Dresden, Alemania: una de las ciudades más hermosas de Europa

 

28 de Julio de 2022. Luis, Alfred y yo llegamos a Dresden, la ciudad más al este de Alemania a la que íbamos a llegar. Como ya era costumbre, nos hospedamos en un pueblo a las afueras de Dresden y de ahí tomamos el tren para visitar la ciudad. Como que hoy todo salió demasiado bien, siento que algo nos falta, un poco de emoción en el camino. ¡No podíamos creer que esta vez no hubiera habido problema con los trenes!

Al día siguiente llegamos a Dresden, una ciudad que estuvo en el lado comunista cuando Alemania fue dividido y de la que quedan pocas cosas visiblemente comunistas como un edificio con un mural comunista o tuberías de agua pasando por encima de banquetas, algo raro para nosotros. Llegamos a comprar nuestras entradas para entrar al Antiguo Domo Verde que ya les platicaremos. Queríamos visitar la ópera por dentro que por lo pronto por fuera se veía un edificio espectacular así que por dentro debía de estar igual o mejor. Hola, ¿podemos entrar a conocer la ópera? Sí, es con una visita guiada pero todas son en alemán. ¡Uy! Ok, bueno, gracias. Nuestro alemán todavía se limitaba a palabras básicas como "danke" y "toiletten" así que consideramos que no era suficiente para entrar a la visita guiada a menos de que fuera sólo por el baño.


Nos fuimos a caminar por la ciudad y ¡qué ciudad tan bonita! Llena de vida, de edificios lindísimos, con una personalidad propia. Nos enteramos de que Dresden fue una de la ciudades más afectadas casi al finalizar la Segunda Guerra Mundial, los aliados casi sin ninguna necesidad enviaron a bombardear la ciudad cuando la guerra prácticamente ya había terminado y la destrozaron casi por completo, murió una cantidad absurda de población civil y muchísimos edificios históricos con todo su mobiliario, obras de arte y demás quedaron hechos cenizas. Un horror innecesario. Nos impresionó muchísimo es que casi todo lo que estábamos viendo era reconstrucción.

La iglesia Frauenkirche durante 50 años quedó en ruinas como memorial de lo sucedido pero en 1994 decidieron reconstruirla y a penas en 2005 quedó totalmente reconstruida por dentro y por fuera. Entramos sorprendidos por su arquitectura barroco protestante que no habíamos visto antes en una iglesia, se parecía más a una ópera.

Pasamos por un mural gigante, el más grande de Europa, de mosaicos pintados que milagrosamente se salvó de los bombardeos llamado El Desfile de los Príncipes con imágenes de todos los príncipes de la casa Witten desde 1590 hasta 1900.

Después entramos al Historic Green Vault con ultra mega seguridad, como de cajas de seguridad de bancos, sólo podían pasar dos personas a la vez se cerraba una puerta y se abría otra puerta ya que la primera estuviera cerrada. Muchísima seguridad para resguardar objetos valiosisimos de la colección personal del emperador de Sajonia Augusto El Fuerte. En su palacio construyó toda una galería con varias habitaciones sólo para guardar y exhibir su colección de todo tipo de objetos, cristal, plata, cerámica, juegos de té, joyería y toda clase de objetos muy curiosos y muy valiosos, tanto así que en 2019 ahí se llevó a cabo uno de los mayores robos en la historia de Europa. Unas personas lograron entrar una noche y robarse joyas valuadas en más de 100 millones de euros. A los ladrones al parecer ya los atraparon pero las joyas desaparecieron por completo, se cree que las desarmaron y  vendieron sus partes y que nunca volverán a aparecer. ¡Una lástima! Hay que estar pendientes para cuando salga la película de la hazaña del robo porque por supuesto que no fue nada sencillo.

Después fuimos a ver el llamado palacio Zwinger que en algún momento pretendió ser un nuevo palacio inspirado en Versalles pero quedó inconcluso y después se convirtió en museo, lo que es hasta el día de hoy. ¡Qué bello y extraordinario lugar! Nos tocó, para variar, que el patio del Zwinger lo estuvieran restaurando pero aún así los edificios del palacio se veían verdaderamente extraordinarios con su arquitectura claramente inspirada en Francia y más específicamente en Versalles. Estábamos fascinados viendo las obras de arte hechas museos a nuestro alrededor, increíblemente majestuoso, hermoso, maravilloso.

Por último en ese día fuimos a  la parte moderna de Dresden, nos encanta conocer los lugares donde la gente vive y no sólo lo más turístico, en este caso esta zona era como la Condesa de México, barrio bohemio caro, pero concretamente fuimos a conocer un curioso callejón que remodelaron algunos artistas para convertirlo en un curioso punto de encuentro de artistas y de turistas también.

Al día siguiente y porque Alfred se podía quedar con las ganas de conocer las demás exhibiciones del palacio de Dresden regresamos a entrar nuevamente al palacio, pero ahora entramos primero en una exhibición de otras piezas de la colección magníficas de todo tipo de materiales, cristal trabajado de maneras extraordinarias, joyería, porcelana, maravilla tras maravilla tras maravilla. Pero lo más valioso ahí era un prendedor con un diamante gigante verde resultado de radioactividad natural a la que el diamante estuvo expuesto. ¡Creo que nunca había visto un diamante verde! ¡Qué impresionante!

En el museo también visitamos una exhibición de armaduras de caballeros y trajes ceremoniales para los juegos de caballería que se hacían en eventos especiales.

Y además, lo que me impresionó más que cualquier otra cosa, habitaciones del palacio total y completamente reconstruidas como eran antes del horrible bombardeo, incluso utilizan los mismos materiales y técnicas de fabricación de muebles, textiles, etc. Desde la década de 1950 empezaron los trabajos de reconstrucción y no han terminado, van habitación por habitación empezando por las más importantes para ir abriendo al público poco a poco. Algo muy impresionante y digno de ver. ¡Nos encantó!

La opinión de los viajeros Luis y Alfred sobre Dresden:

Lo que más les gustó: Los juguetes del rey ¡qué cosa! Juego de café, el diorama del emperador de la India, son cosas que te dejan asombrado y más cuando te explican que costaban lo mismo o más qué palacios enteros.

Lo que menos les gustó: A pesar de que es una ciudad extraordinariamente turisteable y uno de mis lugares favoritos de Alemania están más enfocados al turismo alemán y muchas cosas y tours están solo en Alemán.

Lo más chistoso: Ahora sí nos quedamos en un pueblito, estaba chiquitito, la estación de tren solo tenía una plataforma porque a penas estaban construyendo otra, Lulú salió a correr y recorrió todo el pueblo, se salió dos veces.












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