Jaipur, India: ciudad rosa, pozo escalonado y templo de monos

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19 de diciembre de 2022. Desde Agra tomamos un tren corto a la linda ciudad Jaipur, la ciudad rosa de India, y para mi gusto una de las ciudades más bonitas de India, por lo menos de las que conozco hasta ahora, en parte porque es un poco menos caótica y un poco más caminable. Nos hospedamos en un hotelito de muy pocas habitaciones con una decoración ultra bonita donde dormimos de maravilla hasta que a las seis de la mañana nos despertaron con un buen susto al ritmo de tambor, tambor, campanita, tambor, tambor, campanita porque teníamos un templo hinduista a un lado. ¡Ay! Se pasan, todavía ni amanece. Prefiero a los musulmanes con sus cantos que a los hinduistas con sus tamborazos.

Fuimos el primer día a visitar el Palacio de la Ciudad que es el palacio de la familia real de Jaipur. Una parte todavía está reservada para que la familia real viva ahí aunque la mayoría del tiempo vive en Londres y el resto del palacio ahora es un museo. Desde que íbamos llegando al centro podíamos ver que la arquitectura era un poco diferente a la que habíamos visto antes y era todo del mismo color entre rosado y terracota con algunos detalles en blanco. Originalmente la ciudad empezó a construirse en piedra arenisca rosada y posteriormente se mantuvo ese color pintando las construcciones que ya se hacían de otros materiales como concreto, y por esto es que se le llama la ciudad rosa.

Entramos al lindo palacio blanco y rosa del siglo XVIII de la familia real descendientes de los Kachwaha que establecieron su reino desde el siglo XI en India, en la región de Rajastán. Entramos a una construcción que tenía el objetivo de recibir a personas importantes y mandatarios de otros países ahora convertida en un museo donde vimos una exposición sobre polo, el deporte que se inventó en India y después lo empezaron a jugar los ingleses. El polo y el cricket son deportes muy importantes en India y sobre todo el cricket, ese es el deporte más importante del país. En ese museo también vimos una exhibición sobre impresionantes vestuarios de la realeza. 

Atravesamos grandes patios para llegar hasta el salón de las audiencias públicas todo pintado de rosa y blanco. Ahí había exhibido un par de gigantescos jarrones de plata, los más grandes del mundo que se usaron para llevar el río el agua del río Ganges junto con el emperador para un viaje a Gran Bretaña porque hasta ese momento cualquiera que saliera de India perdería su casta, pero supongo que llevando agua y tierra de India los dioses no se darían cuenta de que alguna vez salieron.

Luego pasamos por un patio con unas puertas bellísimas ¡Mira esa puerta! ¡mira esa otra puerta! ¡ay qué bonito! ¡quiero fotos con todas las puertas! Cada una de esas puertas representaban estaciones del año pero en India, como en parte de México, las estaciones no están tan marcadas así que no era tan evidente cuál era de cuál eso sí lo tuvimos que investigar. La de pavorreales representa el otoño, la de flores de loto representa el verano, la de rosas el invierno y la verde con olas la primavera.

Después entramos a un impresionante salón de audiencias privadas bellísimamente decorado con todos los lujos que uno se puede imaginar y con cada uno de los cuadros de los descendientes de los Kachwaha desde el siglo once hasta el día de hoy. Ahí no nos permitieron sacar fotos así que nos dedicamos a admirar la belleza del lugar y ver la historia de cada uno de los reyes.

Entramos a otras construcciones con exposiciones de armas con unos techos fabulosos, de hecho yo estaba más emocionada por los techos que por las armas mientras que Alfred estaba más asombrado por las armas que por los techos. Y también una exposición magnífica de pintura antigua con grandes influencias persas en la que los detalles son impresionantes hay muchísimos detalles en las pinturas que son hechos con un solo pelo de ardilla no podíamos dejar de ver tales obras de arte.

Saliendo del palacio real pasamos por un parque que en 1734 uno de los reyes de Jaipur, Sawai Jai Singh II, que era aficionado a la astronomía construyó 19 instrumentos astronómicos gigantescos para poder medir a simple vista posiciones astronómicas y precedir eclipses, tener la localización de las estrellas más importantes y la dirección de los planetas entre otras cosas.

Después fuimos a ver la obra arquitectónica más representativa de Jaipur y de todo Rajastán lo que le llaman la máxima expresión de arquitectura Rajput, el Hawar Mahal o palacio de los vientos que en realidad es más un cascarón que un edificio que se construyó para que las mujeres de la familia real específicamente las princesas pudieran ver desde dentro del palacio la vida en las calles los festivales y que ellas no fueran vistas desde fuera. ¡Uy me encanta! Qué construcción tan bonita, para mí uno una de las construcciones más bonitas del mundo. Y como no podíamos dejar de admirarla fuimos a comer a un restaurancito justo enfrente con vista a esa maravilla.

