Serengueti, Kenia: la fascinante sabana africana

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20 de enero de 2023. A las 7 de la mañana llegaron por nosotros a Nairobi para un tour de safari de 5 días, unos de los más increíbles de todo el viaje. En el tour íbamos puros extranjeros: una chica de Mongolia, dos húngaros, un francés, una española y nosotros dos mexicanos como dignos representantes de América, y por supuesto iba también nuestro gran guía keniano llamado Jimmy. Sí, Kenia fue colonia británica así que es muy común que los nombres sean británicos, igual que en México los nombres más comunes son los españoles.

Después de 6 horas de camino con algunas paradas técnicas llegamos a lo que ellos llaman campamento y que para nosotros era casi un hotel de lujo, las habitaciones tenían todas las comodidades incluyendo regadera y baño privado. Estaban súper bien. Comimos y a las 4 de la tarde nos llevaron a nuestro primer paseo en la jaula a motor para humanos también llamada camioneta 4x4 . Todos emocionados entramos a la reserva Parque Nacional Masai Mara, parte de la región del Serengueti, con una extensión de más de 1500 kilómetros cuadrados que está súper protegida por el gobierno para la preservación de su increíble fauna.
¡Cebras! ¡Qué lindas! Luego luego empezamos a ver cebras, por primera vez en nuestra vida las veíamos en total libertad, jirafas, gacelas, antílopes, ñus. La camioneta en la que íbamos se le levantaba el techo y así teníamos una vista privilegiada de nuestro entorno. 

Unos minutos después estábamos viendo algo que no podíamos creer, una leona y su cachorro comiendo un buen banquete. Era un búfalo, lo cazaron ayer. Estábamos a unos cuantos metros de distancia presenciando esa escena que sólo habíamos visto en programas de televisión. No sabía que podíamos estar tan cerca y que no les importe a los leones, simplemente nos ignoran. Los animales en la reserva se han acostumbrado a las camionetas de safaris y saben bien que no son una amenaza así que no les importaba nuestra presencia. Otra leona se acercó caminando hacia nosotros y se acostó bajo un arbusto cercano justo frente a nuestra camioneta. Todos los del safari estábamos como locos tomando fotos y videos sin parar. ¡Qué buena suerte! ¡A penas llegamos y ya estamos viendo leones!

Seguimos recorriendo la reserva en la camioneta emocionadísimos con el fascinante espectáculo. Nos explicó el guía que muchos de los animales que estábamos viendo no estaban en grandes manadas porque eran sobre todo machos solteros o viejos que no pertenecían a ningún grupo y se quedaban a vivir ahí de manera independiente. Al poco tiempo empezó el show del atardecer, la camioneta se paró y por unos minutos nos quedamos todos en silencio sólo observando el sol ocultándose en la sabana africana.

Regresamos al campamento, cenamos y nos fuimos a dormir para madrugar al día siguiente. El segundo día a las 5 de la mañana nos levantamos, desayunamos y nos subimos a la camioneta, entramos nuevamente a la reserva ¡Buenos días animalitos! El paisaje en la mañana era muy diferente, todavía no salía el sol pero ya habían búfalos y cebras activos. ¡Las cebras tienen las pompas más bonitas del reino animal! Lo tenía que decir. Los demás chicos del tour estuvieron de acuerdo ¿quién no lo estaría?

El sol se dejó ver y nuestro guía se estacionó estratégicamente para la foto del sol saliendo detrás de los típicos árboles solitarios del Serengueti. Una escena hipnotizante.

¡Vamos a ver qué encontramos hoy! Los guías de las camionetas se iban comunicando entre ellos por radio para saber si estaban a la vista los animales que los turistas más esperábamos ver e ir a toda velocidad manejando a donde fuera necesario. Y de pronto ante nosotros un hermoso chita disfrutando a la sombra de las primeras horas del día. Un magnífico animal que ha evolucionado para lograr velocidades de 100 km/h, más rápido que cualquier otro mamífero. Para mí el más elegante y de los más bellos.

¡Un elefante a lo lejos! Nos acercamos a él, un elefante solitario, un soltero, que aunque es un animal por lo general muy tranquilo cuando se enoja es muy peligroso y puede voltear una camioneta de safari con facilidad. Los guías los conocen muy bien y saben cuándo alejarse. Nuestro guía reconoció en este elefante que no estaba de buen humor así que mejor lo dejamos tranquilo.

