Sevilla y Córdoba, España: visigodos, moros, católicos y mucha navegación


9 de septiembre de 2022. Desde la impresionante ciudad de Granada Alfred y yo tomamos el tren hacia Sevilla donde más que amablemente Rolando y Eva, tíos de Alfred que viven allá, nos ofrecieron hospedaje. Nuestra llegada Eva fue por nosotros a la estación y por la noche nos llevaron a cenar lo que se come en Sevilla: tapas por supuesto. Alfred y yo siempre habíamos pensado que las tapas eran bocadillos ya servidos sobre una rebanada de pan, pero no, en realidad aprendimos que son platillos pequeños que muchas veces ponen al centro y se comen comúnmente con pan. Una pequeña gran diferencia para nosotros.

Al día siguiente bien temprano Rolando nos dio un aventón a la estación de tren para nuestro viaje de ida y vuelta a Córdoba. A nuestra llegada caminamos un poco hasta que nos recibió una imponente muralla, atravesamos una de las puertas que todavía existen y nos sorprendieron callejones de casitas blancas y piso empedrado, una vuelta para acá, otra vuelta para allá y puras callecitas por las que no pasaría un coche normal.

Llegamos a la Catedral-Mezquita de Cordoba, un singular edificio en donde primero fue construido un templo cristiano visigodo, después utilizando parte del material y columnas ya existentes los musulmanes crearon una mezquita con una capacidad para 5 mil personas que estuvieron ampliando y ampliando varios califas hasta que llegó a tener una capacidad de 40 mil personas rezando, algo impresionante. Después, en el siglo XV los reyes católicos expulsaron a los musulmanes y se le ocurrió construir una iglesia ahí en medio de la mezquita. Sí, en medio.  Cuando entramos vimos una mezquita impresionante de arcos dobles en herradura de colores rojo y blanco sobre columnas corintias ¡Esas son las columnas que usaron de la iglesia cristiana de los visigodos! Eran tantas columnas y arcos que ni siquiera se nos ocurrió contarlas, era abrumadora la cantidad.


En las orillas y todo alrededor de la mezquita la iglesia católica puso las capillas. Algo muy extraño e impresionante a la vez fue estar caminando dentro de la mezquita y de pronto encontrarnos entrando a una majestuosa catedral católica. Jamás se me hubiera ocurrido hacer algo así pero supongo que simplemente era tan grande la mezquita que en lugar de adaptarla a una iglesia como lo llegaron a hacer con mezquitas más pequeñas, aquí mejor construyeron una catedral en el centro, así de simple. Quedamos muy sorprendidos.

Al salir de la Catedral-Mezquita seguimos callejoneando por esas callecitas cordobesas lindísimas llenas de plantas. De vez en cuando encontrábamos algún patio de alguna antigua casona y nos metimos a ver sus plantas y pequeñas fuentes en medio, herencia de la arquitectura árabe para refrescar los calurosos veranos de Córdoba. ¡Qué bárbaro! ¡Qué calor hace! Si así está en septiembre no quiero saber en julio.

Llegamos hasta el museo de arqueología de Córdoba donde aprendimos un poco sobre su historia visigoda, romana, medieval y demás. Vimos en los cimientos del museo los restos de lo que alguna vez fue el anfiteatro. Saliendo fuimos a ver los restos de un templo romano que descubrieron en unas excavaciones para ampliar el ayuntamiento. Qué suerte que acá todas esos descubrimientos han sido en terrenos propiedad del Estado, así no tienen que batallar para exponerlos como en Barcelona que el templo romano quedó atrapado entre departamentos.

Después fuimos a caminar por el puente romano que sigue estando en pie ahora únicamente para peatones. Estaba rudísimo el sol, todo el tiempo estábamos buscando sombrita donde resguardarnos así que el puente lo cruzamos bastante rápido para regresar a la estación de tren e irnos de regreso a Sevilla donde nos recogieron Eva y Rolando y nos llevaron a cenar a un restaurante muy curioso que hacía su propio mosto de uva blanca. Olía delicioso a uva fermentada y justo nos tocó ver cómo molían la uva para extraer el jugo y fermentarlo en los barriles que tenían ahí dentro. Por supuesto que Alfred y yo probamos el mosto para acompañarlo con varias tapas.


Al día siguiente fuimos a la Torre del Oro de donde se embarcó la Nao Victoria junto con las demás embarcaciones con Magallanes al mando con la misión de dar la primer vuelta al mundo. Salieron 5 embarcaciones con 200 hombres y sólo regresó una con 18 hombres casi 3 años después. Fue una travesía que no me puedo imaginar, un gran logro pero también una gran pesadilla para esos valientes marineros. Justo estando nosotros se estaba celebrando los 500 años de esa misión que cambiaría al mundo para siempre al tener más idea de las dimensiones del planeta, que había más agua que tierra y las rutas marítimas que lograrían conectar al mundo entero. Ese fue el principio de la globalización y gracias a esos que dieron la vuelta al mundo por primera vez nosotros lo estamos haciendo ahora.


