Foz do Iguazú: Las cataratas más bonitas del mundo

¡Llegamos a Foz do Iguazú! Que, como su nombre lo dice, es donde están las mundialmente famosas Cataratas de Iguazú, uno de los lugares que más esperábamos conocer en este viaje por Sudamérica. Hicimos 16 horas en autobús desde São Paulo que suena mucho, pero Brasil es tan grande éste fue un viaje normal en el que no recorrimos ni la cuarta parte del país. Lo mejor fue que alcanzamos a comprar boletos en bus cama y pudimos dormir razonablemente bien.

Foz do Iguazú está en la frontera de Brasil con Argentina y Paraguay así que primero aprovechamos para cruzar a Paraguay y conocer un poco de la Ciudad del Este, la segunda más importante de ese pequeño país. Ese día salimos de nuestro hospedaje, tomamos un autobús de transporte público hacia Paraguay, cruzamos el río que hace frontera natural entre ambos países, cruzamos la aduana de salida de Brasil, luego la aduana de entrada a Paraguay sin tener que bajarnos del autobús ni presentar pasaporte ni avisar absolutamente nada.  Literalmente cambiamos de país como si cambiáramos de colonia. Ay, ya no tengo servicio de internet. ¡Ah claro! Acabamos de cambiar de país y se nos olvidó traernos el aparato del internet portátil. Nos bajamos en la terminal de autobuses y como no traíamos ya servicio de telefonía tuvimos que comprar y comer una empanada paraguaya en una cafetería para conectarnos a su Wi-fi y pedir un Uber, de otra manera los taxis abusan y quieren cobrar carísimo siempre. En el Uber llegamos a las cascadas de Monday, el atractivo más importante de la zona después de los enormes shoppings que se llenan de brasileños aprovechando los precios bajos de esa zona libre de impuestos.

Nos acercamos a la taquilla de la cascada y notamos un letrero que decía "por el momento sólo aceptamos pagos en efectivo" ¿Traes efectivo? No ¿y tú? Sí, pero no sé si nos alcance. Pues no, no nos alcanzaba y el cajero mas cercano estaba a 30 mins, pero las señoritas de la taquilla se apiadaron de los torpes mexicanos, nos ayudaron registrando una de las dos entradas como si fuéramos del Mercosur y sólo así nos alcanzó el efectivo para entrar al parque. Un sendero nos llevó hasta una imponente caída de agua, nos pasaron a un elevador panorámico para bajar hasta el pie de la cascada desde donde podíamos admirar la fuerza del agua al caer, algo hipnotizante.

Saliendo de ese parque fuimos a uno de los enormes shopping malls simplemente a pasar el rato y comer con la esperanza de probar comida paraguaya. Pero nada, de todos los restaurantes no había ni uno solo de comida paraguaya así que nos tuvimos que conformar con probar una cerveza paraguaya. Ya para regresar nos sentamos en la parada de buses a esperar el que nos llevaría de regreso a Brasil cuando se nos acercó un taxista diciendo que ya no habían buses a Brasil y ofreciendo llevarnos. Pero la frontera estaba muy cerca así que mejor decidimos caminar de regreso, y así como si nada cruzamos el río y las aduanas de ambos países sin tener siquiera que sacar el pasaporte.

Al siguiente día fuimos al Parque de las Aves que se dedica a la conservación de la fauna del Bosque Atlántico del que tristemente ya sólo queda el 8% debido a que esas tierras han sido explotadas para construir ciudades como São Paulo y para la ganadería. Por lo tanto, gran parte de la fauna ya está perdida. Recorrimos el parque que nos gustó mucho porque muestra los esfuerzos que llevan a cabo para tratar de conservar las especies de una manera muy didáctica indicando a la gente que haciendo pequeños esfuerzos se puede lograr mucho, por ejemplo, consumiendo menos carne de res, algo que seguro todos podríamos hacer.

En la noche mi prima Marisol, que casualmente iba a estar en Brasil en esas fechas, hizo el esfuerzo de alcanzamos en Foz y llegó a cenar con nosotros al departamento que teníamos rentado, pasamos un súper buen rato platicando y fue muy grato para nosotros ver una cara de México en nuestro viaje.

