Quito, Ecuador


30 de noviembre de 2021. Quito, capital de Ecuador, fue nuestra última parada en ese país, habíamos ya visitado una buena parte de lo más turístico del país y no habíamos dejado de sorprendernos con todo lo que se puede ver y hacer en Ecuador y que no teníamos ni idea. Íbamos con la idea de que visitar Quito era ver un centro bonito e iglesias barrocas, muy parecido a lo que ya habíamos visto en México, pero estábamos muy equivocados, definitivamente no era lo mismo. No por nada el centro histórico de Quito fue declarado Patrimonio de la Humanidad desde 1978. Ahí conocimos lo que le llaman la escuela quiteña, una mezcla de arquitectura que resultó de los conocimientos prehispánicos y lo que llevaron los españoles. Ahí en general las iglesias por fuera nos parecieron sencillas, pero al entrar empieza el show, es impresionante que en una misma iglesia te encuentres con estilo barroco, mudéjar, churrigueresco, neoclásico y estilos prehispánicos. Hicimos un tour guiado caminando con un guía verdaderamente bueno que nos dio un recorrido de casi 4 horas, él y nosotros nos retroalimentábamos en la emoción, nosotros de aprender y él de enseñarnos. Quizás lo más curioso que vimos en el tour fue la Basílica del Voto Nacional, empezando por el nombre ya es algo raro, es una iglesia que se construyó con dinero de gente ecuatoriana sin dinero ni autorización del Vaticano, no sabía que esto se pudiera, de estilo gótico que en el lugar de gárgolas típicas tiene animales de Ecuador, que en la fachada tiene esculturas de civiles y que tiene escudos de países de Latinoamérica. ¿Ese de ahí es el escudo nacional mexicano? ¿No es ilegal que el escudo se use en monumentos eclesiásticos? Así es, una iglesia muy particular en todos sentidos. Además en esa iglesia el guía nos llevó por unas escaleras un poco terroríficas para subir una de las torres y ver todo Quito desde ese mirador, pero como ya habíamos pagado tuvimos que hacernos los valientes y subir, supongo que si es un sitio turístico no es tan peligroso como parece. En el tour el guía también nos llevó a probar el mejor chocolate del mundo mundial porque el mejor cacao del mundo es el ecuatoriano, y de verdad estaba delicioso, queríamos comprar toda la tienda pero sólo compramos una barrita. En la noche quedamos de vernos con Juan Pablo y David, amigos de de Paco mi hermano. Al final David no pudo ir pero nos estuvo ayudando en todo el viaje con recomendaciones no sólo para Ecuador sino para otros países de Sudamérica, y Juan Pablo ultra buena onda nos consintió llavándonos a una de las zonas modernas más populares y con vida nocturna de Quito, de esos lugares que como turista uno no conocería donde cenamos una pizza tropicalizada con ingredientes ecuatorianos.

Ya que estábamos en Quito teníamos que visitar la línea ecuatorial, si no lo hacíamos todo el viaje en este país dejaría de tener sentido. Bueno, no tanto, pero sí es una curiosidad que llama la atención y que está entretenido visitar al menos una vez en la vida. Así que fuimos a la Ciudad Mitad del Mundo, o también llamada por mí la Ciudad del Fin del Mundo porque está bien lejos del centro de Quito. ¡Ohhh! ¡Está enorme el monumento! Yo pensé que era chiquito, solamente un obelisco o algo que asi. En lugar de una escultura que simplemente marcara la línea ecuatorial nos encontramos con un edificio de 6 pisos que tiene todo un museo adentro sobre las culturas originarias de Ecuador y la historia del monumento y, por supuesto que tiene marcada en el suelo la famosa línea del Ecuador separando hemisferio norte y sur. Alfred y yo nos tomamos nuestras respectivas fotitos que no podían faltar en la línea que iba a dividir nuestro viaje entre norte y sur. Un dato curioso es que esa línea no es la correcta porque cuando se construyó el monumento no habían mediciones tan exactas, la correcta está a 200 metros aprox y pues ni modo que cambien todo lo construido de sitio, si los turistas quieren su foto, que la tomen sobre una línea turística y ya. El resto de Ciudad Mitad del Mundo son tiendas y museos no muy bien aprovechados y algunos medio abandonados. Creemos que podrían aprovechar para hacer algo mucho más atractivo, tiene todo el potencial para crear un parque de diversiones alrededor del concepto mitad del mundo. Ojalá que algún día lo hagan para que sea una atracción mucho más interesante de lo que ya es por sí sola.


