de Sudán y el sur de Egipto, y donde turistas como nosotros se alojan en pequeñas casas. En el puerto nos recibió nuestro anfitrión y subimos al bote público detrás de él. Mujeres se sientan de ese lado y hombres de este lado. Ya me estaba instalando en el lado equivocado así que me moví rápidamente al lado del barquito asignado para mujeres y cruzamos el río. Cuando el barquito se detuvo todas las mujeres esperaron a que los hombres se pararan y empezaran a salir para ellas después pararse y salir también, yo seguí su ejemplo, no quería ofender a nadie con mi ignorancia de turista.


Llegamos a la islita toda de piso de arena disparejo con puras construcciones bajitas, algunas de un piso y sólo unas pocas de dos pisos. Algunas con paredes de adobe, otras de ladrillo o concreto. Algunas pintadas de azul o blanco, otras sin pintar. Veía un poco de basura tirada en el suelo por aquí y por allá, y no podía evitar pensar En estos días que estemos pasando por aquí tendré que recoger algo aunque no pueda recoger todo, supongo que de algo servirá lo que recoja. Llegamos muy rápidamente al alojamiento y nos instalamos para descansar. Por fin habíamos llegado después del pesado trayecto desde El Cairo.

Ese día fuimos a comer delicioso a uno de los restaurantes instalados en la islita más que nada para los turistas. ¡Qué rica esta comida! Estos nubios sí le saben. Nos fuimos a dormir temprano porque el siguiente día iba a estar bien pesado. A las 2:40 de la madrugada sonó el despertador, nos alistamos, salimos al puerto a que un barquito nos cruzara el río y que la camioneta del tour nos recogiera para llevarnos al sur casi frontera con Sudán. Después de 4 horas llegamos a Abu Simbel a conocer uno de los templos más extraordinarios de Egipto tanto por su historia antigua como por la más reciente. En los 60 el gobierno hizo una presa e inundó una parte del territorio donde habitaba toda una población nubia con cientos de miles de habitantes que fueron desalojados de esa área y trasladados al desierto  tristemente su vida no ha vuelto a ser tan próspera como cuando vivían a un lado del Nilo. También había muchísimos templos egipcios y nubios que estaban en riesgo de quedarse bajo el agua. Organizaciones junto con la ONU se enteraron de esto y se unieron para rescatar los templos más importantes. Los dos que nosotros fuimos a ver en Abu Simbel los movieron bloque por bloque 60 metros arriba sobre la misma montaña donde estaban originalmente.

Primero vimos el templo de Ramsés II tallado en la montaña con unas esculturas gigantescas que se repetían dentro del templo, puras esculturas enormes de uno de los faraones más importantes que tuvo Egipto y sin duda el más longevo, vivió 90 años y gobernó 66 años durante el siglo XIII aC así que no es de sorprenderse que por todo Egipto se encuentren obras que él mandó a hacer y que sea uno de los más famosos. 

Entramos al templo repleto de turistas como nosotros admirando principalmente las enormes estatuas que decoraban cada columna y las decoraciones de las paredes de cada habitación del maravilloso templo.

Ramsés II mandó a construir también un templo a un lado del suyo para su esposa favorita, porque tenía muchas pero dicen que a ninguna quiso tanto como a Nefertari quien además de ser esposa del faraón se involucraba en la política, especialmente en las relaciones públicas en las que era muy buena. Gracias a ella se firmó la paz entre los egipcios y los Hititas, el primer acuerdo de paz entre dos naciones en el mundo. En la fachada de ese templo vimos esculturas de Ramsés II y de Nefertari representados del mismo tamaño lo cual no era nada común, normalmente el faraón era representado mucho más grande que cualquier otra persona lo que hace evidente la importancia que su esposa tenía para él. Recorrimos todo el templo por dentro que estaba decorado por todos lados. Y pensar que todo esto estaba 60 metros abajo y que si no hubiera rescatado estaría abajo del agua. No me lo creo.