De pronto nos sorprendió un magnífico león macho con su melenota y su imponente presencia. El león no es tan rápido como el chita pero es más fuerte así que tiene más probabilidades de cazar a una presa grande como un búfalo que para un chita es más difícil. El león empezó a caminar y las camionetas que estábamos en la zona empezamos a seguirlo, todos los turistas maravillados con su presencia. Estoy segura de que nosotros como turistas interferimos muchísimo en la vida diaria de estos animales pero por otro lado eso los protege de los cazadores ilegales que no pueden operar en las zonas que visitan los safaris. También, el hecho de que estos países ganen dinero con este tipo de turismo asegura la protección de las reservas así que al final la presencia de los molestos turistas en las reservas sí trae un beneficio.

Seguimos recorriendo la reserva hasta ver otro león más comiendo los restos de alguna presa de la que ya sólo quedaban sus costillas y frente a él dos leonas cómodamente acostadas. Este grupo tiene mucha suerte. Normalmente no encontramos tantos leones. Nos dijo el guía que hay veces que pasan dos semanas sin ver a leones comiendo de sus presas y nosotros ya vimos a dos diferentes. ¡Qué increíble!

El Serengueti también nos permitió ver muchas gacelas, algunas de ellas machos jóvenes practicando luchas con sus cuernos que más adelante les servirían para demostrar su fuerza y poderse aparear.

Vimos grupos súper tiernos de los llamados pumba en suajili, facóquero en español y que están emparentados con los jabalíes. Los locales les llaman pumba que significa tonto porque tienen un cerebro muy pequeño y problemas de memoria así que cuando están huyendo de algún depredador de pronto se les olvida por qué estaban corriendo y se paran o incluso empiezan a correr hacia el depredador. Lo que los ha hecho exitosos en la evolución es que a pesar de su torpe memoria y además mala vista, son muy temerosos y luego luego ante el más mínimo movimiento se echan a correr, también suelen mantenerse cerca de jirafas y cuando ellas empiezan a correr los pumbas corren hacia la misma dirección de las jirafas sin hacer preguntas. Digamos que saben en quién confiar.

Hicimos una pausa en una zona aparentemente libre de depredadores para bajarnos de la camioneta a hacer un picnic. En zonas donde saben los guías que hay grandes felinos no permiten a ningún turista bajar de la camioneta porque inmediatamente los felinos los identifican como presa y se convierten en comida.

El Serengueti de 13 mil kilómetros cuadrados es toda una región que se comparte entre Kenia y Tanzania y donde sólo te das cuenta de la frontera por unos bloques de concreto que indican el lado que es de Kenia y el lado que es de Tanzania. Ahora estamos en Kenia, ahora estamos en Tanzania, ahora en Kenia, ahora en Tanzania. Los animales que viven ahí cruzan todos los días de ilegales de un lado a otro y nadie les dice nada. Y nosotros los humanos creemos que vivimos en libertad... curioso concepto que tenemos sobre la libertad.

Después de comer seguimos el tour en nuestra jaula a motor. Vimos hienas que se mantienen cerca de los leones para comerse lo que sea que hayan cazado los leones o al menos las sobras que dejen.

Voy a manejar rápido, todos sentados, tengan sus cámaras listas para lo que vamos a ver. ¡Miren qué hay ahí! Llegamos a un árbol solitario muy bonito, con un follaje increíble aunque no me quedaba claro que valiera tanto la pena fotografiarlo, excepto por un bulto amarillo con manchas negras que descansaba en sus ramas. ¡Un leopardo! ¡Wow! ¡Qué bonito y qué flojo! A los leopardos les encantan los árboles, son excelentes trepadores e incluso muchas veces suben los cadáveres de sus presas a los árboles para evitar que otros carnívoros se roben su cena. Ya llegaron los turistas que estaba esperando, ya es hora de dar show. Estoy segura de que eso pensó el jaguar porque un par de minutos después de nuestra llegada se levantó, bajó del árbol con toda seguridad para mostrarnos su agilidad y se puso a caminar tranquilamente presumiéndonos su gran belleza.

¡Otros leones! A penas habíamos dejado el chita y ya estábamos viendo otros leones. Esta vez era toda una familia de tres hembras con cinco leones jóvenes pero de edad suficiente para empezar a cazar junto con sus mamás para algún día ser independientes y poder cazar por su cuenta.

Para este momento del día creíamos que ya no íbamos a ver nada más, que ya en cualquier momento íbamos a regresar al campamento, pero no, el siguiente show en nuestro itinerario fue una familia de preciosos elefantes tomando agua y refrescándose en un estanque. Era una familia completa, desde el chiquito y torpe que a penas estaba aprendiendo a usar su trompa hasta el imponente líder de la manada. No tengo ni idea de cuánto tiempo estuvimos viendo esos gorditos elefantes, estábamos como hipnotizados con la escena. No puedo entender cómo hay gente que compra objetos de marfil sólo para decorar su casa sabiendo que eso implicó el asesinato de algo tan especial.

