Ica, Perú: Oasis en el desierto, Líneas de Nasca, Islas Ballestas y mucho pisco

Nuevamente viajamos al desierto ahora para visitar la ciudad de Ica y alrededores, pero sobre todo para degustar el pisco, delicioso destilado ícono de Perú que se produce principalmente en la provincia de Ica a partir de uvas. Por supuesto que no esperamos ni un día para ir a una de las bodegas de producción de pisco, al llegar nos dieron una explicación sobre el proceso de producción que creo que no entendimos muy bien porque solo estábamos pensando ¿A qué hora va a empezar la degustación? Esta explicación lleva horas, las personas de allá ya están degustando, ya, pon atención. Después de 15 eternos minutos de explicación a la que nosotros añadimos unas preguntas para parecer interesados empezó la degustación que no eran probaditas, era un shot por cada uno, y como que no queriendo probamos todos los que nos ofrecieron, en total 7 shots entre vinos, cremas y piscos. Al terminar ya estábamos listos para que nuestro guía nos llevara a comer. Muy bien, vamos a la siguiente bodega. ¿Qué qué? ¿Otra bodega de pisco? Y a penas era mediodía, así que nos tuvimos que sacrificar aunque en la segunda bodega probamos sólo piscos, nada de vinos ni cremas, sólo lo mejor. Y tenemos que decir que estos últimos estaban mejores que los de la bodega anterior ¿O ya eran los efectos del alcohol? Tal vez. Finalmente saliendo nos fuimos a comer, no sé si para bajar el alcohol o por hambre, de cualquier manera era necesaria la comida.

Terminando nuestra comida nos llevaron al Oasis de la Huacachina, que está muy cerca de Ica. Y tal cual es el típico oasis de las películas en medio de dunas interminables. Llegamos por una carreterita a un pueblito a un lado del oasis en donde hay un montón de hotelitos, restaurantes y demás, es un lugar 100% turístico ¿y qué más podía ser? Ahí nos bajamos y nos pidieron que camináramos hacia arriba de una duna para llegar a los autos tubulares ¡Uf! ¡Qué difícil es caminar de subida en pura arena! Nos subieron al auto junto con una familia de peruanos y una pareja de españoles, se encendieron motores y empezamos a avanzar para dar un paseo por las dunas ¿alguien dijo paseo? ¡Nada de eso! Fue como subirnos a una montaña rusa, subíamos y bajábamos por las dunas a toda velocidad, gracias a la destreza del conductor no nos volteábamos porque si hubiera manejado yo seguro que todos moríamos ahí. Después el auto se detuvo hasta arriba de una duna, Vamos chicos, bajen a hacer sandboarding. ¡Wow! eso se ve muy alto ¿no es un poco peligroso? Pero como somos bien valientes nos subimos en la tabla como nos decía el instructor y nos echamos por la duna, fue algo divertidísimo y la verdad no íbamos tan rápido como parecía pero sí nos divertimos más de lo que creíamos.

Al día siguiente fue nuestra visita a Islas Ballestas o el Mini Galápagos peruano, se le llama así por la enorme biodiversidad que tiene debido a la corriente de Humboldt que llena esas aguas de plancton y microorganismos que alimentan cardúmenes de peces y que a su vez alimentan parvadas enormes. Afortunadamente para los peces y aves es una zona protegida y sólo pudimos hacer la visita desde la comodidad de una lancha. El tour en la lancha empezó pasando a un lado de una isla en donde veíamos claramente un geoglolifo de 180 metros de largo llamado "el candelabro" que podría parecer también un cactus, no se sabe bien quién hizo este geoglifo que tiene 2500 años de existencia, que sólo se puede ver desde el mar y que señala exactamente a la Cruz del Sur. Sea lo que sea nos pareció impresionante que tuviera tanto tiempo ahí y se conservara hasta el día de hoy. La lancha siguió su curso hacia las islas cuando empezamos a ver a lo lejos una cantidad inmensa de aves, miles y miles de aves que parecían ser un enjambre de abejas, nunca habíamos visto tal cantidad de aves, parecían nubes oscuras moviéndose de un lado para otro sobre el mar, algo alucinante. Conforme nos íbamos acercando a las famosas Islas Ballestas que son unas rocas enormes sobre el mar, distinguíamos en ellas manchas blancas y negras, a lo lejos todo parecía ser roca pero no, más cerca empezamos a notar que todas las manchas eran aves y guano de aves, cientos y miles de ellas, algunas islas se veían literalmente tapizadas de aves. Nos explicaron que el guano se recolecta y se vende como fertilizante, y que sólo esos trabajadores tienen acceso a estas islas, la visita de cualquier otra persona es completamente ilegal ¡Qué bueno! De otra manera ya no existiría esto. Pudimos ver lindos pingüinitos de Humboldt, endémicos de estas islas y en peligro de extinción, lobos marinos, y aves como guanay, piquero y zarcillo, no podríamos decir cuál es cuál, pero dejamos el dato por si hay algún lector amante de las aves.

