La Paz, Bolivia: ciudad, Tiwanaku y el Valle de la Luna

Llegamos a La Paz, nuestro primer destino en Bolivia, un país del que sabíamos muy poco en cuanto a atractivos turísticos y del que no sabíamos muy bien que esperar excepto por el Salar de Uyuni del que habíamos visto fotografías espectaculares. Bueno, pues llegamos a La Paz molidos después de un vuelo desde Cusco a las 8pm con escala en Lima a la 1am llegando a La Paz a las 5am, tardamos un poco en salir del aeropuerto porque contratamos líneas de teléfono en el aeropuerto y nos querían ver la cara. Después de discutir y demás pagamos lo justo y finalmente salimos del aeropuerto. Como para compensar el mal sabor de boca, Bolivia nos recibió con una vista espectacular de dos volcanes totalmente despejados justo frente a nosotros. ¡Wow! No lo puedo creer, se ve increíble. Tomamos un taxi para ir a nuestro airbnb, al principio todo el camino plano, normal y de pronto que se aparece toda una ciudad frente a nosotros hacia abajo ¿Es en serio? La Paz está en una cuenca entre montañas y nosotros estábamos mucho más arriba que La Paz. Estábamos en la ciudad El Alto, bajamos a La Paz y llegamos un departamento en un piso 19 con una vista privilegiada de esa ciudad construida en un lugar tan peculiar. Como estábamos tan cansados luego luego nos dormimos unas cuantas horas para recuperarnos tantito.


En la tarde salimos a comer y a conocer el famoso teleférico de La Paz que es una red que conecta a toda la ciudad de La Paz con la ciudad El Alto. Nos encantó el teleférico porque además de ser excelente para que nosotros los turistas podamos pasar viendo toda la ciudad también nos podíamos mover rápido, barato y seguro por la ciudad. Era la primera vez que veíamos una red de teleférico que funcionara tan bien como transporte público. Todos los paceños, gente de La Paz, con los que hablamos nos decían que les gustaba mucho el teleférico, incluso para muchos había cambiado su vida. Visitamos el centro histórico de la peculiar ciudad por el que nos fue muy agradable caminar, admirar su arquitectura colonial, con gran parte de sus calles de adoquín, callejones tranquilos y bonitos mezclados con el caos de toda gran urbe latinoamericana. Si me preguntaran no diría que La Paz es muy bonita, pero tampoco es fea, es definitivamente es un lugar muy peculiar vale la pena conocer.

Al día siguiente nos fuimos por nuestra cuenta a conocer Tiwanaku, la zona arqueológica más importante de Bolivia. Para eso tomamos el teleférico en La Paz, pasando por El Alto desde donde pudimos apreciar la rara y extravagante llamada arquitectura Neo-Andina, algo así como edificios Transformers. La historia es que El Alto era tradicionalmente una ciudad de clase media-baja en donde todas las construcciones eran de ladrillo y cuando la gente iba a visitar La Paz nadie nunca pensaba en su vecino El Alto. A un arquitecto llamado Mamani se le ocurrió esta arquitectura con salones de fiestas como sus primeros clientes, a la gente en El Alto le gustó y con el auge económico que empezó con el gobierno de Evo Morales la gente a la que le empezó a ir bien siguió decorando sus construcciones con este estilo, y cada vez hay más y más edificios con esta rara arquitectura. Muchos dirán que es fea, especialmente a La Paz no le gusta, pero es algo que identifica a El Alto, que pone a esta ciudad en el mapa y que atrae a turistas curiosos como nosotros. 

Regresando a nuestra travesía, nos fuimos hasta el final de una de las líneas del teleférico hasta una terminal de buses donde tomamos uno hasta Tiwanaku, en total el camino nos tomó como 2 horas y media llegar hasta allá. ¿Y por qué no se fueron en tour si es tan turística e importante esa zona arqueológica? Porque no había turistas y nos querían cobrar hasta 65 USD por llevarnos, un abuso. La cuarta ola de Covid y las restricciones a la entrada hicieron que ni extranjeros ni nacionales visitaran Bolivia, una ventaja era que todo nos tocaría con poca gente pero la desventaja era que los tours serían privados y por lo tanto más caros.

