Sucre, Bolivia: el patrimonio de la capital constitucional de Bolivia

26 de enero de 2022. Llegamos a Sucre, la capital real de Bolivia, no sabemos por qué siempre nos enseñan que es La Paz. La realidad es que Sucre es la capital constitucional y la sede el poder judicial, y La Paz es la sede de los demás poderes incluyendo el ejecutivo, raro pero así es. Sabiendo esto no podíamos dejar pasar la oportunidad de conocer Sucre. En nuestro primer día fuimos al museo llamado Casa de la Libertad donde una guía buenísima, de esas que se nota que les encanta la historia y que probablemente era historiadora nos contó por las salas de museo la historia de Bolivia desde su independencia hasta el día de hoy. Alfred y yo estábamos mega interesados con sus explicaciones, especialmente la historia de la heroína Juana Azurduy quien junto con su esposo comandó las fuerzas independentistas incluso a costa de la vida de sus cuatro hijos, una historia trágica y maravillosa a la vez. Al final de la explicación se nos acercó un boliviano a preguntarnos de dónde éramos y se empezó a quejar con nosotros de su país y especialmente de su ex presidente Evo Morales Ese señor ha sido el peor presidente de Bolivia. Oiga, pero durante su gobierno Bolivia tuvo el crecimiento más importante de todo Sudamérica y la pobreza se redujo a la mitad. A nosotros nos pareció extraña esa opinión considerando los logros económicos pero supongo que es normal siempre pensar que se está muy mal y peor que todos cuando no se estudian los datos ni se ponen en perspectiva, algo que a Alfred y a mí nos ha encantado en el viaje, que hemos podido obtener otras perspectivas de nuestra realidad.

Visitamos también el Convento de San Felipe Neri que ahora es un colegio donde pudimos pasar a su azotea para ver la hermosa ciudad de Sucre desde arriba así como del techo que se nota lo hicieron para los sacerdotes que vivían enclaustrados. Después fuimos al Museo de Arte Colonial con ejemplares hermosos de la obra de arte colonial que artistas extranjeros y locales realizaron, todas por supuesto con motivos religiosos pero con su peculiar estilo mezclando el catolicismo con lo indígena, y al Museo de Arte Indígena donde Alfred quería llevarse todos los textiles que veíamos, ya sea comprarlos o robarlos, pero poder verlos todos los días. Son tan hermosos que valen el riesgo ¡me los quiero llevar todos!. Finalmente, en la noche, fuimos a conocer el Parque Simón Bolívar y vimos un show de fuentes danzantes muy pero muy bonito, la fuente era relativamente pequeña pero el show que dio, de cerca de una hora, nos gustó mucho.

Al día siguiente nos levantamos a correr un poco por el Parque Simón Bolívar donde vimos que mucha gente hace ejercicio a toda hora, y después de un buen desayuno fuimos a visitar el Parque Cretácico porque muy cerca de Sucre, en 1994, una cementera estaba explotando una montaña de roca calcánea cuando encontró en la pared de la montaña huellas que resultaron ser de dinosaurios. Hace 65 millones de años aproximadamente en el territorio había un gran lago y a las orillas del lago había lodo por el que pasaban dinosaurios, sus huellas de quedaron estampadas en el lodo que se secó, se cubrió y con el movimiento de las placas tectónicas el terreno se elevó, se dobló y quedaron en posición casi vertical atrapadas en una montaña para que millones de años después turistas humanos pudiéramos verlas. Además de esto el Parque Cretácico nos encantó, era la primera vez que veíamos representaciones de tamaño real de dinosaurios en posturas reales y con los colores más probables. Todo el parque fue hecho con la ayuda de paleontólogos, así que es casi totalmente educativo, claro que hay algunas cosas para entretenimiento como dinosaurios en realidad aumentada con los que Alfred y yo nos divertimos como niños.

En la noche fuimos al Espacio Cultural Orígenes a cenar y a ver un show de bailes folklóricos de cada región de Bolivia. La cena estaba regular, se come mejor en el mercado, pero lo que no tuvo de buena la cena lo tuvieron los vestuarios y las coreografías, una verdadera maravilla que nos demostró la riqueza cultural tan grande que tienes este hermoso país. ¡Nos encantó! Es un imperdible de Bolivia si se visita Sucre.

El último día en Sucre fuimos a visitar el Castillo de la Glorieta. ¿Castillo en Bolivia? Sí, un castillo de unos príncipes bolivianos. En 1897 el papa León XIII nombró príncipes a una pareja boliviana acaudalada debido a la labor social que hacían con sus orfanatos y hasta el momento estos han sido los únicos príncipes bolivianos. La propiedad se nota que en su época era algo verdaderamente impresionante, con jardines, fuentes, lagos y todo lo que tiene un castillo europeo. Lo que vimos ahora es una propiedad muy bonita pero con un cierto grado de abandono, especialmente en exteriores, no me imagino lo que sería si lo rescataran todo, sería un atractivo turístico fascinante.

Después visitamos el Palacio La Florida que era casa de Aniceto Arce, presidente de Bolivia a finales de 1800, y cuya hermana era la princesa de la Glorieta. Este palacio por fuera estilo colonial y por dentro pintado a mano decorando de manera peculiar y muy impresionante paredes y techos. Algunas pinturas para simular mármol o madera tan bien hecho que si no te dicen o no te fijas mucho no te das cuenta de que es pintura. Excelente trabajo que afortunadamente se mantiene hasta el día de hoy para el deleite de los visitantes. Después fuimos al Cementerio General en donde están precisamente las tumbas de los príncipes de Bolivia y de varios presidentes. Un cementerio muy bonito y bien cuidado por el que estuvimos paseando como lo haríamos en un parque.


La opinión del viajero Alfred sobre Sucre:

Lo mejor: En Espacio Cultural Orígenes pudimos apreciar bailes, vestuarios de todo Bolivia. Estuvo increíble. 

Lo peor: La ciudad de ciudad está muy empinada y no es fácil de caminar.

La anécdota más chistosa: En el parque cretácico hay realidad aumentada pero casi nadie la usa. La demás gente se nos quedaba viendo con cara de bichos raros a Lulú y a mí cuando estábamos usando y jugando con la realidad aumentada.

La mayor inconformidad: En el museo de arte nacional nos iban a dar una visitar guiada por el museo pero el guía nos dejó esperándolo un buen rato porque tenía que tomar una llamada. Total seguimos con el recorrido por nuestra cuenta, lo terminamos y el guía nunca regresó.








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