Cusco, Perú: la majestuosa capital del imperio inca

Después de todo lo que ya habíamos visto en Perú no creíamos que se pudiera poner mejor, ¡Creo que ya lo hemos visto todo en este país! Ya sólo nos falta Machu Picchu que seguro está increíble. Pero no sabíamos lo que nos esperaba en Cusco. Nuestra visita empezó con una visita guiada a la ciudad, nuestro grupo conformado por una familia de argentinos y una pareja de españoles, todos con mal de altura porque Cusco está a 3400 msnm, incluso una argentina no llegó al tour porque se quedó en el hotel con oxígeno, tanto así les afecta a algunas personas, sobre todo si llegan de vivir al nivel del mar. Así que el tour lo hicimos despacio y con muchas pausas, el guía nos daba mucha risa porque empezaba hablando de los incas y a los 5 minutos ya estaba hablando de las protestas actuales en Perú, y además algunos de los datos que nos daba eran dudosos. Fuera de eso estuvo muy bien que nos enseñara las partes más importantes e impresionantes del centro de la ciudad. Gran parte de las construcciones del centro de Cusco tienen la base y sus paredes de construcción inca y el resto de construcción colonial, lo cual le da un aspecto curioso y bonito a la vez, algo único. Algunas de las construcciones incas eran increíbles palacios de piedras enormes perfectamente pulidas y ensambladas para soportar el paso del tiempo hasta el día de hoy. ¡Wow! Qué bonita ciudad, tan bien conservada. Bien vale la pena conocerla.


Después nos fuimos a visitar Machu Picchu y lugares cercanos, pero como es mucho lo contaré en otra publicación. Cuando regresamos a Cusco visitamos el Convento de Santo Domingo o Qorikancha que nos habían recomendado como un imperdible de Cusco aunque no sabíamos bien por qué. Cuando entramos nos dimos cuenta de que partes de paredes del convento eran incas, a esas alturas para nosotros ya era inconfundible esa manera de montar piedra sobre piedra perfectamente ensambladas. Resulta que Qorikancha era el templo inca más importante de todos, en el mundo inca aplicaba decir "todos los caminos conducen a Qorikancha" porque, tal cual, a partir de este sitio se había construido el resto de los templos, fortalezas y demás, todos alineados a Qorikancha. Después llegaron los españoles y al ver edificaciones tan bien hechas con piedras tan pesadas, decidieron mantenerlas en parte y construir un convento sobre éstas, en 1950 un terremoto destruyó parte del convento pero los magníficos muros de los templos incas prevalecieron. Impresionante ¿no?


Al día siguiente nos levantamos 3:30am para visitar en tour la Laguna Humantay, laguna formada por el deshielo de un glaciar. Un par de horas de camino en bus y una caminata de 4 kms para llegar a la laguna, la gran mayoría de la caminata fue subida del terror por montaña, pero estábamos seguros de que el paisaje iba a valer la pena, o eso esperábamos. Y sí, llegamos a una laguna de agua azul al frente, arriba el glaciar y a los lados montaña ¡Hermoso! Un paisaje que al llegar paraliza, todo nuestros sentidos puestos en él. En nuestro grupo iba un señor como de 65 años, ¡Uy! ¿Sí sabía ese señor a lo que venía? La verdad no creo que suba o lo hará a caballo. Pero nuestra sorpresa fue saber que sí subió todo a pie, lento pero seguro. Qué admirable, no cabe duda que edad y vejez no es lo mismo. Y nosotros, sólo para demostrar nuestra juventud, subimos todavía un poco más a lo lado de la laguna para apreciar otro ángulo del mismo paisaje.

Al otro día nos tocaba un poco de cultura, así que visitamos un sitio arqueológico único en el mundo: Moray, un laboratorio botánico inca. ¿Un qué? Sí, los incas eran unos atascados y querían sobresalir en todo, eran el niño nerd del salón. Moray es un sitio en donde los incas, por medio de la construcción de terrazas, crearon micro climas con hasta 5 °C de diferencia en donde hacían experimentos con los cultivos y creaban nuevas variedades de papas, maíz, etc. Se cree que los resultados de estos experimentos les servían para decidir qué cultivar en cada región según su clima y altitud.

Después, para seguir con el tour "lugares únicos para sorprender a tus amigos" fuimos a a las salineras de Maras ¡Mira por la ventana! ¡Ya se ven hacia abajo las alberquitas de sal! Un paisaje muy peculiar esas pequeñas pozas delimitadas por rocas y adobe que se llenan naturalmente por un río subterráneo de agua salada. Las primeras fueron construidas por una cultura pre incaica, después llegaron los incas, les pareció buena idea y construyeron más, después llegaron los españoles, les pareció buena idea y construyeron más siendo hoy más de 3000 pozas que producen una sal para consumo humano de excelente calidad. No pudimos evitar comprar una pequeña bolsita para condimentar nuestras comidas durante el viaje.