Más tarde nos llevó el guía a la zona del río Mara donde vimos algunos letales cocodrilos y simpáticos hipopótamos que nos mostraron su peculiar técnica de coqueteo abriendo su boca lo más grande posible, entre más grande la apertura de su boca más atractivo para las hembras. No, en los humanos no funciona, por favor no lo intenten.

Según yo ya estábamos por regresar a nuestro campamento, ya llevábamos más de 10 horas de safari y ya estábamos un poco cansados pero ¡oh sorpresa! Nos encontramos con un par de leonas caminando, tal vez simplemente trasladándose o tal vez buscando alguna presa que cazar. Estuvimos siguiéndolas un buen rato, se detenían a tomar agua, seguían caminando, se detenían a descansar, seguían caminando y siempre sin inmutarse por nuestra presencia. ¡Qué belleza es ver estos animales en libertad real!

Regresamos agotados al campamento pero fascinados por todo lo que habíamos visto ese día, había sido increíble. Al tercer día salimos caminando para visitar una aldea de una tribu Masai que estaba muy cerca de nuestro campamento. Los Masai son una tribu seminómada de ganaderos que habita en Kenia y Tanzania conviviendo con los animales salvajes, de las poquitas tribus que quedan viviendo todavía de manera tradicional. Nos explicaron que se visten de rojo para que los depredadores identifiquen que no son comida y que no los ataquen porque si se vistieran de colores como el blanco, negro o café los leones podrían confundirlos con cebras, búfalos o antílopes.

Nos recibieron los Masai con cantos y bailes rituales que incluyen un concurso de saltos al que nos invitaron a participar. Según las tradiciones Masai entre más alto sea el salto están demostrando más madurez y fuerza, algo muy importante a considerar por parte de los papás de las chicas que eligen a su futuro esposo. Por ahí uno llamado Alfredo brincó muy alto y llamó mi atención. 

Después uno de los Masai llamado Lemara con su perfecta sonrisa nos invitó a Alfred y a mí a entrar a su casa y explicarnos algo de su forma de vida. Nos presentó a sus dos bebés y a su esposa. Nos platicó que como parte de sus tradiciones para demostrar su madurez y capacidad de supervivencia él junto con 60 hombres permanecieron 5 años viviendo en la sabana de los cuales 9 hombres murieron, también que más mujeres son las encargadas de la construcción de las casas con madera, excremento de vaca, barro y follaje seco y que duran 9 años, después de eso se mudan a otra zona y esa la dejan para que la tierra se recupere de la erosión provocada por el humano y el ganado. Algo muy peculiar es que las casas tienen ventanas muy pequeñas, esto en contra de los leopardos para que no puedan entrar a robarse niños, Lemara nos contó que el año pasado de hecho un Leopardo se robó un bebé pero que la comunidad no fue a cazarlo porque entienden que es la naturaleza del leopardo buscar presas y que son los humanos quienes tienen que proteger a sus crias así como cualquier otro animal en la naturaleza.

Los Masai viven en comunidad, todos son una familia y todo lo que ganan se lo reparten entre todos por lo tanto el éxito y fracaso de uno es el éxito y fracaso de todos, de esa manera todos están trabajando por y para toda la comunidad, un concepto que creo es muy básico pero que en nuestra sociedad no se aplica porque se aplauden más los éxitos individuales que está muy bien para el desarrollo y crecimiento personal pero que no sirven de mucho para que una comunidad crezca y sea exitosa en conjunto. ¿Será esa falta de sentido de comunidad lo que hace  que familias, colonias, ciudades e incluso países sean tan desiguales como en el que vivo? Interesante tema para reflexionar.

El tercer día fuimos a visitar el parque Nakuru. Una reserva donde hay todo tipo de animales pero que en especial los rinocerontes blancos tienen un hábitat perfecto para ellos y afortunadamente su crecimiento poblacional va en aumento. Ellos no tienen depredadores en la naturaleza, sólo los implacables humanos que los cazan por las supuestas propiedades de sus cuernos que no son más que queratina. Al llegar al parque y adentrarnos a penas unos kilómetros nos encontramos con muchísimos búfalos con sus tiernas crias y algunos de ellos cruzando un río ¡así como en los documentales!

Después vimos un rinoceronte con su pequeño rinoceronte bebé. Lo que más nos llamó la atención era lo puntiagudo de su cuerno, nunca habíamos visto un cuerno de rinoceronte así tan pero tan puntiagudo. Nos explicó el guía que es por la alimentación y la cantidad de ejercicio que hacen en libertad que por supuesto en los zoológicos no pueden hacer. Luego otros rinocerontes más por acá y otros más por allá, todos tan tranquilos, como si nada malo pudiera pasar en su vida.