Después de comer nos pusimos a caminar por el centro de Jaipur y porque se acercaba el fin de año decoraron bien bonito una de las calles por la que pasamos. De todos modos caminamos bien rápido evitando a todos los vendedores que nos querían vender algo, lo que fuera, que si un una figurita de Ganesha, que si unos zapatos, que si una pashmina, pero nosotros nos hacíamos los que no entedíamos nada y nos seguíamos derecho. 

Ya siendo de noche llegamos al Albert Hall Museum que afortunadamente tenía todavía sus puertas abiertas y pudimos entrar a ver objetos de arte bellísimos de la región.

Al día siguiente fuimos a visitar Amer Fort. Desde que nos bajamos del taxi la gente nos ofreció subir en elefante, la verdad se veían muy bonitos y la oferta era muy tentadora pero decidimos no hacerlo porque sabemos que los pobres elefantes sufren muchas ansiedad en su entrenamiento, que no son animales domesticables aunque los puedan domar y por eso se está luchando legalmente en India para que esa práctica ya termine. 

Subimos por nuestra cuenta con nuestras piernitas hasta la entrada de Amer Fort donde contratamos una audioguía buenísima que nos llevó de la mano por todo el palacio fortificado que era el lugar de residencia de la familia real antes de que construyeran el palacio de la Ciudad. Afortunadamente este palacio resistió los embates del tiempo y está en condiciones extraordinarias. Desde allá arriba teníamos una vista espectacular a unos jardines que construyeron encima de un lago. 

Pasamos por el salón de audiencias públicas hasta una puerta increíblemente bonita con una decoración colorida lindísima donde incluso vimos una pareja de novios haciendo fotos para su sesión de bodas. Fuimos caminando por cada parte del palacio hasta que llegamos a lo que era parte de las habitaciones privadas de la realeza. Qué bonito lugar, qué decoración tan impresionante. Casi todo estaba decorado con pequeños espejitos para que en su momento brillaban como estrellas a la luz de las velas. Ahora ya no hay obviamente velas pero se ve igualmente increíble. Así probablemente estaba decorado el palacio de Delhi también.

Al terminar de recorrer todo este palacio seguimos nuestro camino por un túnel que nos llevó hasta una fortaleza cuyo trabajo era cuidar al palacio Amer. Desde ahí había una vista impresionante del palacio y de la muralla que construyeron para rodear todo el terreno del palacio y de la fortaleza.

En nuestro último día en Jaipur quisimos visitar el que dicen es el pozo escalonado más bonito de India y uno de los más antiguos que existen. Fueron casi dos horas de camino para llegar hasta allá en un pueblo bastante alejado de Jaipur pero que totalmente vale la pena visitarlo. Cuando llegamos al pozo nos pareció algo totalmente impresionante nunca habíamos visto algo así, vimos que el pozo no tenía solamente una función de recolección de agua sino también tenía un palacio en donde el rey de la región iba a descansar así que tenía unas decoraciones bellísimas en su momento que desafortunadamente fueron destruidas por grupos conquistadores que llegaron posteriormente a la región. 

También nos enteramos de que como éste habían muchos pozos por todo el país sin embargo los británicos al considerarlos un poco de infección simplemente los taparon. Nos encantó ver en estas decoraciones detalles diferentes a los que habíamos visto antes en otras partes de India.

De camino de regreso a Jaipur nos quedaba visitar un conjunto de templos hinduistas que es llamado el templo de los monos porque hay muchos monos haciendo sus monadas. El conjunto de templos la verdad está muy descuidado porque desafortunadamente no hay una sola persona u organización encargada de su cuidado sino que son diferentes templos y no hacen muy buen trabajo.

Pero sí nos gustó visitarlo por la cantidad de changos que hay ahí y que son bastante amigables, de hecho se acercan sin ningún problema, no te atacan o simplemente pasan por un lado como si nada, no les importa en lo más mínimo que unas cuantas personas estén pasando por su territorio. Incluso uno que otro changuito bebé bien lindo llegó a acercarse a nosotros sin miedo.

La opinión de Alfred sobre Jaipur.

Lo mejor: Lo mejor está entre el Hawa Mahal o sea el palacio real en su totalidad con su espectacular salón de los espejos que verdaderamente te puedes quedar ahí horas hipnotizado viéndolo y su fachada terracota para las princesas que estaba muy bonita, eso yo creo que sería lo mejor pero también hay otras muchas cosas que compiten muy bien como el pozo de agua escalonada.

Lo peor: Lo peor fue que nos levantamos a las 4 de la mañana para tomar el tren a Jodhpur y se retrasó cinco horas y llegó hasta las 11 y media de la mañana en tren entonces estuvimos 5 horas despiertos en espera y 5 horas en el tren, o sea 10 horas total.

Lo más chistoso: La primera noche estábamos dormidos muy apaciblemente y de pronto se dejó venir una fiesta de tambores y campanas. No sabíamos qué estaba pasando hasta que entendimos que estábamos a un lado de un tiempo hinduista y eso lo tuvimos que aguantar a las 6 de la mañana de todos los días que dormimos ahí.





















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