Al siguiente día empezó la aventura en las cataratas del lado brasileño a donde fuimos Marisol, Amauri, amigo brasileño de Marisol, Alfred y yo. Entramos al parque, subimos al autobús interno del parque y nos llevaron al punto donde se hacen el recorrido en lancha rápida. Les informamos que actualmente el agua en las cataratas está a una tercera parte de lo normal porque llevamos dos años de sequía y las lanchas no pueden pasar por algunas partes del río, por lo que el recorrido va a cambiar un poco. Así que nos llevaron en un carro eléctrico a través de la selva, hicimos una caminata, bajamos hasta el lugar de embarque, nos pusieron chalecos salvavidas y nos subieron a la lancha desde la que podíamos ver la caída de agua más grande llamada Garganta del Diablo. ¡Wow! ¡Qué bonito y qué impresionante! En eso arrancó la lancha a toda velocidad vuelta para un lado, vuelta para otro lado y unas buenas mojadas debajo de una cascada. Bajamos empapados. De haber sabido no me hubiera bañado

Seguimos el sendero elevado que nos llevaba a una vista espectacular de las cataratas, no podíamos creer la belleza del espectáculo, no queríamos dejar de ver eso tan bello, era realmente increíble, tanta agua, tanta fuerza, tanta belleza.

Al otro día amaneció lloviendo y no paraba aunque nos esperamos un poco para salir, pero ni modo, Marisol, Alfred y yo nos tuvimos que llevar nuestros impermeables y salir por un taxi para cruzar al lado argentino. El taxi que nos llevó tenía permiso especial para pasar rápidamente por aduana sin hacer la mega fila de coches, pero a diferencia de Paraguay, en esta frontera sí tuvimos que pasar a sellar pasaportes. ¡Bienvenidos a Argentina! Entramos al parque y seguía lloviendo, tomamos el trenecito eléctrico que nos acercaba a las cataratas, empezamos el recorrido a pie y seguía lloviendo, llegamos finalmente a la orilla superior de la Garganta del Diablo y suponemos que seguía lloviendo porque no era claro si el agua que nos llegaba venía de arriba o de abajo o de los dos. La fuerza del agua cayendo era indescriptible, nunca habíamos visto una caída de agua similar, tan abundante, tan majestuosa, tan poderosa. Estar ahí viendo tanta agua caer era hermoso, no nos importaba que nos estuviéramos empapando, valía totalmente la pena.

Seguimos con los recorridos del parque argentino con otras vistas hermosas de las caídas de agua mientras nos secábamos un poco porque por fin había dejado de llover lo que nos permitió seguir disfrutando de esas inigualables vistas que no queríamos dejar de ver nunca. Ese día por la tarde nos despedimos de Marisol y Amauri que se fueron de Foz de Iguazú para regresar a sus respectivas ciudades. Alfred y yo nos quedamos para seguir nuestro viaje.

Para completar nuestros días en Foz de Iguazú hicimos una visita a la Represa Itaipú, una instalación gigantesca, la segunda hidroeléctrica más grande del mundo, ese día también estuvo lloviendo un poco y el recorrido fue en un autobús turístico de dos pisos sin ventanas que nos permitía hacer buen uso de nuestros impermeables otra vez. ¡Qué obra de ingeniería tan impresionante! Los miradores estaban a kilómetros de distancia y aún así la veíamos enorme. Nos contaron que cuando se abren las 14 compuertas para desfogar agua puede pasar hasta 40 veces el agua de las cataratas de Iguazú. ¡Una verdadera locura! Y yo que pensaba que había visto mucha agua el día anterior. No hay manera de poder imaginar algo así, la mayor caída de agua del mundo.



La opinión del viajero Alfred sobre Foz do Iguazú:

Lo mejor: Sin duda Las cataratas, son más impactantes de lo que te imaginas en tu cabeza. Las fotos, vídeos y demás que haya visto antes no le hacen justicia. Y mención especial para la presa Itapaú que no esperaba, la segunda presa más grande del mundo, és la primera mas impresionante para mi.

Lo peor:  Los precios tan altos de casi todas las atracciones. Siendo un lugar tan turístico era de esperarse, pero sí se pasan.

La anécdota más chistosa: Cuando fuimos a las Cataratas del lado brasileño habían brasileños haciendo las mismas tres poses 20 veces para su Instagram creando filas gigantescas. Y hasta outfits especiales traían para sus fotos, parece que todos estuvieran en sesión de modelaje.

La mayor inconformidad: Nos costó carísimo el barco y a la mera hora no tuvimos el servicio completo. Mención honorífica para Argentina que no pone claramente los requisitos para entrar a su país a visitar las cataratas, hasta sacamos pruebas Covid completamente innecesarias.











Comentarios

  1. Maravilloso y espectacular visita a las Cataratas. Qué gozoso ver tanta agua!!! Disfruté con ustedes

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    1. :D sí, es un espectáculo increíble. Gracias por viajar con nosotros!

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