Saliendo de ahí fuimos al Archivo de Indias ¡Oh qué necios que le siguen llamando Indias a lo que es América! Un lugar más que interesante porque ahí tienen guardados todos los documentos relacionados con América, de cuando se dieron cuenta de la existencia de otro continente, de cuando invadieron los territorios y entraron en guerra con los nativos en busca de la apropiación de los territorios y sus recursos, de cuando impusieron el idioma y religión y se quedaron para hacer de esas tierras un nuevo hogar. Todo eso de la historia que hizo en su momento de España la potencia mundial. Ahí vimos una exposición sobre los primeros diccionarios de la lengua española usados principalmente para enseñar el español a los nativos de América. Entonces es cierto que en América se habla un mejor español que en España porque ahí se enseñó el idioma con diccionarios y reglas gramaticales.

Más tarde entramos al Alcázar de Sevilla, el palacio que buscaba competir en belleza con La Alhambra y sí se notaba, visitamos hermosos salones y habitaciones con riquísimos decorados mudéjar que nos invitaban a quedarnos horas y horas observándolos, pero teníamos que disculparnos, rechazar la invitación y continuar el recorrido por todo el palacio disfrutando habitación tras habitación.

Finalmente visitamos los enormes jardines del Alcázar con sus fuentes, laberintos, decoraciones súper lindas de azulejos. Todo un paraíso en medio de la ciudad de Sevilla. Para los fanes de Game of Thrones, ahí se filmaron varios episodios.

Por la noche Eva y Rolando nos llevaron a cenar bien rico a un restaurante de comida local donde probamos más platillos de esa auténtica cocina española de la que tan poco conocíamos.

Al día siguiente según nosotros nos íbamos a levantar a las 7 pero nos habíamos estado durmiendo tarde todos los días, tarde para nosotros aunque temprano para los españoles por supuesto que suelen tener toda una vida de noche. Al final nos levantamos a las 9 y a esa hora nos fuimos a correr para conocer el Parque de María Luisa que en algún momento formó parte de un impresionante palacio de unos Duques de Orleans, Francia que estuvieron buscando ser reyes de España y nunca lo lograron. Después de que murió el Duque la Duquesa donó parte del jardín del palacio al ayuntamiento para que se abriera al público, así que cientos de años después Alfred y yo estábamos disfrutando de aquella donación.

Llegamos hasta la Plaza de España ¡Qué maravilla! Una construcción que nos dejó con la boca abierta de lo bonita que estaba con toda la influencia árabe pero también con azulejos representando algo de las diferentes regiones de España. Disfrutamos muchísimo correr por ahí. Terminando la corrida desayunamos, nos bañamos y nos fuimos a caminar un ratito por el centro antes de que nos llevaran a comer Eva y Rolando a un lugar típico a las afueras de Sevilla cuya especialidad era el conejo preparado de muchas formas y el pan gigante, como un bolillo en esteroides.

Regresamos a Sevilla para conocer la Catedral, construida donde los musulmanes habían construido la mezquita subimos a la torre que era antiguamente el minarete de la mezquita que tenía unas vistas lindísimas de la ciudad, y finalmente entramos a la Catedral. Una cosa rarísima que no puedo describir porque yo misma no entiendo bien cómo estaba construida. Era como un conjunto de capillas todas alrededor de unas dos o tres capillas mayores centrales. Eso sí, las decoraciones de algunas de las capillas eran impactantes  al igual que la tumba de Cristobal Colón.

Al día siguiente era nuestro vuelo hacia Oporto, Portugal, y antes de irnos Eva como un angelote que no dejó de consentirnos y engordarnos nos dio de comer otro platillo típico español, así no perdimos la oportunidad de comer y comer y comer muchísima comida española buenísima.

La opinión del viajero Alfred sobre Córdoba y Sevilla:

Lo mejor: La mezquita de Córdoba es única en el mundo, es muy raro ver una Catedral incrustada de alguna manera en medio de la mezquita pero de alguna manera es muy bonito.
De Sevilla el Alcázar es muy bonito, sobre todo sus jardines y lo bien conservado que está todo lo mudéjar.

Lo peor: Nos tocó un calor que casi nos mata.

Lo más chistoso: Sevilla está lleno de chinos por todos lados. Le estaba contando eso a mis tíos y justo iba pasando un tour como de 7 carretas de caballos y todas estaban llenas de chinos.

















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