1 de septiembre de 2022. En Barcelona nos despedimos de María y sus hermosas niñas Helena y Anna, tomamos el transporte público hasta la estación y de ahí el tren hasta Madrid, la capital de España. A penas llegamos a Madrid y antes de llegar a nuestro hospedaje nos vimos con Luis, mi ex jefe y amigo español que vivió en México varios años y que ya estaba de regreso en España. Llegamos al restaurante tratando de simular que éramos locales pero creo tal vez las mochilas de viajeros nos delataron un poquito. La pasamos genial el rato con Luis y la comida nos cayó de maravilla, estaba deliciosa, siempre dejar a los locales que elijan es un acierto. Lo que fue un total fracaso es que se nos olvidó tomarnos la foto del recuerdo con Luis. Puras fotos a la comida y nada con los amigos ¡qué despiste de nosotros! Tuvimos que hacer uso de la tecnología para corregir nuestra falta de atención. No creo que se note que la foto está modificada.
Ese día más tarde y aprovechando que no teníamos nada planeado salimos a correr al que dicen que es el parque más bonito de Madrid llamado El Retiro que era el parque privado de la monarquía para salir de cacería. El parque nos encantó, lleno de caminitos que van de un lado para otro y en los que cuesta trabajo orientarse pero que al ir corriendo la verdad que no nos importaba mucho. Sólo tuvimos que hacer una que otra parada para buscar los lugares que nos interesaban ver dentro del parque como el llamado Palacio de Cristal y el rosedal que valen la pena ver, y el parque en general nos pareció hermoso.
Fuimos primero al Alcázar de Toledo donde vimos en sus cimientos las ruinas de la primera fortaleza construida en ese lugar, visitamos el museo que resultó enorme a pesar de que una parte estaba cerrada por un incendio, subimos escaleras y más escaleras hasta llegar de pronto al patio central de un palacio construido por Carlos V y que nada tenía que ver con la fortaleza. Yo hubiera jurado que ese patio y ese palacio estaban a nivel de piso, pero no, estaban construidos hasta arriba de la fortaleza y además en la cima de la montaña por lo que tenía unas vistas más que privilegiadas. En el museo vimos que ese palacio quedó casi totalmente destruido cuando fue la Guerra Civil Española así que lo que vimos era una reconstrucción.
Saliendo fuimos callejoneando por sitios encantadores hasta llegar a la Catedral que sólo pudimos ver un pequeño espacio porque no estaba abierta a visitas en ese momento, una sinagoga-iglesia y una mezquita-iglesia. Durante cientos de años los cristianos, judíos y musulmanes convivieron en paz respetándose mutuamente, pero cuando los Reyes Católicos tomaron el poder en el siglo XV expulsaron a todos los que no profesaran la fé católica ¡Qué lástima!
Así, las sinagogas y mezquitas se adaptaron para convertirlas en iglesias. La sinagoga que vimos estaba muy bonita, los decorados eran lindísimos, la mayoría árabes y sólo detalles que recordaban al cristianismo. Ahí en la sinagoga visitamos el museo Sefardí donde aprendimos muchísimo de la compleja historia judía de la que la verdad sabíamos muy poco.
La mezquita-iglesia que visitamos fue algo muy curioso porque todo era evidentemente una mezquita pero los católicos le pusieron decoraciones cristianas en donde determinaron que iba el altar.
Seguimos recorriendo y perdiéndonos por las callecitas de Toledo, viendo fachadas muy antiguas, fascinados porque realmente parecía que habíamos retrocedido en el tiempo.
Aquí hay un letrero dice que si tocamos nos venden dulce, es de monjitas de la orden de Santiago. Tocamos y nos abrió una monjita africana que casi no hablaba nada de español así que casi a señas nos enseñó los panecitos y galletas que tenía, y por supuesto que le compramos unos típicos dulces toledanos porque estábamos en Toledo.
Lo peor: Las dos ciudades son un laberinto. Si no fuera por el dios Google Maps literalmente tardarías días enteros en dar la vuelta porque estarías horas perdido.
Lo más chistoso: No tenemos correcto el concepto de "tapa" y en un restaurante pedimos 3 tapas pensando que iban a ser pequeñas porciones y resultaron ser bastante grandes, y nos los tuvimos que comer igual.
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