Salimos de la zona arqueológica a las 10 de la mañana y notamos que ya no estaba entrando nadie. Al ser frontera con Sudán es zona relativamente conflictiva por lo que hay mucho control del ejército para la visita de esa zona. Regresando a la isla fuimos a comer a un restaurante donde el personal de restaurante era muy amable, un niño como de 2 años llegó a jugar con nosotros A este niño le encantan los turistas. Un señor nubio bien sonriente y amable empezó a platicar con nosotros en un español bastante bueno, y además sabía hablar francés, portugués, italiano, inglés, el árabe y el nubio. Todo un políglota que había aprendido el inglés y las lenguas latinas de años y años platicando con los turistas. Nos ofreció al día siguiente hacer un paseo en una de los barquitos a vela tradicionales nubios llamados falucca y la verdad que nos cayó tan bien el señor que le dijimos que sí.

Al día siguiente después de haber descansado por fin después de dos noches durmiendo a medias fuimos a encontrarnos con el señor Mustafá para el paseo en falucca. El paseo nos encantó, nos relajamos con el lento paso de la falucca y el poco ruido que había alrededor excepto cuando nos encontrábamos con algún barco a motor o con algún barco fiesta al que Mustafá respondía aplaudiendo y bailando. Este señor es sin duda una de las personas más simpáticas que hemos conocido en el viaje. Nos estuvo contando que él nació ahí en la isla donde viven alrededor de cuatro mil personas y que su idioma, el nubio, no se escribe sino sólo se habla. Entre los nubios viven musulmanes que son la mayoría pero también cristianos coptos y que se llevan muy bien, viven y conviven todos juntos sin ningún problema Aquí no hay extremistas, todos nos mezclamos y nos respetamos. A bordo de la falucca nos tocó ver un atardecer lindísimo, Atardecer en el Río Nilo, algo que me tenía que repetir en mi mente para creerlo.

Después de más de 2 horas de paseo regresamos a la isla, al mismo restaurante en el que habíamos comido en día anterior pero ahora parecía un lugar totalmente diferente, había música bailable y se veía mucha gente. Música nubia, hay una fiesta, es una boda nos dijo Mustafá aplaudiendo al ritmo de la música y animarnos a aplaudir también. Llegamos al borde, bajamos del barco y decidimos cenar ahí mismo, la música estaba muy buena y habían unas mesas disponibles en un área que no estaban ocupando los de la fiesta. Alfred se dio cuenta de que la música era en vivo ¡Wow! ¿En serio? No parece, se oye súper bien. Me fui a asomar para ver al que estaba tocando y luego luego los que estaban bailando me jalaron para que bailara con ellos y pues no puse mucha resistencia, ya ven que eso de bailar casi ni me gusta. Alfred al poco tiempo llegó a tomar video y también se lo jalaron. Estuvo divertidísimo y la música nos sorprendió de lo buena que estaba. Hasta pedimos el nombre del artista que luego buscamos en Youtube y sí tiene algunos videos, fácil podría ser muy famoso: Tamer Sahafa.

Fue una gran experiencia hospedarnos en esa isla de nubios, gente lindísima con la que nos hubiera gustado convivir más tiempo. Nos llevamos recuerdos increíbles.

La opinión de Alfred sobre Aswan:


Lo mejor: Obviamente el templo de Abu Simbel, es increíble lo espectacular que es, lo grande que es por dentro y por fuera pero también saber que lo trasladaron piedra por piedra de un lugar a otro para rescatarlo y que no se inundara

Lo peor: Está muy lejos de todo. 14 horas en tren, 4 horas en bus, hay que levantarse a las 3 de la mañana para ir a Abu Simbel. Sí requiere un buen esfuerzo mental para ir hasta allá.

Lo más chistoso: Lulú se coló en una boda nubia que estaban celebrando en un restaurante. Le dije que fuera a ver tantito porque la música era en vivo y 2 minutos después ya estaba bailando entre los invitados.  














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