Jerusalén, Israel y Belén, Palestina: entre tres religiones


3 de noviembre de 2022. Madrugamos para tomar el vuelo de Antalya, Turquía a Tel Aviv, Israel. Estábamos un poco nerviosos con la entrada a Israel porque habíamos escuchado historias de terror de gente a la que le hacen muchísimas preguntas y le piden miles de documentos para comprobar su estancia. Nosotros íbamos preparados y mentalizados, pasamos con la señorita de migración. ¿A qué vienen? ¿Qué lugares van a visitar? ¿Cuándo se van? ¿De qué país son? ¡Bienvenidos a Israel! Un pequeño país con una historia interesante, complicada y dramática, y que al día de hoy el país no ha dejado de ser interesante, complicado y dramático. Llegando tomamos el tren hacia Jerusalén y en 30 minutos ya habíamos llegado. De ahí nos fuimos caminando a nuestro hotel cápsula de esos que uno imaginaría de Japón. Era una sola habitación compartida pero con camas cerradas, así cada quien tenía su micro espacio privado. Sorpresivamente dormimos muy bien ahí todos los días.


Un poco más tarde salimos a conocer un poco la ciudad viendo con sorpresa que la muralla de Jerusalén estaba completita, por supuesto que no era muy antigua, construida en el siglo XVI por los otomanos, pero el hecho de que estuviera casi intacta nos pareció sorprendente. Pasamos por la Torre de David y fuimos recorriendo las calles de la antigua Jerusalén fascinados por estar en ese del que hemos oído hablar desde niños. 

Llegamos al llamado Santo Sepulcro, entramos a una construcción que parecía una iglesia hasta donde vimos un pequeño templo Se me hace que ahí es, hay una bola gigante de gente para entrar a ver la tumba de Jesús. Nos formamos pero pasaban los minutos y la bola enorme de gente no más no avanzaba así que le dimos la vuelta y por atrás vimos que había otra pequeña parte que tenía un pedazo de la loza de la tumba salida. ¿Y cómo se sabe que esa era la tumba? La historia es muy interesante porque cuando Roma institucionalizó el cristianismo Helena la mamá del emperador Constantino viajó junto con un obispo a determinar los sitios importantes de la vida de Jesús mencionados en la Biblia, y aunque arqueólogos e historiadores sugieren que es muy difícil que hubieran podido saber los lugares exactos sí coinciden en que los lugares sí son aproximados, y para los fieles cristianos y musulmanes eso es suficiente, en esto al final lo que importa es la fé. 

Después subimos unas escaleras para encontrarnos con una pequeña iglesia que dejaba ver la piedra sobre la que estaba construida ya que esa es la punta del Gólgota donde fue crucificado Jesús. Seguimos recorriendo todo el complejo que era bastante grande e interesante, construido en varios pisos de capillas hasta que nos corrieron porque ya iban a cerrar. 

¿Qué estará esperando toda esta gente afuera de las puertas con sus cámaras listas? Obviamente no nos quedamos con las ganas de averiguarlo, nos quedamos esperando con las demás personas a que pasara lo que sea que fuera a pasar. De pronto una persona salió con una escalera de madera y la colocó afuera de la puerta, la gente empezó a tomarle fotos a la escalera, después llegó otra persona para cerrar los portones y ponerles llave, se subió a la escalera y cerró los pestillos que tenía que cerrar, se guardó la llave, entregó la escalera por un hoyo de los portones a la gente que se había quedado para velar el sitio y se retiró. ¿Qué acabamos de ver? ¿Por qué la gente le tomó video al cierre de puertas? Resulta que es un ritual que lleva más de 100 años llevándose a cabo porque hay seis comunidades religiosas cristianas que resguardan el lugar y ninguno se fia del otro.

Salimos por la Puerta de Damasco, la más bonita de la muralla que está del lado del barrio musulmán donde nos encontramos con el mercado árabe y sus precios inmejorables para desde ese día y en adelante comer ahí.

