Oporto y Lisboa, Portugal: el gigante de la navegación

 


12 de septiembre de 2022. Dejamos España para visitar ahora Portugal, el país más occidental de Europa y que debe gran parte de su fundación y desarrollo a la navegación. De ahí son personajes importantísimos en la historia del mundo como Vasco da Gama y Magallanes que se aventuraron a crear nuevas rutas para hacerse de nuevos territorios y controlar el comercio de un sinfín de bienes incluyendo el horrible comercio de esclavos.

Llegamos primero a Oporto, de donde es el famoso vino de Oporto. Caminar por sus calles nos recordó inmediatamente a algunas ciudades de Brasil. Claro, tiene todo el sentido, Brasil siendo colonia portuguesa tiene muchísima de la arquitectura típica portuguesa. Nos encantó reconocer y recordar los edificios con fachadas de azulejos y los pisos de piedritas blancas y negras que son tan características y populares en ciudades como San Luis o Rio de Janeiro. Llegamos a la fachada de una iglesia totalmente decorada con azulejos contando la historia de San Francisco de Asís y de Santa Teresa, una hermosura de azulejos que estuvimos admirando durante más de media hora a la vez que investigábamos la historia de esos santos para entender lo que esas imágenes nos querían decir.

Seguimos caminando cuesta abajo porque Oporto es una ciudad construida en colinas así que todo es subir y bajar cuestas, nada de caminata cómoda en planito. Pasamos por callejones y callecitas empedradas, por el bonito edificio del ayuntamiento, y seguimos paseando y paseando hasta llegar a la iglesia de los Clérigos donde entramos al museo y subimos a la torre para tener una vista privilegiada de toda la ciudad tan linda de Oporto llena de edificios de colores pasteles, azules, amarillos, verdes, rosas adornando toda la ciudad como si fuera un pequeño pueblo.

Hay un show de mapping dentro de la iglesia, ¡eso sí es nuevo para nosotros! Entramos al show que sí, efectivamente fue algo diferente. Nos sorprendió que el show no tuviera nada que ver con la iglesia ni la religión sino con temas de naturaleza, espacio, etc y fue muy interesante e impresionante el trabajo de mapping hecho en un espacio cerrado donde no quedaba nada sin proyección, además el sonido era espectacular. Fue una muy buena y curiosa experiencia.

Saliendo del show fuimos al puente que une Oporto con Gaia construido con dos niveles que conectan las partes bajas y las partes altas de las ciudades. Ahora usado solamente por los peatones y un tranvía, los coches ya tienen otros puentes más modernos. Mientras cruzábamos por la parte alta había un viento súper fuerte, sólo esperaba que no soplara más fuerte y me sacara volando. Y no, hasta eso se comportó y nos dejó cruzar caminando hasta Gaia desde donde tuvimos una gran vista de las colinas de Oporto cubiertas de casas y edificios de colores pasteles. Parecía un pueblito súper bonito, para nada daba la impresión de ser parte de una de las ciudades más importantes de Portugal.

Al día siguiente queríamos visitar el Palacio de la Bolsa y cuando llegamos vimos una fila bastante grande. Según nosotros para saltarnos la fila compramos los boletos por internet pero al final era lo mismo porque tuvimos que hacer la fila para registrarnos en alguno de los tours guiados de ese día así que pacientemente esperamos como una hora a que llegara nuestro turno, nos registramos para el tour en inglés de las 4 de la tarde y nos fuimos a comer. Quedamos con Ana y Almudena, amigas de México con las que coincidimos en Oporto, para ir a comer y chismear un buen rato. La pasamos genial con ellas, siempre es súper agradable encontrarnos con gente de México que nos haga sentir un poco más cerca de casa y además que dieran recomendaciones sobre Portugal.