Oigan, algo está pasando allá a lo lejos, hay muchos búfalos y gacelas corriendo, parece que están huyendo de algo. Ahí estaban, a penas podíamos distinguir a la distancia a una leona y un león corriendo también intentando cazar algo. Las gacelas seguían corriendo mientras los búfalos se reagrupaban haciendo un bloque de defensa enorme impenetrable para los leones. Mientras tanto un grupo de pumbas corría despavorido hacia nosotros hasta que de pronto les dio hambre y se detuvieron a comer hierba, afortunadamente ya estaban muy lejos de los leones. Unos rinocerontes que caminaban por ahí con dirección a la escena de acción o no se enteraron de lo que estaba pasando o no les importó porque siguieron caminando hacia allá, al fin y al cabo a ellos no les afectaba la presencia de los leones. Finalmente todo se tranquilizó, los leones dejaron de correr, las gacelas dejaron de huir y los búfalos regresaron caminando por donde venían. Esta vez los leones no lograron su objetivo. Tal vez vuelvan a intentarlo por la tarde. ¡Qué cosa! ¡Qué experiencia tan increíble ver a los leones en acción!

Nos llevaron esa tarde a hospedarnos a un hotelito donde por la noche nos tomamos una cerveza con los del tour, como siempre nosotros explicándoles sobre lo que es la verdadera comida mexicana y que el buen tequila no se toma de shot sino que se disfruta y aprecia. Alfred ya se tomó esa como la misión del viaje. 

Al día siguiente fuimos a un plan mucho más tranquilo que los días anteriores en el Lago Naivasha para dar un relajante paseo en lanchita, ver algunos hipopótamos y aves como  la cigüeña de pico amarillo, pelícanos y cormoranes dándose un festín con la enorme cantidad de peces en ese lago. Nos tocó ver un ave que teniendo su pesca en la boca lo golpeaba en la cabeza contra una roca para matarlo antes de comérselo. Fue una buena demostración de habilidades e ingenio.

Ese día nos despedimos de todo el grupo y nos quedamos solos Alfred y yo con el guía para nuestro quinto y último día de tour, esta vez a la reserva llamada Hell's Gate donde pudimos hacer una caminata por la reserva viendo cebras, pumbas, búfalos, gacelas y jirafas sin tener miedo a que algún depredador nos atacara porque esa reserva en particular está libre de depredadores. Nos encantó variarle a los safaris y esta vez poder caminar con libertad. Era un poco extraño para nosotros porque ya estábamos acostumbrados a estar en nuestra jaula y esta vez podíamos ser libres.

Mientras íbamos caminando a lo lejos vimos una jirafa y ella nos vio a nosotros, hicimos una hermosa amistad. Alfred levantó el brazo como si fuera su largo cuello como de jirafa y empezó a caminar imitándola. Al parecer eso captó más su atención, yo empecé a hacer lo mismo y nos dimos cuenta de que si nosotros caminábamos ella caminaba y si nos deteníamos ella se detenía, estábamos fascinados con eso. 

Nosotros nos hubiéramos quedado horas interactuando con la jirafa pero nuestro guía nos recordó que teníamos que seguir nuestro camino. Nos despedimos de la jirafa y seguimos el camino dentro de la reserva hasta llegar a una zona de trekking por una zona más selvática donde el guía de esa zona nos estuvo explicando sobre diferentes tipos de plantas medicinales o de las que sacan pintura para adornarse la piel.

Después de los días que estuvimos en el Serengueti nos enamoramos del lugar tan maravilloso que es, nos dio muchísimo gusto ver con cuánta dedicación hay tanta gente protegiendo a los hermosos animales que otros buscan destruir a propósito por tener hermosos ornamentos en casa o por supuestos beneficios a su salud, o también los que destruimos sin querer no cuidando los recursos naturales que tenemos, consumiendo objetos que no necesitamos como productos desechables, moda rápida o productos de aseo contaminantes.

La opinión de Alfred sobre el Serengueti:

Lo mejor: Obviamente los animales en su estado lo más natural que se puede, sin duda es una experiencia única. Me encantó ver todo lo que he visto en tantos documentales que he visto desde niño verla en persona. Es una experiencia fantástica.

Lo peor: La verdad que lo peor al menos para mí fueron las levantadas tan temprano y los trayectos de 11 horas en el camioncito del safari del cual te puedes bajar poco porque si te bajas te conviertes en comida.

Lo más chistoso: Todos los miembros del tour concluyeron que las pompas de las cebras son las más bonitas de todas gracias a la burra de Lulú que se le ocurrió mencionarlo.
















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