Barcelona, España: arquitectura única en el mundo

 

29 de agosto de 2022. Salimos de Toulouse, Francia temprano por la mañana, el señor del departamento donde nos quedamos se levantó bien temprano para darnos de desayunar el típico desayuno francés, café y pan con mantequilla y mermelada, y acompañarnos con una agradable plática antes de nuestra partida a las 7 de la mañana para tomar el tren hacia Barcelona, nuestro primer destino en España haciendo conexión en una playa chiquita y bonita también española llamada Port Bou, en donde sólo nos tomamos una foto.

Antes de llegar nos pusimos en contacto con amigos españoles que vivieron en México ya hace más de 20 años y que fueron a la misma escuela que nosotros, Fer mi hermano sobre todo mantuvo estrecho contacto con ellos quienes viven muy cerca de Barcelona. Al llegar nos recibieron en su casa María Gracia y su esposo Dani, nos dieron de comer bien rico y fuimos a dar la vuelta a conocer el pueblo junto con sus lindas hijas, caminamos cerca de la playa, al regresar nos cocinaron tortilla de papas y nos sirvieron jamón serrano, aceitunas y todo eso que a uno se le antoja cada vez que piensa en la comida española. No cabe duda de que nos consintieron muchísimo.

Al día siguiente desayunamos con María y las niñas, nos llevaron a la estación de tren para empezar a conocer Barcelona. Para mí era la primera vez que estaba ahí así que fuera de lo más famoso no sabía qué esperar, y Alfred ya había estado ahí pero sólo de pasada. Empezamos por el principio, o sea por lo más antiguo de Barcelona llamada Barcino por los romanos, así de atrás nos fuimos en el tiempo. Empezamos por caminar por sus calles llenas de negocios, de muchísima vida, gente de aquí para allá pero sin prisas, supongo que la mayoría eran turistas pero no sé sentía abarrotado sino vivo, eso fue lo primero que percibí y que me gustó mucho de la ciudad. 

Fuimos a visitar el famoso Barrio Gótico que fue todo un proyecto del gobierno de finales del siglo XIX para reubicar edificios antiguos del periodo gótico y restablecerlos en ese barrio con el fin de hacerlo bonito y atractivo pero sobre todo con una estética histórica, y tengo que decir que si no hubiera sabido eso jamás me lo hubiera imaginado, así de bien les quedó. Fue bien agradable para nosotros ir caminando entre las estrechas calles de edificios de piedra.

Barcelona al igual que toda España pasó tiempos terribles en 1936 cuando fue la Guerra Civil Española en la que hubo mucha destrucción con la esperanza de dar a la clase trabajadora más poder y eliminar a la iglesia que estaba relacionada con la acumulación de riqueza junto con la burguesía. Al final después de toda la guerra, la destrucción y demás ganó la extrema conservadora fascista a cargo del famoso dictador Franco quien antes de su muerte impuso una monarquía y nombró al siguiente monarca cuya descendencia es la que está en la corona hasta el día de hoy, entonces no es de extrañar que buena parte de la población española no esté a favor de la monarquía. Bueno, pues en resumen todo eso lo aprendimos para entender el contexto de lo que íbamos a estar viendo para no sólo estar diciendo ¡Qué bonito edificio! ¡Qué grande calle! sino también poder decir ¡Qué interesante edificio! ¡Qué interesante calle!

Y para mí si fue una de las ciudades más interesantes que hemos visitado, sobre todo en la arquitectura que es inconfundible. Ese día seguimos caminando por sus calles llenas de historias y de magia. Fuimos a ver unas columnas de un templo romano que todavía existen debido a que se quedaron en encerradas entre edificios de departamentos ¡Qué loco! Durante muchos años ni siquiera sabían que esas columnas seguían existiendo!

Pasamos por algunas de los primeros proyectos de Gaudí que le empezaron a dar esa extra personalidad tan especial a Barcelona y que por supuesto en su momento fue muy controversial pero que a la gente le acabó gustando y se quedaron para la posteridad.

En la noche quedamos de ir a cenar a un restaurante muy bonito y muy rico con toda la familia García, tres generaciones encantadoras, súper anfitriones que nos hicieron sentir como en casa. Para nosotros fue una experiencia maravillosa porque por primera vez desde que empezamos el viaje hace 10 meses tuvimos una comida familiar. Al final de la cena nos dimos cuenta que torpemente se nos había olvidado tomarnos una foto con todo, y en su lugar les pedimos a ellos que nos enviaran una foto para tenerla para siempre de recuerdo.

