Eje Cafetero, Colombia

15 de noviembre de 2021. ¿Cómo pensar en Colombia sin pensar en un delicioso café? Colombia no es el primer productor de café del mundo, pero sí es el que produce el de mejor calidad. Estando en Colombia no podíamos dejar pasar la oportunidad de visitar el Eje Cafetero y aprender de esta bebida deliciosa. Nos fuimos en un tour en autobús desde Bogotá saliendo a las 10 de la noche para llegar a nuestra primera parada a desayunar a las 7 de la mañana. A medio camino el autobús se detuvo para que fuéramos al baño, tomar y comer algo, yo en los autobuses y aviones suelo dormir muy mal mientras que Alfred duerme plácidemente como angelito muerto. Yo medio podía abrir los ojos, pero me levanté del asiento, bajé las escaleras del autobús y a penas poniendo el pie en el suelo me encuentro en frente de mi cara con una mano sosteniendo un tenedor de plástico y un pedazo de algo café. Mi única reacción fue levantar la mano en señal de No quiero nada, ni pude hablar en ese momento. Alfred fresco como lechuga se acerca a mí ¿Probaste el lechón? Está bien rico. ¿Qué? ¡Ah! Lo que me ofrecían, no entendí qué me estaban ofreciendo. Sí terminamos comiendo algo de lechón y seguimos el camino hacia el Eje Cafetero.

Después del desayuno nos llevaron a los Termales de Santa Rosa en donde nos recibió un jardín muy bonito con un pequeño río pasando a un lado de nosotros, de pronto que se va asomando una montaña repleta de vegetación con una cascada espectacular como velo de novia, algo bellísimo que parece de cuento. A unos metros de la cascada vimos las albercas con las aguas termales en donde toda la gente se veía relajada y feliz. Decidimos ir primero a la cascada que sospechosamente no estaba sacando vapor evidencia del agua caliente, primer pie en el agua ¡Está bien fría! Así es, la cascada no tenía nada de termal, es gran parte del atractivo del lugar por su belleza pero no es una cascada de aguas termales. Me vi obligada a aventarle agua a Alfred para que se mojara todo porque no se metía a más de la mitad del cuerpo, yo cumplí con meterme hasta la caída de la cascada y me salí de volada para disfrutar juntos de esas aguas termales que además están repletas de minerales beneficiosos para la salud.

Ya en la noche bien cansados por la dormida a medias en el autobús nos llevaron a hospedarnos un hotel bien bonito a cenar y a reponer fuerzas para nuestro segundo día de tour que empezó en el Parque Recuca (Recorrido de la Cultura Cafetera). Nos anunciaron la llegada y al bajar nos topamos con un letrero enorme "La Putería" ¡Ay caray! ¿No íbamos a un parque familiar? ¿Qué clase de tour es éste? ¿Será que nos confundimos de autobús? Pero no, íbamos a con las mismas familias del día anterior que hasta niños llevaban. Todos se empezaron a tomar fotos con la decoración de la entrada y nosotros, los mexicanos, éramos los únicos riéndonos del letrero y tomándonos fotos con él Mmmm se me hace que en Colombia la palabra putería no signifca lo mismo que en México. Oiga ¿qué quiere decir en Colombia "Putería"? Es algo así como "la mejor". En ese momento ya todo tuvo sentido. En el Parque Recuca nos dieron un recorrido guiado, no hay de otra, que fue muy interesante y muy divertido. Ahí nos disfrazaron con ropa típica de la región, nos pusieron a bailar, también llamado hacer el ridículo, a recolectar frutos de café, y nos explicaron todo el proceso. Aprendimos que Colombia produce el mejor café del mundo porque su proceso de recolección es manual, fruto por fruto, y que al tener las semillas de cacao secas las vuelven a elegir de manera manual. Los mejores granos de café se exportan sin tostar para que cada país haga el tostado a su gusto, y Colombia se queda con el resto para consumo nacional. Así que paradójicamente, aunque Colombia produce el mejor café no es en Colombia en donde se bebe el mejor café, habrá que ir a Finlandia, Suecia o Dinamarca para tomar el mejor café Colombiano.

