Arequipa, Perú: joya de ciudad colonial, minas de cantera y el gran Cañón del Colca

Arequipa es una ciudad de la que todos los peruanos nos decían que era muy bonita y que nos iba a gustar así que llevábamos altas expectativas pero desgraciadamente no empezamos muy bien la visita. El autobús de Ica a Arequipa se retrasó 2 hermosas horas, nuestro plan era pasar la noche durmiendo en el bus para llegar a Arequipa a las 7am, desayunar y llegar a tiempo al walking tour por el centro de Arequipa a las 10am. Según nosotros teníamos tiempo de sobra, pero con el retraso del autobús ya ni desayunamos y por más que nos apuramos llegamos al lugar de la cita 10:15am. Ya nos habían dejado. ¡Ay no! ¡Qué triste! Lloremos amargamente, ya se arruinó el resto del viaje. Y ya, decidimos que no haríamos nada en Arequipa. Luego recapacitamos porque teníamos mucha hambre, así que de consolación nos fuimos a desayunar y pudimos apartar otro tour para las 2:00pm esperando a ese ya no llegar tarde. Después de un rico y animador desayuno visitamos el Monasterio de Santa Catalina, lo que veíamos más recomendado en Arequipa y no es por nada. Llegamos con la expectativa de conocer un monasterio bonito como otros pero nos encontramos con que este monasterio era todo un pueblo por sí solo, llegó a tener 1200 habitantes, de los cuales sólo 200 eran las religiosas y el resto eran estudiantes y personal de servicio. Ahora las religiosas ya eran muy pocas y ocupaban una muy pequeña parte del monasterio, el resto se lo rentaban a la empresa que lo hizo museo para poderlo conservar y mostrar a los turistas curiosos ese bonito pueblo que estaba cerrado por completo y las reliquias religiosas que guardan en él.


Ahora sí, a las 2 de la tarde llegamos para nuestra segunda oportunidad de tour guiado por la muy bonita ciudad de Arequipa, nos llevaron al mercado a conocer comida típica del lugar, frutas y verduras locales, y a probar el famoso queso helado que sí es helado pero que no sabe a queso, ni es de queso, sólo parece queso. También fuimos a un museo-tienda de alpaca donde nos enseñaron la diferencia entre los camélidos que hay en Perú: llama, alpaca, vicuña y guanaco. Básicamente sólo la llama y la alpaca son domesticables, y de las dos la alpaca es la más chaparrita, tierna, abrazable y fotografiable.

Al día siguiente hicimos un tour por la ruta del sillar, lo que nosotros le llamamos cantera. Gran parte de Arequipa está construida de bloques de sillar blanco, en parte por eso se le llama la ciudad blanca y en parte porque en la colonia todos sus habitantes eran españoles. Ya saben cómo a los españoles les encantaba segregar a los indígenas y quedarse con los mejores lugares. En la ruta del sillar nos llevaron a un pequeño cañón muy peculiar que se ha formado por las aguas que caen durante unos pocos días al año en la temporada de lluvias y tallan la cantera rosada formando pasillos sinuosos de formas muy interesantes. 

Finalmente nos llevaron a una parte de la mina que la están dedicando al turismo, trabajadores hacen esculturas de sillar para que los turistas se tomen fotos con sus figuras favoritas. Estamos seguros de que le pueden sacar gran provecho a esto y hacer algo increíblemente atractivo, y de hechos nos dijeron que tenían la intención de hacer lo que podría conocerse como el Petra Sudamericano ¡Uf! ¿Te imaginas? Estaría increíble que tallaran en la cantera iglesias y casas típicas completas.

El 24 de diciembre seguimos paseando por Arequipa conociendo iglesias maravillosas y museos interesantísimos. En la tarde nos vimos con Nydia, el mismo ángel que nos prestó el departamento en Lima, ahora para comer y celebrar la Navidad porque en la noche había toque de queda y había que estar a las 11:00 pm todos encerraditos en sus casas esperando la llegada de Santa. Pero antes de resguardarnos fuimos a la misa de Navidad en la Catedral de Arequipa con la esperanza de escuchar el maravilloso órgano de 12 metros y 206 tubos originario de bélgica e instalado en Arequipa en 1854. Del taller Loret de donde fue fabricado sólo 10 órganos se consideraron de calidad excepcional y sólo éste fue instalado fuera de Europa así que no podíamos dejar de pasar la oportunidad de escucharlo. Buenas tardes, ¿en la misa de Navidad estará tocando el órgano? Sí, lleguen temprano para que tengan lugar. Así lo hicimos, llegamos temprano a la Catedral ansiosos por escuchar el órgano pero, cuando empezó la misma y con ésta el coro, el órgano seguía callado y ningún organista se había sentado a tocarlo. Mmmm creo que nos mintieron, no vamos a escuchar el órgano, qué chafa. Lo que sí fue interesante es que la misa la dio el Arzobispo de Arequipa así que sacaron la artillería pesada que era lo más suntuoso que habíamos visto jamás en una misa: la vestimenta del Arzobispo, la mitra, el báculo, la Biblia y demás lleno de oro, plata y piedras preciosas, tal y como dicen las enseñanzas de Jesús.

