Amsterdam, Países Bajos: la ciudad de los canales y las bicicletas

15 de julio de 2022. Alfred, Luis y yo visitamos Ámsterdam dos días desde Bruselas ¿Qué qué? ¿Por qué desde allá? ¿No está muy lejos? Pues depende, para términos europeos si es lejísimos, para términos brasileños está súper cerquita y para términos mexicanos ni tan tan ni muy muy. Fueron 3 horas en tren desde Bruselas, cada quien juzgará si es mucho o poco. Llegamos a medio día a la estación de tren central que por dentro era una estación normal, nada de llamar la atención pero por afuera nos sorprendimos al ver el imponente edificio que no pudimos pasar desapercibido.

Ámsterdam es muy famosa por sus canales por toda la ciudad que han ayudado al comercio, a que la ciudad no se inunde al estar debajo del nivel del mar y también por la cantidad de ciclistas siendo su principal medio de transporte. 

Salimos de la estación entre un montón de peatones, atravesamos las vías del tranvía para adentrarnos al centro, a unas callecitas empedradas bien bonitas donde la mayoría era calle y había muy poca banqueta Aquí hay que tener cuidado con los ciclistas A penas Alfred acababa de decir eso cuando un ciclista a toda velocidad tocó una vez su campana y pasó empujando a los peatones, entre ellos a Luis ¡Ay! ¡Cuánta agresividad innecesaria! Seguimos caminando tratando de subirnos a las banquetas cuando podíamos porque eran muy pequeñas para ir caminando tranquilamente. Llegamos al puente de un canal muy lindo con flores y bicicletas estacionadas en los barandales. Era la típica postal de Ámsterdam que pudimos tomar esperando el momento preciso sin peatones ni ciclistas, difícil pero lo logramos.

Pasamos a ver la Iglesia Vieja, la iglesia más antigua de Ámsterdam, después llegamos a la plaza central de la ciudad, la Plaza Dam donde vimos ahora la Iglesia Nueva, bien creativos los nombres, que se construyó porque la Iglesia Vieja ya no tenía la capacidad que se requería para la cantidad de fieles de la época. Hoy la gran mayoría de la gente no es creyente y ambas iglesias son ahora museos.

En esa plaza también vimos el Palacio Real al que entramos a conocerlo. El recorrido inició subiendo unas escaleras y entrando a un salón gigantesco de mármol sobre mármol con mármol, algo verdaderamente magnífico e impresionante, no podíamos creer la maravilla que estábamos viendo, todo era obra de arte, increíble.

La audioguía nos explicó que ese palacio inició siendo el edificio del ayuntamiento pero que Luis Bonaparte lo convirtió en una residencia de la realeza y lo sigue siendo hasta el día de hoy. No es realmente donde viven los reyes actualmente pero sí se celebran ahí recepciones de mandatarios de todo el mundo donde también se hospedan. Fuimos visitando una a una todas las habitaciones rodeando el majestuoso salón principal. Todas extremadamente bonitas y lujosas.

Saliendo de ahí pasamos por la casa de la famosa Ana Frank, la casa donde estuvo escondida y donde fue encontrado su diario. Seguimos nuestro camino por algo de comer pero cada vez que queríamos atravesar una calle era toda una aventura: fíjate si no vienen bicis, motos, coches o el tranvía de un lado y del otro de la calle, ahora fíjate de nuevo porque puede venir alguna bici muy rápido y no se va a parar a dejarte pasar ni por error. Muy bien, lograste atravesar, ahora fíjate si hay algún cachito de banqueta por el que puedas caminar, y si está bloqueada fíjate ahora sí te puedes bajar tantito de la banqueta para caminar sobre la calle y que no te reclame algún ciclista por invadir el espacio que obviamente le pertenece. Perfecto, sigue caminando, ahora, si hay algo que te llame la atención fíjate que puedas detenerte sin bloquear por completo el paso de los demás peatones que van en fila india detrás de ti. Supongo que todo eso es parte de la experiencia de estar en Ámsterdam donde las bicis son amas y señoras de la ciudad. Así logramos sobrevivir de regreso a la estación de tren.

Al día siguiente volvimos a ir a Ámsterdam porque teníamos nuestro hospedaje gratuito en Bruselas y porque supongo que es bonito viajar en tren. Esta vez llegamos a Ámsterdam y nos fuimos caminando al Museo Rijk por rutas menos caóticas que el día anterior, calles amplias para coches, bicis con su propio carril y banquetas para peatones casi siempre bien amplias. Aún así cruzar las calles seguía siendo un reto saliendo ese día casi invictos, sólo con un manotazo que un ciclista le dio a Alfred en el brazo por estar invadiendo su carril con el codo al tener un micro espacio para caminar. 

Bueno, al final llegamos al enorme museo en donde se exhibía arte desde el 1100 hasta el 1900. Hicimos un tour con audioguía para visitar lo más relevante del museo y nos encantó, por supuesto que entre muchas obras de diferentes artistas neerlandeses fuimos a ver obras de Rembrandt. Ya no se le puede decir holandés porque desde el año 2006 el gobierno quitó ese nombre así que hay que irnos acostumbrando a dejar de decirle Holanda a ese país. Una de las obras era una pintura gigantesca con personajes de la aristocracia y un niño negro que probablemente era un esclavo y gran parte de la explicación se centró en la esclavitud de la época en ese país.

Saliendo del museo nos vimos con Lalo y Gaby, amigos mexicanos que ahora viven en Ámsterdam. Nos llevaron a comer a un mercado y nos dieron a probar lo que se tiene que comer ahí, pescado crudo delicioso. La plática con ellos estuvo tan a gusto que ni nos dimos cuenta de que ya nos teníamos que ir. 

Teníamos planeado ir a conocer un parque pero teníamos que regresar a Bruselas para regresar a cenar con Mette, nuestra anfitriona en Bruselas. ¡Uy! Para llegar a tiempo con Mette tenemos que tomar el tren de las 5:30,  son las 5:00 y dice que hacemos 35 minutos a la estación. Hicimos lo obvio, ponernos a correr y correr recorriendo ese Ámsterdam tan bonito lleno de turistas y de ciclistas, viendo por última vez sus flores, sus canales, sus barquitos y sus construcciones.

La opinión del viajero Luis sobre Ámsterdam:

Lo mejor: El Palacio Real porque es muy impresionante, piensas que es un palacio común, no te imaginas que todo está construido de mármol y la guía es buena.

Lo peor: Las bicicletas porque literal si estás turisteando te atropellan.

Lo más chistoso: No encuentras ninguna comida de ellos y cuando la encuentras no es la gran cosa.










Comentarios

  1. me imaginé cuando corrimos porque nos cerraban la pensión a las 9pm mientras vivian en barragan hills! Correle que te quedas, vieja! jajaja

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  2. Ahora que estaré en Ámsterdam me voy a basar en su guía para ver lo más relevante y estar al tiro con lo de las bicis. Gracias por los tips!

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