Después de despedirnos de Ana y Almu entramos a nuestra visita guiada en El Palacio de la Bolsa, habitación tras habitación muy bonita e interesante aunque no tanto como esperábamos, ya nos estábamos desilusionando un poco con la visita cuando al final llegó la cereza del pastel: el salón más bonito del palacio hecho para impresionar a quien quiera que lo visitara y sí, efectivamente estábamos muy impresionados con la decoración morisca inspirada en La Alhambra. ¡Uy! ¡Wow! Si La Alhambra se hubiera conservado intacta así se vería. Qué bueno que entramos a ver esto. Era muy lindo ver este salón e imaginar que así eran muchas construcciones del Al-Andalus.

Saliendo del Palacio de la Bolsa muy satisfechos con la visita seguimos hacia el río para cruzar ahora por la parte de abajo del puente que conecta Oporto con Gaia y pasear por la zona donde están todas las bodegas que fabrican el vino de Oporto y admirar la hermosa vista de Oporto desde el otro lado del Río. Una vista que bien vale la pena tanto por arriba como por abajo.

Al día siguiente desayunamos muy tranquilamente y nos preparamos para nuestro viaje en autobús a Lisboa de 3 horas. Todo salió según lo previsto sin problema, llegamos a Lisboa, tomamos el autobús que atravesó el río Tajo por un puente casi igual al de San Francisco, éste más largo y menos alto, pero igual en todo lo demás. Llegamos a nuestro hospedaje donde nos recibió una portuguesa con sus cinco gatos y un perro. A ver cómo nos va con la señora de los gatos. Ojalá que no esté todo sucio. Pues no, fue una maravilla, toda la tropa animal se portó muy bien, el departamento limpio y espacioso y ella nos trató como si de familia se tratara, sin queja alguna. 

Ese día era 15 de septiembre y queríamos celebrar la independencia de México, buscamos un restaurante mexicano que se veía bien calificado en internet pero cuando llegamos resultó ser un fastfood de extranjeros, con tortillas horrorosas, quesadillas de 9 euros, nada de salsa verde y crema en todo. Decidimos abdicar y en su lugar sólo tomamos una cerveza y nos tomamos fotito con los adornos mexicanos que traíamos. El 15 de septiembre más triste, nada de pozole, nada de tequila, nada de Viva México. Ya el próximo año nos desquitaremos, mientras la foto del recuerdo como si hubiera sido un pachangón.

Al día siguiente de nuestra llegada fuimos a conocer Lisboa en un walking tour con una extraordinaria guía portuguesa en el que entendimos la importancia de la ciudad como centro de administración y de salida de grandes expediciones de descubridores como Vasco da Gama. También aprendimos del gran terremoto de 1755 en el que casi se destruyó toda la ciudad, puesto que se estaba celebrando el día de Todos los Santos la gente había dejado velas puestas en sus casas, éstas se cayeron provocando incendios terribles y mucha gente estaba en la iglesias cuando éstas se cayeron, para acabarla de amolar al final llegó un tsunami que destruyó todo lo que había quedado en la costa. Así fue que Lisboa se reconstruyó toda excepto un barrio musulmán que sobrevivió porque ellos no estaban en celebraciones y no tenían velas prendidas.


En Lisboa también son muy comunes las calles llenas de piedras blancas y negras como en Brasil, y los edificios con azulejos lo que nos hicieron muy felices porque sí que son lindos los azulejos, y ahora después de haber ido en Uruguay a un museo del azulejo los apreciábamos más.

Al día siguiente fuimos a Belém, ciudad vecina de Lisboa en donde nuestra primer parada fue para comer un pastelito de nata, invento de ese lugar que es fiebre nacional y el mejor invento de Portugal según Alfred.

Después visitamos una iglesia impresionantemente bonita de estilo gótico manuelino mandada a hacer por el rey Manuel I. Sí, exacto, el nombre de gótico manuelino viene de Manuel. La mandó a hacer para que los monjes rezaran por su alma y de paso que ayudaran a los navegantes, hay que aprovechar que los monjes ya estaban ahí. Una iglesia decorada en techos, columnas y algunas paredes  con motivos marinos, cuerdas de barco, peces, todo con relación a los navegantes y sus expediciones. 