Después de nuestro descanso obligado del 25 de diciembre, fuimos a hacer un tour hacia el Cañón del Colca que es uno de los más profundos del mundo con 4,160 metros en su parte más profunda. En el camino entramos primero a la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca donde asombrados pudimos ver muchísimas vicuñas, parecidas a las llamas, en manadas y en total libertad en extensiones enormes de tierra, un espectáculo que habría sido simplemente maravilloso de no ser por la triste imagen de basura acumulada a todo lo largo de la carretera.

En la noche nos hospedamos y cenamos en Chivay, un mini pueblo con danzas muy peculiares como la danza del wititi que pudimos ver representadas en un restaurante, esta danza nos pareció muy curiosa y divertida porque el hombre se pone falda simulando ser una mujer para poder cortejar a la chica con la que está bailando y que los papás piensen que está bailando con una amiga. Qué buena idea ¿no? 

Al día siguiente en el camino al Cañón del Colca nos llamó la atención que todo el valle estaba lleno de terrazas incas dedicadas a la agricultura hasta el día de hoy, y es que los incas desarrollaron unas técnicas agrícolas que quizás sean las más avanzadas de toda civilización antigua, asegurando el riego constante y permitiendo evitar heladas e inundaciones mediante estas increíbles terrazas que forman un paisaje muy peculiar y muy bonito a la vez. 

Finalmente llegamos al tan esperado Cañón del Colca, no estuvimos en la parte más profunda, porque para eso había que hacer un tour como de 7 días caminando muchísimo, nosotros nos fuimos por una opción más fácil, corta y económica. Llegamos a un mirador desde donde admiramos el increíble paisaje de montañas interminables formando un cañón del que a penas veíamos el fondo tan lejano que perdíamos por completo la noción de la distancia. Desde este mirador, si tenemos suerte, podremos ver el impresionante cóndor de los Andes que puede llegar a medir hasta 3 metros de ancho con sus alas abiertas. Los vamos a dejar aquí una hora. Ojalá que el cóndor se deje ver. Mientras Alfred y yo admirábamos el paisaje pasaba el tiempo y nada, ningún cóndor se dignaba a asomarse. Cuando habían pasado 50 minutos ya estábamos resignados pensando que no veríamos nada, ya íbamos de regreso y de pronto me entretuve viendo un curioso escarabajo ¡Lulú, Lúlú! ¡Voltea, un cóndor! Justo iba pasando arriba de nosotros, planeando con sus enormes alas, magnífico y hermoso. ¿Le tomaste foto? No, preferí disfrutarlo en vivo mientras pasando, confiaré en mi memoria.

Lo mejor: El Cañón del Colca estuvo increíble, sobre todo porque pudimos ver cóndores en su hábitat natural y que uno de ellos nos pasó por arriba de la cabeza.

Lo peor: La basura en las carreteras, el colmo era la basura en la reserva donde viven vicuñas y alpacas entre otros animales, y tristemente las ves comiendo entre basura.

La anécdota más chistosa: En Chivay fuimos a unas albercas de aguas termales y al salir el guía del tour nos detuvo para preguntarnos si habíamos visto a una señora y su hijo, y justo en ese instante que se aparece un colibrí gigante de los Andes que no es tan común de ver, y a la pregunta del guía sólo podía mover la cabeza en forma negativa mientras pensaba "¡Colibrí gigante!"

La mayor inconformidad: El autobús de Ica se retrasó 2 horas y tuvimos que estar todo ese tiempo parados en el estacionamiento de la terminal preguntando si ya llegaba el autobús. Ahí la terminal está bien chiquita y fea, y nadie te avisa cuando llega o sale un autobús, entonces o estás atento o te deja.














Comentarios

  1. Muy descriptiva y amena tu forma de narrar. Estoy participando de su viaje

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    1. ¡Qué bueno que te guste y gracias por acompañarnos en esta aventura!

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