Trujillo, Perú: las increíbles ruinas de adobe y la cuna del surf

10 de diciembre de 2021. Llegamos a Trujillo, al norte de Perú. Todo país tiene su ciudad de la eterna primavera y ésta es la de Perú, además de que fue la primera ciudad peruana en independizarse de España. Es de esas ciudades de las que no teníamos ni idea de su existencia hasta que planeando este viaje se nos aparecieron videos de zonas arqueológicas, o huacas como le dicen acá. A esto no podemos dejar de ir. Al llegar la dueña del departamento donde nos hospedamos nos recibió con sonrisas de bienvenida y desayuno en su mesa, era como si nuestra abuelita nos hubiera invitado a su casa a desayunar jugo, pan, mantequilla y mermelada hecha en casa. Verdaderamente nos hizo sentir bienvenidos en esa casa llena motivos religiosos y de adornos navideños que nos recordaron que ya estábamos en diciembre.

Nos fuimos a visitar el centro de Trujillo que nos sorprendió mucho, era como si estuviéramos en un pueblo pintoresco, todos los edificios de uno o dos pisos, pintados de azul, amarillo o rojo ladrillo, balcones coloniales de madera, algunos abiertos y otros cerrados que a nuestro gusto estos últimos eran los más bonitos. Ahí estando en Trujillo nos tocó que el gobierno de Perú impuso como obligatoria la presentación del certificado de vacunación para poder entrar a cualquier lugar cerrado, por supuesto que Alfred y yo lo traíamos siempre en nuestros celulares pero muchísima gente que no lo traía o simplemente no se había vacunado no podía entrar ni al súper, ni al banco ni a nada, ya se imaginarán las broncas que se armaban a la entrada de cada local ¿Su carnet de vacunación? Pero si sólo voy a pagar mi celular. No puede pasar, es su carnet o prueba PCR. Ni modo, una medida necesaria en contra de los necios anti vacunas.

Al día siguiente tomamos un tour para visitar algunas zonas arqueológicas, el camino atravesaba puro desierto por un lado y por otro, eran extensiones enormes de escasa vegetación con algunas montañas de piedra igualmente desérticas a lo lejos ¿Ya viste que las montañas más lejanas casi ni se ven? Qué raro paisaje, pareciera que todo está lleno de bruma o de arena. El autobús del tour se fue acercando a una de las montañas de piedra y fue ahí cuando vimos unas ruinas a las faldas de esa montaña que para la cultura Mochica era una montaña sagrada. Notamos que estas ruinas se veían como cerritos de pura arena, y es que las construían sólo de adobe. Recorrimos la Huaca de la Luna que es la única visitable, la Huaca del Sol no se puede visitar porque está muy destruida primero por los conquistadores, obviamente, y después por saqueadores que eran muy comunes antes en Perú y no eran ilegales. Afortunadamente la Huaca de la Luna aunque también sufrió los estragos de la historia sí nos pudo revelar un poco de su pasado como capital y centro religioso de la cultura Mochica, que fue antes de los Incas, con pintura de murales todavía visible en paredes sobre adobe incluyendo un friso súper bien conservado de su mega poderoso dios principal Ai Apaec, el degollador, que peleaba contra otros dioses e iba adquiriendo sus poderes al derrotarlos ¿así o más cool?
 

Saliendo de este sitio arqueológico nos llevaron por una calle donde empezamos a ver muchísimos montículos de arena en el desierto, era todo lo que veíamos a lo lejos, algunos que parecían paredes a medio levantar, nos explicaron que  todo eso eran ruinas de Chan Chan, la ciudad de adobe más grande del mundo que se extendían por kilómetros y kilómetros, ¡Wow! ¡Qué impresionante, se nota que las paredes eran enormes! Patrimonio de la Humanidad, la gran capital de la cultura Chimú que se extendía unos 24 kms cuadrados de centros ceremoniales y vivienda. Igualmente durante años y años sufrió daños primero por los incas, después por los españoles y finalmente por los saqueadores peruanos. Llegamos finalmente a la parte que está en mejores condiciones de conservación, uno de los palacios de toda la ciudad, maravillosas gruesas y altas murallas de adobe y por dentro paredes dividiendo habitaciones y templos con decoraciones referentes al mar. ¿Te imaginas lo magnífica que era esta ciudad en su momento? Se ve que era una cosa espectacular, una belleza, verdaderamente digna de nuestro viaje al norte del país.