Finalmente llegó el día de conocer uno de los atractivos más esperados de Perú después de la degustación de pisco: las famosísimas Líneas de Nasca. Temprano por la mañana nos llevaron a la región de Nasca, primero al museo Maria Reiche ¿Maria qué? ¿Ella qué tiene de importante? Muchísimo, fue una arqueóloga y matemática alemana que dedicó 50 años de su vida al estudio de las líneas de Nasca y que History Channel jamás la menciona porque mataría todas las teorías que vende en sus absurdos programas sobre aliens. Bueno, Maria Reiche viajo a Perú en los 30s y se quedó ahí para estudiar estas líneas y figuras que le apasionaron y le obsesionaron tanto que dejó todo para dedicarse cada día de su vida a estar en el desierto más árido del mundo midiendo, estudiando y protegiendo estas maravillas con el objetivo de preservarlas y darlas a conocer al mundo. Y lo logró, en 1994 fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad y ahora están protegidas.

Aprendimos que fue la cultura Nasca la responsable de hacer estos dibujos, Oigan y ¿no es un misterio cómo las diseñaron, cómo las hicieron para que al día de hoy todavía existan después de miles de años y cuál era su objetivo?. Sí y no. Se sabe que los nascas primero las diseñaban a escala y después hacían cálculos matemáticos para poderlas dibujar en el terreno del desierto con las dimensiones finales, también se sabe que para dibujarlas en el piso solamente tenían que quitar la primera capa oscura de piedras y tierra y dejar a la vista la capa clara, y que como ahí casi nunca llueve ni hay vientos fuertes se han podido mantener desde hace 2000 años. Lo que no se sabe es para qué las hicieron dado que sólo se pueden ver desde colinas aledañas o desde al aire. Los científicos decentes, no los teóricos de los antiguos astronautas, han descubierto que ciertas líneas se alinean con estrellas importantes y que algunos dibujos como el mono podrían ser representaciones de constelaciones como la osa mayor, con esto concluyen que podría ser un calendario agrícola aunque no se sabe a ciencia cierta. Saliendo del museo con toda esa información fuimos a apreciar algunas figuras y líneas en el desierto, teníamos la opción del viaje en avioneta para ver todas las figuras pero estaba muy caro para nosotros así que sólo fuimos a verlas desde un mirador construido  a un lado de la carretera especialmente para eso. Nos bajamos del coche, supuestamente ya a un lado de las famosas líneas pero de verdad que desde tierra no podíamos distinguir absolutamente nada, la cosa cambió cuando empezamos a subir el mirador ¡Qué cosa tan especial! Cómo dan ganas de poder entrevistar a algún nasca sobre esto, es muy intrigante. Impresionados pudimos apreciar muchísimas líneas totalmente rectas que llegan a medir hasta 275 metros de largo, figuras geométricas y dibujos como un árbol o alga, unas manos o yo lo veo como un pollo, y un lagarto que fue atravesado cuando construyeron la carretera Panamericana cuando no estaba protegida la zona y pues no les importó. Estábamos maravillados contemplando esas líneas y figuras tan grandes desde lo alto que a la vez desde el suelo eran tan fáciles de alcanzar pero no se distinguían.

Más tarde, a unos pocos kilómetros de las Líneas de Nasca fuimos a conocer un sitio arqueológico inca, Huaca Los Paredones, a simple vista no nos pareció un sitio muy impresionante porque casi todo está destruido, pero fue muy interesante ver la posición estratégica que tenía en la cima del valle para el control inca de toda esa zona. Fuimos después a ver réplicas exactas de artesanías nascas, las originales son impresionantes porque después de 2 mil años siguen teniendo colores vivos y brillo como si fueran recién hechas. Nos platicaron que el artesano que fundó ese taller y tienda después de 20 años investigando la técnica que empleaban los nascas para hacer las artesanías de barro logró recrear piezas idénticas, se nos antojaba comprarlas todas, pero en este viaje toda tienda para nosotros es un museo.

Por último, nos llevaron a ver unos acueductos maravilla de la ingeniería hidráulica que construyó la cultura nasca hace unos 1600 años para recuperar agua subterránea para la agricultura y consumo humano todo el año. Y adivinen qué, hasta el día de hoy funcionan y se usan para la agricultura de la zona, sin esos acueductos sería imposible la agricultura en ese desierto. Lo que nosotros vimos fueron unas espirales enormes que usan la presión atmosférica para empujar el agua por los acueductos construidos, algunos acueductos son subterráneos y otros a cielo abierto. Hasta la fecha no se sabe cómo es que hicieron los cálculos para diseñar esos acueductos y espirales, cómo sabían manipular la presión atmosférica y la inclinación del terreno sin los instrumentos de la ingeniería moderna.

La opinión de Alfred sobre Ica y alrededores:

Lo mejor: Aprender sobre líneas de Nasca, saber que sí se sabe cómo se hicieron y de Maria Reiche. Porque hace unos años ya había viajado a Nasca para ver desde una avioneta las líneas, pero en ese entonces no me explicaron nada de las investigaciones.

Lo peor: Otra vez la basura, ahora en el Oasis de la Huacachina. Siendo un lugar tan espectacular da coraje verlo manchado de plásticos por todos lados y que la gente no los recoge, pasa como si nada a un lado de ellos.

La anécdota más chistosa: En el recorrido del auto tubular en el oasis un niño que venía con la familia peruana empezó a gritar "ya nooo, me quiero bajar, más despacio" el pobre estaba aterrado gritando como si fuera el último momento de vida mientras que su hermana estaba feliz "más rápido, otra". 

La mayor inconformidad: La comida, porque donde estaba nuestro hotel se moría todo a las 8:00 pm, no había nada para cenar y además nos fue casi imposible comer saludable, nos hospedamos en un hotel donde no teníamos cocina y de plano para una cena mejor fuimos a comprar verduras frescas y las comimos en el cuarto del hotel.







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