Al día siguiente comimos un desayuno delicioso pero también bien caro, bueno, es que en Israel todo es caro y viniendo de Turquía estábamos muy mal acostumbrados a lo precios bajos. El desayuno al final sí valió la pena y salimos muy satisfechos para ir a visitar el Museo de Israel. Llegando entramos primero a la parte donde exhiben los escritos del Mar Muerto aunque lamentablemente esa sala justo estaba en mantenimiento y no pudimos ver algunos de los escritos más famosos, pero sí vimos otros manuscritos bíblicos muy valiosos del Qumrán que era la secta judaica a la que pertenecía Jesús, además del Códice Alepo que es el manuscrito hebreo más antiguo del mundo. 

También vimos un modelo a escala impresionante de lo que se cree que era Jerusalén en el año 66 dC, era del Segundo Templo judío, justo antes de que los romanos la destruyeran. Estuvimos como una hora viendo el modelo, analizándolo, observando lo que era el Segundo Templo, el palacio de Herodes, el mercado, el teatro, etc. Estaba maravilloso. De pronto personal del museo empezó a corrernos a todos ¿Qué? ¿Ya están cerrando? ¡Pero si son las dos de la tarde! ¡Ah, es viernes! ¡Es Sabat y ya cierran! Pues ya no pudimos ver todo el museo pero sí vimos lo más importante.

Saliendo nos fuimos a Jerusalén, pasamos por toda la llamada Vía Dolorosa que es por donde Jesús pasó sufriendo con la cruz hasta el Gólgota. Seguimos por las pequeñas calles llenas de comerciantes y turistas religiosos y no religiosos hasta que llegamos a un control de seguridad donde nos revisaron nuestras mochilas y bolsas para poder pasar a la plaza del famoso Muro de las Lamentaciones o Muro del Oeste repleto de judíos de todo tipo desde ultra ortodoxos hasta liberales cantando, bailando, rezando, platicando todos juntos en el espacio que tienen asignado junto al Muro que es el sitio más importante dentro de la religión judía porque es a lo que tienen acceso de lo poco que quedó del complejo que albergaba al Segundo Templo y en él se lamentan la pérdida del templo a manos de los romanos y piden por su reconstrucción, sin embargo el conflicto entre Israel y Palestina ha hecho que no puedan llegar a un acuerdo que beneficie a todos y mientras tanto solamente ese muro es lo que los judíos tienen.

Al día siguiente era sábado, descanso para los judíos pero no para los musulmanes así que decidimos ir a Belén que está del lado de Palestina dejando de lado los prejuicios que podíamos tener sobre los peligros de esa frontera. Desayunamos un excelente hummus y tomamos el autobús. Nos bajamos donde nos decía Google Maps para cruzar la frontera a pie, caminamos un poco y empezamos a ver el imponente muro que Israel ha construido en gran parte sobre territorio palestino a partir del año 2000 y que ha sido motivo de mucha controversia, algunos considerando que es necesario para la seguridad de Israel en contra de terroristas palestinos, y otros considerando que es un abuso en parte debido a que Israel se anexó territorios que no eran oficialmente parte de su territorio. Al ir caminando hacia el muro un par de hombres nos llamaron Hoy no está abierta está frontera, abre hasta el lunes. Tienen que tomar un taxi y entrar por otro lado. En realidad el problema es que nos habíamos bajado antes de tiempo del autobús por hacerle caso a Google Maps que no toma en cuenta horarios de apertura de las fronteras, así que regresamos a la misma parada en la que nos habíamos bajado y nos subimos en el siguiente autobús que en teoría nos llevaría hasta Belén. Y sí, sin darnos cuenta ya habíamos cruzado la frontera y ya estábamos en Belén. Ahora sí, creo que ésta es nuestra bajada. Caminamos un poco para visitar un hotel y museo justo a un lado del muro llamado The Wall Off Hotel creado por el artista británico Banksy. Ahí está el muro pero ahora del otro lado. Qué raro y triste es ver algo así.

Entramos al lobby del hotel, nos encontramos rodeados de protestas en forma de obras de arte empezando por el letrero de la recepción que decía Rejection. Entramos al museo dedicado al conflicto entre Israel y Palestina y salimos sin palabras, sin poder procesar cómo es que resulta a veces tan fácil recurrir a la violencia, a la fuerza y a la opresión antes que encontrar intereses en común que lleven al entendimiento y a generar acuerdos por un bien mayor. Ese conflicto es tan complicado y tan delicado que en general la gente prefiere no hablar de ello.