¡Llegamos a Tiwanaku! Cultura madre preincaica de hace 3500 años que llegó a ser un gran imperio abarcando parte de Bolivia, de Perú, de Argentina y de Chile. Vimos que mucha de la zona arqueológica está destruida, en su momento los españoles destruyeron templos y esculturas con el afán de matar esas religiones paganas que consideraban diabólicas e imponer el catolicismo, y también para encontrar oro. Pero lo que quedó dejó buena evidencia de las tecnologías que tiwanakenses desarrollaron y que influenciaron a muchas culturas a su alrededor y dejaron un gran legado. Para nosotros fue más que evidente que las técnicas de construcción de los incas, piedras talladas y encajadas unas con otras para construir muros con cierta inclinación a prueba de terremotos, y terrazas para la agricultura, las habían obtenido de esta cultura anterior a ellos. Los incas perfeccionaron esas técnicas y las llevaron al límite de lo humanamente posible.

También visitamos la zona de Puma Punku que pertenece a Tiwanaku, y que Alfred moría de ganas de ver porque en su programa favorito, alienígenas ancestrales, había visto que las piedras habían sido cortadas con láser ¡Qué emoción, vamos a ver algo ahora sí inexplicable! Pero se llevó una gran decepción al ver que, aunque las piedras estaban muy bien cortadas y talladas, no eran en verdad tan precisas como lo había visto en la tele y que aunque se nota que el trabajo  para hacer esas construcciones debió de haber sido complicadísimo, no parece que hubieran utilizado herramientas que no existieran en la época. Lamentablemente Puma Punku está muy deteriorado y poco queda de lo que en algún momento fue por saqueos y hasta por explotación minera. Lo que vimos fue un gran y complicado rompecabezas desarmado y piedras gigantescas y pesadísimas que tuvieron que mover desde kilómetros de distancia para sus centros ceremoniales con técnicas muy parecidas a las que usaron los egipcios en su momento.

Por último hicimos una visita al Valle de la Luna que está muy cerca de La Paz. Cuentan que Neil Armstrong fue a un campo de golf que está a un lado de este valle y al verlo dijo que se parecía mucho a la Luna, desde ese momento el gobierno lo protegió y lo volvió turístico Por ese tipo de cosas dan ganas de ser muy famoso. Un simple comentario puede crear todo un destino turístico. Para quienes no hayan ido a la Luna les platicamos que son formaciones parecidas a gruesas estalagmitas que se han creado a través de miles de años de erosión de una montaña de arcilla. Caminamos por largos pasos y puentes de madera para recorrer un circuito muy atractivo y tomar muchas fotos interesantes que no pudieron captar del todo lo que nuestros ojos realmente captaban, pero sí una buena idea.

La opinión de La Paz del viajero Alfred:

Lo mejor: Lo bueno, bonito y barato que es transportarse en teleférico prácticamente por toda la ciudad, y ver lo eficiente y seguro de ese transporte que la gente sí usa de manera cotidiana. Y también que es una ciudad muy limpia a pesar de que es una urbe, incluso en zona de mercados.

Lo peor: Contrastando con el teleférico, el excesivo y caótico uso de las combis. Vas en el teleférico todo cómodo y tranquilo y mientras debajo está un caos total con las combis manejando horrible, como siempre.

La anécdota más chistosa: En un mercado había un letrero que decía "Kari Kari para el Covid". La curiosa de Lulú preguntó qué es Kari Kari y le contestaron, "es para el Covid", Lulú preguntó "sí, pero ¿de qué está hecho?" y le contestaron "Es un líquido". Ya mejor dejó de insistir y se quedó con la duda.

La mayor inconformidad: Llegando en el aeropuerto de La Paz compramos un chip para celular y nos querían ver la cara cobrándonos un plan en 4 veces su precio, afortunadamente me di cuenta a tiempo y pude negociar al precio justo.
















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