Recife, Brasil: centro colonial, buceo para principiantes y museos sorprendentes


En Brasil viajar a otro estado es como viajar a otro país, el territorio es enorme y todo está bien lejos, así que para llegar de São Luis a la ciudad vecina de Recife en el estado de Pernambuco tuvimos que usar un día para volar, y por misterios de la logística de aviación  hacer escala en una ciudad del otro lado del país nos salía más barato que el vuelo directo. Finalmente llegamos a la ciudad costera Recife donde hay muchos arrecifes, de ahí su nombre. Nuestro primer día en Recife fue extremadamente tranquilo, un relajante paseo por el súper extenso malecón y una rica comida típica pernambucana cortesía de mi mamá que me dio de regalo por mi santo.


Al día siguiente nos fuimos a conocer el centro histórico de Recife y como era domingo había mucha gente andando en bici por las calles que cierran cada domingo, como ya sucede en muchas ciudades del mundo. Esto hizo para nosotros mas agradable el centro sólo con bicis y peatones, un centro colonial ya de por sí muy bonito. 


Visitamos una tienda gigante de artesanías con piezas hermosas de artesanos de la región Amor, te aviso que vamos a tener una casa muy grande para poder meter todo lo que quiero comprar. Y es que en esta tienda además de adornos de todo tipo también vendían cosas útiles como mesitas o accesorios de cocina, y todo nos lo queríamos llevar. Después fuimos a un museo que nos encantó sobre la región conocida como Sertão de la que el estado de Pernambuco es parte y que tiene su propia historia e identidad cultural.


En nuestro recorrido no podía faltar conocer la Sinagoga más antigua de América construida en el siglo XVII durante la ocupación holandesa, y el museo de los muñecos de carnaval que son los que sacan cada año a las calles y que están super bien hechos con representaciones de personajes como Los Beatles, Cristiano Ronaldo, El Papa Francisco y hasta los personajes del Chavo del Ocho. Si pensaban que la fiebre del Chavo y del Chapulín se limitaba a países hispano parlantes están muy equivocados. Hasta el día de hoy los brasileiros ven estos programas subtitulados o doblados al portugués. 

Por último vimos edificios muy bonitos como el Palacio de Justicia, y antes de regresar a nuestra zona de hospedaje, llamada "Buen Viaje" por alguna extraña razón, empezamos a caminar sin querer por unas calles extremamente desoladas, excepto por algunos vagabundos, seguíamos en el centro pero parecía que todos los edificios estaba completamente abandonados con unos cuantos comercios cerrados por ser domingo. Estuvimos caminando unas cuantas cuadras y mejor decidimos huir de la zona a bordo de un Uber.

Al día siguiente fue día de playa. Muy cerca de Recife está una de las 20 mil playas más bonitas de Brasil, Porto de Galinhas, se llama así debido a que después de 1850 cuando la esclavitud fue prohibida en Brasil seguían haciéndolo de manera ilegal y para esto llevaban los esclavos en barcos junto con gallinas de Guinea y al llegar a puerto se anunciaba "hay gallinas nuevas en el puerto" que significaba que habían llegado más esclavos. Se calcula que en 300 años traficaron hacia Brasil alrededor de 5 millones de esclavos. Ahora Porto de Galinhas es súper turística porque es muy bonita por las albercas naturales que se hacen entre los arrecifes. Ahí hicimos un poco buceo por primera vez para mega principiantes como nosotros donde básicamente no tuvimos que hacer nada más que dejarnos jalar por el guía que como títeres nos llevaba de un lado a otro,  y también posar para las fotos como nos indicaba el guía. Descansamos delicioso en la playa y en el atardecer corrimos por la playa viendo los colores del cielo cambiando y la luna asomándose poco a poco hasta hacerse de noche por completo.

Regresando de Porto de Galinhas a Recife fuimos a visitar un par de museos que nos quedaban cerca de la terminal de autobuses y que vimos recomendados aunque no sabíamos por certeza qué íbamos a ver en cada uno. Llegamos primero al Taller Cerámico Francisco Brennand donde en la entrada nos recibió un escenario surrealista de arcos, esculturas y fuentes de cerámica. Fue increíble estar ahí caminando dentro de una obra de arte, como estar en la mente del artista misteriosa e inspiradora a la vez. Las instalaciones del museo era también taller de obras de arte y de fabricación de azulejos comerciales.

Después fuimos al museo del Instituto Ricardo Brennand, primo del artista Francisco Brennand, quien vendió una empresa cementera de la que era propietario y con gran parte del dinero fundó el Instituto con el fin de preservar una de las colecciones privadas de arte más impresionantes del mundo. ¿Qué es esto? ¡Qué maravilla de exposición! ¿Por qué este museo no es famoso a nivel mundial? Nos fascinó todo en ese museo, las instalaciones estilo inglés construidas específicamente para el museo, las increíbles obras de arte, la museografía, todo tan cuidado y bien puesto que las horas se nos fueron en un abrir y cerrar de ojos. Lo que más nos impresionó es que en la mayoría de páginas de internet sobre turismo en Recife ni siquiera lo mencionan, y nosotros estuvimos a punto de no ir por eso. 

Lo mejor: El Museo de Ricardo Brennand porque es la colección más espectacular de obras de arte que yo haya visto. De lo que sea, desde una taza hasta una pintura, son obras maestras todas y cada una de ellas.

Lo peor: Hay mucha gente en situación de calle en la ciudad de Recife y en el centro hay una parte de edificios completamente abandonados. Es un contraste enorme esa parte abandonada contra otras zonas más nuevas de la ciudad que están muy bonitas y pobladas.

La anécdota más chistosa: Cuando fuimos a bucear un pecezote llegó a morderme con todas sus fuerzas un lunar que tengo en el brazo pensando que era comida.

La mayor inconformidad: Hay un autobús que va de Recife a Porto de Galinhas, hicimos toda la investigación para saber cuánto costaba, dónde se paraba, a qué hora pasaba. Estuvimos a la hora indicada y en el sitio adecuado, y a la mera hora el autobús se pasó de largo aún cuando le hicimos la parada. Tuvimos que tomar un Uber y pagar el doble para llegar a Porto de Galinhas.

















Comentarios