Entramos después a la galería de arte parte del mismo hotel-museo donde nos atendió una chica palestina que no sé cómo pero reconoció luego luego que somos mexicanos y nos preguntó si México es peligroso para viajar. Se nos hizo súper curiosa la pregunta porque eso mismo pensábamos de Palestina. Nos dijo que no le gusta que el mundo piense en los palestinos como gente loca sin educación viviendo en las cavernas porque no son así, son gente con educación que vive y quiere vivir una vida normal, y nos presentó unas obras de arte de artistas de Gaza, la región más oprimida de Palestina y sin embargo todas las obras estaban lindísimas, llenas de colores. Salimos del museo con un nudo en la garganta pero con la mente más abierta.

Salimos del museo para visitar la mayor atracción de Belén, la Iglesia de la Natividad en donde Helena de Roma determinó el punto exacto donde Jesús había nacido, donde estaba un templo romano dedicado a Apolo sobre unas grutas. Ese templo romano fue destruido para construir en su lugar una iglesia que fue creciendo y creciendo. Se le construyeron a su alrededor varios conventos y hoy es un complejo enorme. Nos acercamos para entrar por una mini puerta a la iglesia con decoración notablemente de la iglesia griega ortodoxa, vimos una bola de gente y nos fuimos a formar con ellos porque seguramente entraríamos a algo importante. Estuvimos esperando un rato entre toda la bola de gente, de fila no había nada, hasta que bajamos unas escaleritas y entramos a unas cuevas donde curiosamente estaba marcado el punto exacto del nacimiento de Jesús que había determinado por Helena y que ahora era un atractivo para peregrinos y turistas curiosos de todo el mundo.

Salimos del complejo para regresar al autobús hacia Jerusalén. Nos subimos, pagamos nuestra cuota y se arrancó el autobús. Poco después de salir de Belén y entrando en la autopista el autobús tuvo que bajar la velocidad, había mucho tráfico. Nos dimos cuenta de que había una caseta de migración la cual por supuesto no pasamos de ida a Palestina, pero ahora que regresábamos a Israel tuvimos que bajarnos del autobús para que nos revisaran nuestros pasaportes y subir de nuevo para continuar hasta llegar a Jerusalén.

Al día siguiente nos fuimos a la estación de autobuses para ir a Masada, una fortaleza construida sobre una meseta por Herodes el Grande. Llegamos a la estación, encontramos la puerta de embarque y nos formamos en el intento de fila que había. Llegó el autobús y toda la gente se empezó a arremolinar empujando y rompiendo cualquier intento de fila para tener un lugar en el autobús Es demasiada gente y no están haciendo fila, vamos a tener que esperar el próximo que sale dentro de 50 minutos. Esperamos ahí parados tratando de no perder nuestro lugar, a penas la gente se movía tantito y nosotros nos movíamos también. Pasaron los 50 minutos, llegó el siguiente autobús y se armaron los empujones de nuevo especialmente de los que se habían colado por las orillas y querían forzar su entrada. Era un desastre, unos empujando y otros quejándose porque los empujaban. Nosotros finalmente conseguimos subir y después de poco más de una hora de desierto interminable a nuestra derecha y el Mar Muerto a nuestra izquierda llegamos a nuestra parada, bajamos del autobús, compramos los tickets y empezamos la caminata hacia la cima de esa pequeña meseta que se veía casi igual a todas las demás mesetas de la zona excepto por las instalaciones del teleférico que turistas usan en lugar de usar sus piernitas.