La siguiente parada en el tour fue el pueblo de Filandia, no Finlandia. Bajamos del autobús en el centro de un pueblito encantador con la típica arquitectura colonial de la región del Quindío, que no tiene mucho que ver con la arquitectura colonial que vemos en México. Éstas son casonas de dos pisos con decorados en puertas y ventanas con una combinación de dos o tres colores, teja en los techos y balcones de madera. Alfred y yo recorrimos muy emocionados las dos o tres calles del pueblito, nos encantó la decoración y cuidado de cada una de las casonas que ahora son tiendas, restaurantes y cafeterías. En algunas de las casonas pusieron flores en los balcones o en macetas suspendidas que hacían todavía más bello el paisaje, realmente un pueblito hermoso que nos encantó visitar.

Al día siguiente y como última parada fuimos al Parque del Café, que es la atracción principal de la zona. Todo lo que platicaré a continuación está dentro del mismo parque, no crean que son lugares diferentes, no, este parque lo tiene todo para todos. En el mapa del parque vimos que tenían unas montañas rusas y, si bien a mí me gusta subirme a las montañas rusas, siempre me da miedito cuando estoy en la fila ¿Podemos primero ir a las montañas rusas? Para ya subirnos, bajarnos, y ya no estar pensando en eso el resto del día. La que me daba más miedito es una que tiene una bajada de más de 90°, no es exageración, tenemos evidencia. No había fila así que no pude ni pensarlo, ya estaba yo sentada y amarrada cuando empezamos a subir y subir mientras yo decía No pasa nada, todo está bien, todo relajado oooohhh, bajada, vuelta, otra vuelta, subida, bajada, vuelta y fin. ¡Uhuuu! Estuvo bien divertido. Alfred, te vuelves a subir y ahora yo te tomo video. Después de eso fuimos a reírnos como niños a los carritos chocones, a sentir adrenalina a los go-karts donde yo gané por supuesto, a comer en una antigua estación de tren, a hacer una caminata relajante a un sendero donde vimos un pájaro carpintero, un tipo capibara pero más pequeño, un quetzal increíble volando en libertad bajo los ojos estupefactos de Alfredo, estas últimas fueron palabras de Alfred, iguanas, y hartos pajaritos de todos colores y sabores, luego fuimos a ilustrarnos otro sendero donde te explican por estaciones todo el proceso del café, y por último visitamos el museo del café para reforzar todo lo aprendido. Acabamos tomando una obligada, esperada y ansiada tacita de café Colombiano admirando el paisaje del Eje Cafetero de Colombia.

El viajero Alfred nos da su opinión:

Lo mejor: El parque Recuca donde te enseñan todo el proceso del café desde su cultivo hasta su correcta preparación. Me di cuenta de que he tomado café de manera incorrecta todo este tiempo, gracias Nescafé.

Lo peor: Para probar el buen café Colombiano tienes que viajar a otro continente. Aquí no hay.

La anécdota más chistosa: A Lulú se le ocurrió hacer una videollamada con sus papás estando en el Parque del Café y ¿por qué no? con el altavoz a todo volumen mi suegra diciendo "Lucita, pero tú dices que el café de Costa Rica es mejor que el de Colombia, ¿verdad?" estando en Colombia, en el Eje Cafetero, en el Parque del Café, en una cafetería. No podría peor lugar en todo el mundo para decir algo así. Sólo sentí las miradas de todo el mundo dirigiéndose hacia nosotros de manera agresiva.

La mayor inconformidad: Como íbamos en tour con todas las comidas incluidas fue imposible comer algo de verdura. Todo era gordo, incluyendo a una familia de colombianos en el tour súper bacanos (buena onda) que parecía que su intención era engordarnos porque nos regalaban a cada rato comida chatarra típica de Colombia.

Termales de Santa Rosa



Parque Recuca


























Filandia

















Parque del Café




























Comida que probamos










Comentarios

  1. el mejor café es el que se toma con los 5 sentidos! por eso disfrutamos el café para llevar por los recuerdos!

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