A seis meses de viaje

En octubre 2021 tomamos el primero de muchos vuelos que llevamos hasta ahora después de seis meses de viaje. Hemos perdido la cuenta de la cantidad de aviones y autobuses a los que nos hemos subido, de la cantidad de camas en las que hemos dormido y ni qué decir de la cantidad de kilómetros que hemos recorrido a pie, la cantidad de restaurantes en los que hemos comido, la cantidad de comida que hemos probado y la cantidad de lugares que hemos conocido, y es sorprendente que en nuestra memoria sí hemos podido guardar prácticamente todas las experiencias que hemos tenido y el nombre de casi todos los lugares que hemos visitado. Me pregunto qué estará desechando mi cerebro para archivar en su lugar toda esta cantidad de nueva información, espero que nada muy importante.

Hasta ahora hemos visitado Costa Rica, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil y estamos llegando a Uruguay. ¡Ah! y se me olvidaba Paraguay que sí cuenta aunque hayamos pasado ahí sólo unas horas. En todos estos países hemos visitado a ya conocidos y también hemos conocido a gente increíble, que nos han apoyado en el viaje, nos han dado recomendaciones, nos han paseado, nos han dado de comer, nos han dado hospedaje y todos nos han hecho pasar excelentes momentos en su compañía. Con todos estamos super agradecidos porque cada uno ha hecho de este viaje algo más especial. También estamos infinitamente agradecidos con todos los que nos han apoyado y nos siguen apoyando desde México con infinidad de temas, sin ustedes este viaje no podría ser posible.

A seis meses de viaje podemos decir que nos ha ido muy bien, hemos crecido personal y profesionalmente, ya hemos agregado a nuestro curriculum: "hablo portuñol avanzado, soy experto en lavado express de calzones y encontrando comidas completas de 50 pesos por persona". Todavía no nos hemos querido divorciar y la seguimos pasando muy bien juntos. Eso es algo muy importante porque ahora sí estamos juntos 24 horas al día y 7 días de la semana, o sea o nos divertimos juntos o se acaba el viaje, estarán de acuerdo en que no se puede estar viajando si estás aburrido o enojado con tu pareja. Y ¿cómo le hacemos? Para nosotros es fácil, nuestra estrategia es que el 95% de todo lo que decimos tienen que ser sinsentidos o chistes, divagaciones sobre la solución de problemas masivos o anécdotas que tal vez no nos habíamos contado antes, información curiosa de lo que vamos conociendo y muchas cosas irrelevantes pero chistosas. El otro 5% tienen que ser asuntos administrativos como qué vamos a comer, de qué lado de la cama vamos a dormir y lo relativo a la planeación del viaje. Así funcionamos.

Pues bueno, nos ha ido muy bien. Hemos descubierto que lo más importante en este tipo de viajes es tener una actitud positiva, y que cuando algo sale mal pensar en que al menos será una buena anécdota. Hemos tenido pocas frustraciones como la cancelación del carnaval de Río para el que habíamos comprado boletos cuatro meses antes, pero aún así pudimos disfrutar de Rio de Janeiro y de todo Brasil sin estar con el coraje. Nos hemos vuelto muy flexibles ante el cambio de planes y ante los lugares donde dormimos, desde departamentos increíbles completamente equipados dignos para vivir ahí de manera indefinida hasta habitaciones con baño en exterior a 30 metros de distancia en lugares fríos y con lluvias, y por supuesto que no han faltado los hostales de habitaciones compartidas con extraños. Pero nada ha superado pasar 16 horas en un autobús compartiendo el baño con otras 40 personas, ese es el precio de viajar barato.

Estos seis meses se nos han pasado volando y no los cambiaríamos por nada. Ha sido fascinante voltear hacia el sur de nuestro país y desde la perspectiva del extranjero latino entender mejor a nuestro propio país y valorarlo más incluso en aspectos que nos parecían de poca relevancia como el legado de la serie El Chavo del Ocho. Nos hemos dado cuenta también de que los mexicanos tenemos una gran obsesión con el picante, los extranjeros sufren horrible con nuestra comida y nosotros desarrollamos un gusto casi masoquista por lo picante desde niños, decirle eso a un extranjero es casi como decirle que a los niños les gusta darse latigazos, es algo inconcebible para ellos y a nosotros siempre nos da risa.

A seis meses de estar viajando hemos aprendido que casi todo lo que sufrimos en México también lo sufren nuestros vecinos latinoamericanos, que casi siempre que decimos "sólo en México..." ignoramos que hay muchos otros iguales a nosotros, que conocemos más del pasado y presente de Estados Unidos y de Europa que de Latinoamérica con los que tenemos más en común de lo que nos imaginamos, que mucho de nuestro orgullo como mexicanos es en realidad orgullo latinoamericano pero que nos lo apropiamos pensando que estamos casi solos en historia, tradiciones y cultura. Básicamente hemos aprendido que no sabíamos casi nada de esta región del mundo de la que tendríamos que haber sabido mucho más.

Ahora, a seis meses viajando seguimos emocionadísimos de continuar conociendo lugares, conociendo gente, probando comidas y bebidas, aprendiendo sobre todo lo que el mundo nos ponga en frente y, por supuesto, de compartirlo con ustedes que son nuestros compañeros de viaje.