Al día siguiente fuimos a visitar La Sagrada Familia como regalo de cumpleaños de Alfred de parte de mi mamá. Por fuera y de cerca la verdad que no me pareció muy bonita, más bien muy rara, sin duda diferente a todo lo que había visto antes Esta iglesia es impresionista, para que se vea bien hay que alejarse porque de cerca se ven puras manchas. Para entender lo que estábamos viendo recurrimos a la audioguía que nos explicó realmente bien lo que el gran y loco Gaudí trató de hacer y que si no hubiera sido porque a la gente de Barcelona sí le gustaba la arquitectura de Gaudí entonces muchas de sus obras ya no existirían. En particular para la construcción de la Sagrada Familia sí se tenía contemplado que tardará mucho pero no 150 años, lo que le pasó es que le llegó la Guerra Civil Española y mucha información que había dejado Gaudí fue perdida y destruida. Pasó mucho tiempo para poder tener de nuevo un proyecto claro, reunir fondos y tener los materiales para su construcción. De hecho los materiales con los que se está construyendo ya son diferentes a los que estaban proyectados. O nos esperamos a tener los materiales o terminamos su construcción.

Lo que sí ya está terminado es su espectacular interior que simula un bosque con cada columna de la Basílica como si fuera el tronco de un árbol y el techo de la iglesia como si fueran las copas de los árboles. Una cantidad de luz impresionante, era como estar en una iglesia del futuro, en total armonía. Todo nos hacía voltear para arriba, hasta el cuello ya nos dolía de que no dejábamos de ver hacia arriba y maravillarnos con todo. La verdad que nos encantó el interior.

Saliendo de ahí fuimos a comer una deliciosa paella y un excelente arroz negro y seguimos el tour por Barcelona. Pasamos por el Parque Güell que vimos sólo por fuera porque nos dió codera pagar ¿Qué? ¿Ya cobran por entrar? ¿Por qué? Cuando yo vine hace 10 años entré gratis. Eso me dijo Alfred y también que no valía tanto la pena porque sólo eran unas cuantas estructuras hechas por Gaudí, la mayoría podíamos ver por fuera.


Después pasamos por el Paseo de la Gracia que tiene las casona más bonitas de Barcelona, puros palacios pequeños con decoraciones lindísimas, la recorrimos toda tomando muchísimas fotitos de varias de las fachadas incluyendo un par de Gaudí, como siempre raras y locas. Por último íbamos camino a algún lado que Alfred tenía previsto dentro del tour del día cuando empezó a caer una tormenta de aquellas que nos hizo sacar nuestro impermeables y resguardarnos en el techito de un edificio un buen rato hasta que la tormenta se calmó y pudimos seguir nuestro camino.

Dimos la vuelta a una calle ¡Wow! ¡Qué bonito y qué monumental! Habíamos llegado a Montjuïc, un monte en el que se construyó un museo monumental, el Museo de Barcelona, junto con espacios públicos muy lindos, fuentes, escaleras muy bonitas, columnas romanas, torres de Venecia, y todo para impresionar para la exposición de Barcelona de 1929. No pude evitar subir las escaleras que llevaban al museo y a un mirador de la ciudad. Desde arriba saludé a Alfred que se había quedado abajo, disfruté de la vista y bajé para regresar a casa de María y Dani para quitarnos los zapatos mojados y cenar con ellos una vez más antes de nuestra partida al día siguiente hacia Madrid.

La opinión del viajero Alfred de Barcelona:

Lo mejor: El interior de la Sagrada Familia, es una basílica como ninguna otra que hayamos visto antes y mira que hemos visto muchas en este punto del viaje.

Lo peor: Todo te cobran y caro, no hay nada gratuito para el turista así como alguna iglesia o algo.

Lo más chistoso: Fuimos a Montjuïc, a una montaña a la que no pensábamos subir, cuando llegamos le dije a Lulú "mira, éste es Montjuïc y su castillo" y en lo que me descuidé Lulú ya estaba hasta arriba y luego muy cínicamente regresó y me dijo "¿esa era la montaña a la que no íbamos a subir?" 















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