La última parada de ese día fue en la ciudad costera de Huanchaco en donde en su época los Mochicas inventaron unas muy eficientes balsas llamadas caballitos de totora hechas de la planta totora y utilizadas como transporte, para la pesca e incluso para hacer surf. ¿Para hacer surf? Oh sí, a los Mochicas se les atribuye ser los precursores del surfing en el mundo ¡Eso sí que no lo sabíamos! Y todavía hasta el día de hoy la playa de Huanchaco es de las más importantes para hacer surf porque ahí se forman olas perfectas y larguísimas, cada año se hacen campeonatos.


Al día siguiente, para seguir con nuestro recorrido ñoño cultural, nos llevaron a el complejo arqueológico El Brujo, a Alfred y a mí nos tocó sentarnos a un lado del conductor del tour. Un señor sumamente amable y platicador que nos iba contando toda su vida. Uy, ya estuvo que no dormimos en todo el camino, y yo que me quería echar un sueñito. El camino en realidad no es tan largo pero está en pésimas condiciones por lo que se tiene que manejar muy despacio y eso hace que sea tardado poder llegar hasta allá así que tuvimos mucho tiempo para escuchar todo lo que el conductor nos quiso contar. El trayecto, que era desierto, desierto y más desierto, de pronto cambió a campo de caña, campo de caña, y más campo de caña. Entonces el conductor nos empezó a platicar de todo el proceso de la caña, cómo la cosechan, nos enseñó los camiones de hasta 4 remolques que la cargan y a dónde la llevan. Incluso se paró el conductor un momento para recoger un pedazo de caña quemada Siempre que paso por aquí recojo algo de caña para comerla después. Acabó siendo súper interesante y enriquecedor sentarnos con el conductor, toda esa era información que no pensábamos recibir en este tour que yo pensaba era sólo a la zona arqueológica pero que resultó ser "Ruta de la Caña, El Brujo y la Vida del Conductor".

Llegamos finalmente a la zona arqueológica El Brujo de la cultura Mochica en donde a penas en 2006 se descubrió una tumba de un importante gobernante que resultó ser una mujer, se le llamó la Dama de Cao, Cao porque así se llama la zona. Este hallazgo resultó ser trascendental para los arqueólogos porque antes de eso se creía, típico, que sólo hombres podían ocupar los cargos más altos, ahora ya saben que no es así, también las mujeres tenían los mismos puestos altos que los hombres, no había diferencia alguna. Nos encantó encontrar que en el museo de sitio está la momia de la Dama de Cao con todo el ajuar encontrado en la tumba y además está la recreación en 3D de cómo se veía ella en vida, para esto hicieron todo un estudio óseo y de la raza para hacer la representación más probable. Algo que nunca habíamos visto.

Lo mejor: La Dama de Cao porque es raro ver un dirigente femenino con tanta importancia, y eso hizo que cambiará toda la percepción de un imperio.

Lo peor: La basura en las carreteras y en las playas. A pesar la cuna del surf donde las playas deberían de estar súper bonitas, están llenas de basura. Ni se nos antojaba quedarnos para nada.

Anécdota más chistosa: En un restaurante pedimos de desayunar cada quien un tamalito, cuando volteamos a la mesa de al lado vemos a unas señoras como de 70 años comiendo un mega platillo de carne de cerdo. Sorprendidos se lo contamos a la señora del hospedaje y nos contesta "sí, yo también me lo como sola"

La mayor inconformidad: Los cajeros te cobran muchísimo por sacar dinero, por cualquier monto te cobran 200 pesos de comisión.







Comentarios

  1. Qué hermosas fotografías!!!
    La narración muy ágil e interesante.
    Qué mal lo de la basura, habría que hacer labor con ellos

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    1. ¡Gracias! Sí, lo de la basura es un problemón tanto de las empresas que la producen, la gente que la tira donde sea y los gobiernos que no hacen nada al respecto.

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