Después fuimos al Museo Marítimo, porque si algo es importante en la historia de Portugal es la navegación. Ellos fueron los primeros en hacer la ruta hasta la India rodeando todo África, controlaron parte del comercio en Asia y aunque Magallanes hizo su travesía alrededor del mundo en nombre de España él era portugués y eso no se puede ignorar. En la primera sala estuvimos como 30 minutos fascinados sólo estudiando un mapa con todas las rutas de navegación que hicieron.

¿Crees que veamos algo sobre la esclavitud en este museo? Ya veremos... Y sí, mencionan la esclavitud pero en un par de párrafos diciendo que la esclavitud era común en las colonias y que Portugal también había participado, también que había sido el primer país en abolir la esclavitud en su territorio y 100 años después en las colonias, y ya, no mencionaban nada más lo cual nos decepcionó muchísimo habiendo estando en Brasil bien informados sobre el tema. Al parecer con el paso del tiempo a Portugal se le olvidó que gran parte del comercio en la era de la colonias era de esclavos, que Portugal fue el primer país en comercializar esclavos africanos, que a lo largo de 400 años secuestraron en África a más de 3 millones personas para transportarlas a Brasil y que las condiciones de transporte eran tan espantosas que el 50% de la gente moría en el trayecto. Me indignó muchísimo investigar y encontrarme con que Portugal no tiene un solo museo, monumento ni nada que toque esos temas de la esclavitud y que en las escuelas tampoco se enseña nada al respecto. Supongo que no es tan fácil pero el no reconocimiento de la historia y de sus atrocidades no contribuye a sanar las heridas provocadas a países y regiones enteras del mundo.

Bueno, dejando el tema anterior de lado y por último ese día fuimos a ver un monumento a los descubridores que prácticamente son los héroes nacionales, a la torre de Belem de donde partían los grandiosos y valientes navegantes a sus nuevas expediciones y a la lindísima puesta de sol.

Nuestro último día en Lisboa y en Portugal lo aprovechamos para conocer un poco de Sintra, la región en donde a los reyes les gustaba poner sus castillos. Llegamos al pueblo de Sintra y empezamos nuestra caminata entre el bosque hasta llegar a lo que evidentemente eran vestigios de una fortaleza, entramos y nos sorprendimos muchísimo, era una fortaleza llamada Castillo de los Moros porque efectivamente fue construido por Moros, con su muralla sobre los riscos de piedra. Tal vez la magia de ese lugar es que hay total armonía entre el bosque, las rocas y la fortaleza, casi pareciera que son una misma cosa. Caminamos por la muralla el punto más alto desde donde teníamos una gran vista del bonito Palacio de la Pena.


Salimos del Castillo de los Moros y seguimos nuestro camino por senderos  entre el bosque y calles cuando los senderos se nos acababan. Recorrimos todo el camino que encontramos gratuito alrededor del Palacio de la Pena teniendo diferentes vistas de éste. Muy muy bonito, todo el recorrido, lo disfrutamos mucho.


La opinión de Alfred sobre Portugal:

Lo mejor: El vino de Oporto que aunque a Lulú no le gusta por dulce a mí me encantó. Pensé que era de viejitos y a lo mejor ya estoy viejito, no sé. También el Castillo de los Moros que es algo único y muy raro.

Lo peor: En Sintra no se puede seguir un trail completo para ver los castillos, muchísimos senderos están cerrados y te obligan a pagar para pasar a hacer caminata por el bosque y llegar a algunos miradores. Eso está muy mal, deberían de cobrar solamente para entrar a jardines o a castillos, pero no para caminar por el bosque.

Lo más chistoso: En Sintra unos gringos estaban perdidos y les ayudamos a llegar a la parada de bus para la estación de tren, pero cuando el bus pasó el conductor se les quedó viendo y ellos al conductor pero nunca le hicieron la parada y el bus por lo tanto nunca se paró. Les tuvimos que decir que también tenían que hacerle señas para que se parara.









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