En Quito por nuestra cuenta intentamos entrar a algunos museos e iglesias según la información de internet, pero toda la información variaba y toda estaba mal. Nota para visitar Ecuador, no confíes en los horarios que salen en internet, ni siquiera en la páginas oficiales, ni en los letreros afuera de los edificios, ni en los horarios que te dicen en sitio, llega temprano y punto. Había un sitio arqueológico que queríamos visitar en Quito, en Google Maps decía que cerraba 6:00pm, en páginas de internet decía que cerraba 4:30pm y al llegar nos dijeron que había cerrado a las 3:00pm, todo mal. En una de las iglesias que queríamos visitar decía que estaba abierta de 9am a 7pm, llegando nos dijeron que el horario era de 10am a 5pm y al día siguiente llegamos 9:30am y ya estaba abierta. Les gusta hacer las visitas impredecibles y emocionantes. Finalmente sí entramos a la Iglesia de la Merced, de Santo Domingo y la joya que es la Iglesia de la Compañía de Jesús que ya sólo ofrece una misa al día y el resto del día es museo, es una cosa verdaderamente extraordinaria que vale la pena visitar porque además de su belleza tiene mucha historia que te cuenta el guía del sitio, desde la historia de la fundación de la Compañía de Jesús, la construcción de la iglesia y un retablo que se incendió en 1996.

Ya el último día en Quito y en Ecuador fuimos a tomar el teleférico que sube al volcán Pichincha a una altura de 4000msnm. Al ir subiendo íbamos viendo más y más de Quito, pero el teleférico no se detenía, seguíamos subiendo sin parar, a mí ya hasta miedito me daba de lo alto que se veía todo, parecía que íbamos en avión, creo que nunca había visto una ciudad a esa altura que no fuera desde un avión, es algo espectacular. Es tan eficiente y llega tan alto que en temporada navideña lo usa el trineo de Santa Claus, nos lo topamos y tomamos evidencia para quien no nos crea. Mucha gente sube en el teleférico para después llegar hasta la cima del volcán en una caminata de 3 horas aprox. El teleférico ya te hace gran parte del trabajo. Nosotros no fuimos hasta la cima por el tiempo pero sí fuimos a los miradores y al terrorífico llamado "columpio entre las nubes". Cuando me subí al columpio mis pies no tocaban el piso, me empecé a balancear y una vez que agarré vuelo ya no me podía detener yo sola y aunque habían todavía muchos metros para el barranco y la verdad no es peligroso, la vista de la ciudad tan abajo me hizo sentir que si me aventaba del columpio seguro me moría. Alfred, ¿ya tomaste las fotos? ¿ya me puedo bajar? ¿me ayudas a detener mi columpio? No alcanzan mis pies. Y así cerramos con broche de oro nuestra increíble visita a Quito y a Ecuador que nos dejó impresionados con todo lo que tiene que ofrecer para el turismo y que no sabíamos en absoluto. Comimos comida deliciosa, conocimos gente lindísima y nos llevamos experiencias que no habíamos tenido en ningún otro lugar ¡Gracias Ecuador!

Quito en opinión del viajero Alfred:

Lo mejor: Su centro histórico súper bien cuidadito.

Lo peor: El tráfico que se arma adentro del centro, ya deberían de volver más calles en peatonales.

La anécdota más chistosa: Salimos a comprar una empanada tradicional de Quito y que nos salen una cosa de 60 cms de ancho por 30 cm de alto. Mejor ya no la compramos, sólo nos tomamos foto con ella.

La mayor inconformidad: Los horarios de visita de los lugares no están bien en ningún lugar, no se puede planear.










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