Después de 45 minutos de dolor de piernas y mucho sudor llegamos a las ruinas de Masada, fuimos recorriendo el sitio arqueológico mientras recordábamos lo que acabábamos de ver en un documental. Su construcción empezó en el 100 aC por los asmoneos como fortaleza, después Herodes El Grande, ese mismo Herodes que sale en la Biblia cuando nació Jesús, decidió construir ahí todo un palacio acorde a su poder y gustos así que ¿por qué no? El palacio en una meseta en medio del desierto tenía todos los lujos y comodidades e incluso hasta baños romanos. Impresionante. Vimos todas las instalaciones e incluso una rampa gigante hecha de tierra que romanos hicieron para poder llegar hasta la cima y masacrar a los judíos rebeldes que años antes habían escapado de Jerusalén y tomado la fortaleza de Masada para usarla como refugio y bastión en contra de los romanos.

Al día siguiente seguimos con nuestro tour cristiano para visitar algunos otros sitios donde afirman que estuvo Jesús como la prisión donde lo encerraron antes de su crucifixión y otros lugares bíblicos como el Huerto de Getsemaní donde arrestaron a Jesús y el Monte de los Olivos en donde además de olivos hay un cementerio judío, el más grande del mundo y se sigue enterrando gente ahí. Ser enterrado aquí sale en 40 mil dólares porque se cree que serán los primeros en ir al cielo el día del juicio final. Ya se acercaba el atardecer y desde la cima del Monte de los Olivos teníamos una vista más que privilegiada a Jerusalén con los lindísimos colores del atardecer, esperamos a que cayera el sol mientras que cantos musulmanes anunciaban la hora del rezo.

Nuestro último día en Jerusalén estuvo muy tranquilo. Desayunamos hummus delicioso y fuimos a formarnos para entrar a la explanada del Domo de la Roca, el hermoso monumento musulmán de mosaicos azules con una gran cúpula dorada. Llegó nuestro momento de pasar, nos preguntaron nuestra nacionalidad y nos dieron el paso, sólo los israelís no tienen permitido entrar, una de las consecuencias del conflicto entre Israel y Palestina. La explanada es enorme, fácilmente podrían construir también un templo judío para que dejen de pelearse por ese lugar, hay espacio para todos. En ese espacio, el Monte del Templo, es donde judíos y cristianos sitúan el lugar donde Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo y también de donde los musulmanes dicen que Mahoma ascendió a los cielos. Además ahí fue donde estuvo el Templo de Salomón y el Segundo Templo judío que destruyeron los romanos junto con el resto de Jerusalén en el año 70 dC en represalia de rebeliones de judíos que estaban en contra de adoptar la cultura romana. Después se construyó un templo romano, una iglesia cristiana bizantina y finalmente el monumento musulmán que existe hoy. Los judíos todavía tienen la esperanza de volver a construir su templo en ese mismo punto y ojalá que puedan hacerlo sin tener que destruir nada de otras religiones y que algún día puedan convivir todos en paz alejados de intereses políticos y económicos.

Por la noche cerramos con broche de oro nuestra estancia en Jerusalén. Coincidimos con mis primos Vero y Mau y su hijo Iñaki que también estaban haciendo un tour por Jesuralén. Nos vimos primero en su hotel para empezar la plática acompañados de una cerveza y después nos invitaron a cenar a un restaurante que estaba cerca y que resultó muy bueno, además de que con compañía tan linda la comida siempre sabe mucho mejor.

La opinión de Alfred sobre Jerusalén y Belén.

Lo mejor: La multiculturalidad que define a la ciudad de Jerusalén. Es muy interesante ver cómo conviven tres culturas y religiones que se basan en los mismo que pueden ser tan diferentes.

De Palestina el museo de Banksy es lo mejor porque te explica la versión del lado de Palestina ya que nosotros estamos acostumbrados a escuchar la versión de Israel.

Lo peor: Todo está diseñado para paquetes turísticos gigantes y como turista sólo es más complicado viajar. Parece que todo lo hicieran para que contrates tours.

Lo más chistoso: En la estación de autobuses queríamos comprar boletos para ir a la frontera del sur de Israel con Jordania, primero preguntamos en la ventanilla de tickets y nos mandaron a la de información y en la de información nos dieron mal el dato del autobús que teníamos que agarrar pero nos dimos cuenta, y luego cuando en información preguntamos por el precio nos dijeron que preguntáramos en la ventanilla de tickets. Fue un desastre pero no sé cómo al final logramos comprar los boletos que necesitábamos.











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