Al día siguiente de nuevo nos tocó desmañanarnos de nuevo y hacer un poco de esfuerzo físico para subir a ver la Montaña de los 7 Colores. ¡Qué maravillosa es la naturaleza! Por más que hemos visto paisajes hermosos siempre nos emocionan los nuevos paisajes que vemos, todos son únicos e increíbles. En esta ocasión el paisaje que nos ofrecieron estás montañas era algo que nunca habíamos visto y que tanto la caminata en ascenso como el frío valieron muchísimo la pena. Se le conoce como la montaña de los 7 colores por la presencia de varios tipos de minerales bien formaditos en franjas de colores rojos, rosas, verdes, morados, amarillos. Simplemente impresionante. Estábamos tan maravillados que el frío no nos importaba, incluso empezó a nevar un poco pero no nos queríamos ir, queríamos seguir disfrutando de esas montañas mágicas.

Por último, para despedirnos de Cusco hicimos un recorrido a los sitios arqueológicos cercanos a Cusco. Como nos recomendaron, un taxi nos llevó al más lejano llamado Tambomachay, donde el emperador inca iba a descansar y una maravilla de la ingeniería inca porque, de algún lugar que no se sabe, se desvía un río para llevar agua hasta este templo dedicado al agua donde ésta corre de manera continua y totalmente controlada desde hace 600 años. Desafortunadamente gran parte está destruido o sin descubrir y la visita nos tomó como 10 minutos, y eso que nos tardamos observando el lugar. De ahí cruzamos la carretera para entrar a Puka Pukara, cuyo mayor atractivo, unos pasadizos subterráneos, estaban cerrados por Covid. ¿En serío? ¿Cierran por Covid? ¡Pero si ni gente hay! No sé si lo cierren porque ahí especialmente se acumula el virus o porque quieren recordarle a los visitantes que seguimos en pandemia. Pero bueno, fuera de esa decepción es un lugar estratégico desde donde se ve gran parte del valle de Cusco y que era una fortaleza para controlar el acceso a Cusco y cuidar al emperador Pachacutec cuando iba a Tambomachay para descansar.

Por último, para mover nuestras piernitas y por codos, desde Puka Pukara nos fuimos caminando unos 3 kms al último sitio arqueológico llamado Saqsaywaman. La verdad ya habíamos llegado con bajas expectativas pensando que sería algo similar a los sitios anteriores pero resultó ser la joya de la corona de Cusco. ¡Pero qué es esto! No puedo creer lo que estamos viendo. Una fortaleza de muros construidos de piedras enormes de hasta 7 metros de alto y 100 toneladas de peso que una vez más encajaban perfectamente bien unas con otras. Aquí definitivamente el emperador Pachacutec  se volvió loco y llevó al extremo la construcción con mega rocas. Jamás me imaginé algo así, ¿por qué no sabíamos de este lugar? Es una locura. Después de estar horas imaginando cómo miles de hombres trabajaron para construir esa fortaleza decidimos regresar a Cusco a comer. 

Ya íbamos de salida de Saqsaywaman cuando empezó a granizar, sacamos nuestros impermeables y nos pusimos debajo de unos árboles semi frondosos con cara de perritos tristes esperando a que pasara, pero cada vez granizaba más y más fuerte hasta el punto de que nuestros refugios naturales ya nos nos servían de mucho y todo lo que el impermeable no cubría, piernas y pies, acabaron empapados y congelados. Después de una hora que nos parecieron como ocho, finalmente dejó de granizar ¡Vaya! Creí que esta granizada nunca terminaría. Vámonos a comer que muero de hambre. Seguimos caminando mojados y fríos pero aprovechamos para ir de paso por las estrechas calles y callejones del Barrio San Blas, un barrio colonial muy lindo por el que se antoja sólo caminar sin importar a dónde te lleve cada calle. Paramos a tomar una tradicional chicha y a comer algo antes de resguardarnos en el alojamiento que rentamos para tomarnos un buen baño caliente, que al final fue baño tibio, y descansar un poco para seguir al día siguiente con nuestra aventura hacia Puno.


La opinión del viajero Alfred sobe Cusco y alrededores:

Lo mejor: Es una ciudad muy limpia, muy agradable para caminar, se come muy bien y está llena de historia. En especial Saqsaywaman con su construcción de piedras monumentales que te hacen preguntarte si alienígenas ancestrales construyeron todo.

Lo peor: El clima es extremadamente cambiante, amanece lloviendo, sale el sol, calor, frío, llueve, sol, granizo. El sol te quema por la altura.

La anécdota más chistosa: Lulú pudiendo haber ido al baño en el hotel, en el restaurante del desayuno y en otros lugares decentes y cómodos, decidió que el único lugar en donde podía ir al baño era en la Montaña de los 7 Colores en un baño peor que sanirent en medio de la nada.

La mayor inconformidad: En Saqsaywaman me empapé los jeans y los tennis y hacía mucho frío, pero además en el departamento que rentamos justo ese día no había agua caliente y me tuve que bañar con agua tibia. Casi muero de hipotermia.












Comentarios

  1. Hermosas fotos y una narrativa muy interesante. Me pregunto si recordarán los nombres de los lugares Lu y Alfred

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Jaja hay nombres muy complicados que seguro se nos van a olvidar! Pero podremos consultar el blog y recordar un poco. Un abrazo :D

      Borrar
  2. de nada brother! ya ves porque te preparé una regadera con agua fresca, para que aguantaras el viaje!

    ResponderBorrar

Publicar un comentario