30 de marzo de 2023. Desde las frescas tierras de Cameron Highlands tomamos un autobús que en sólo dos horas nos dejó en Ipoh, Malasia. En el camino vimos impresionados minas a cielo abierto donde montañas enteras eran destruidas, y no es que no hayamos visto este tipo de minas antes pero ahí al ser una región selvática se notaba muchísimo la devastación, de montañas totalmente cubiertas de selva verde de pronto nos encontrábamos con mitades de montañas como si un cuchillo gigante las hubiera cortado y se hubiera llevado ese pedazo faltante.
Ipoh es conocida como la capital culinaria de Malasia así que no pudimos dejar pasar la oportunidad de probar los platillos emblemáticos de la ciudad. Al día siguiente de nuestra llegada desayunamos en el restaurante Thean Chun, un lugar muy recomendado que estaba además en frente de nuestro hotel, nos sentamos en una mesa disponible y estuvimos esperando a que nos atendieran pero los meseros no se nos acercaban, ni nos daban el menú ni nada. ¿Será que nosotros tenemos que ir a pedir? Así era, nos dimos cuenta de que el lugar era casi como un mercado en miniatura donde teníamos que ir a pedir a alguno del par de puestitos de comida que había. Así lo hicimos y cuando llegó nuestra comida nos cobraron inmediatamente, una costumbre muy curiosa en Malasia que te cobran en el momento en el que te sirven la comida o la bebida. Desayunamos delicioso, unos platillos de noodles buenísimos y un par de white coffees típicos del lugar. Una señora de la mesa de al lado nos empezó a platicar que gente de otras partes de Malasia y de Singapur viajan a Ipoh exclusivamente a comer en ese lugar ¡Yo también lo haría! Estaba buenísimo.
Ya desayunados fuimos al museo Han Chin Pet Soo a aprender un poco sobre parte de la historia de Ipoh. Entramos a una antigua casa amueblada al estilo de finales del siglo XIX donde un guía súper amable nos dio todo un recorrido explicando que Ipoh tuvo su boom económico con la minería de estaño. Chinos hakka migraron a Malasia y se establecieron para buscar una vida mejor, eventualmente les fue muy bien y la casa en donde está el museo servía como club para reuniones y entretenimiento de los mineros.
Saliendo entramos a otro museo, un túnel del tiempo con objetos y habitaciones ambientadas en diferentes épocas para nostalgia de los malayos, pero también para nosotros nos resultó muy interesante y curioso estar viendo cómo eran los negocios y casas de hace algunas décadas.
Después, porque todavía no nos habíamos cansado de museos, entramos a otro sobre la interesante vida de Ho Yan Hor, un emprendedor malayo que vivió en esa propiedad con muchas dificultades económicas y que, con el afán que tenía de ser médico y ayudar a los demás, se puso a crear infusiones con mezcla de té y de varias hierbas y a venderlos. Le empezó a ir muy bien y siguió creciendo, creciendo y creciendo hasta que hoy es una farmacéutica llamada Hovid muy importante en Malasia y en otros países especialmente asiáticos. Al terminar el recorrido por el museo nos dieron a probar de los tés que venden. ¡Qué rico! !Qué sabor tan intenso! Yo creo que esas eran las mejores infusiones de hierbas que habíamos probado, tenían sabores súper intenso y bien diferentes una de otra.
Más tarde después de comer seguimos un recorrido auto guiado diseñado por la ciudad con mapa y toda la cosa así que fue muy fácil seguirlo. En el recorrido pasamos por una curiosa librería instalada en las antiguas cajas de seguridad de un banco.
También vimos un montón de edificios coloniales construidos a principios del siglo XX cuando Ipoh era muy próspera por la minería de estaño. Vimos edificios de esa época como la estación de tren, el ayuntamiento, una escuela muy importante hasta el día de hoy, el restaurante más antiguo de Malasia donde nos sentamos un ratito para refrescarnos del calorón malayo. Vengan, les voy a platicar y enseñar las fotos antiguas de Ipoh. Una señora del restaurante bien amable nos enseñó varias curiosidades del restaurante, sólo por gusto.
Seguimos el recorrido y vimos edificios de bancos que se establecieron desde ese entonces y que hasta el día de hoy albergan bancos. Vimos uno muy bonito que es HSBC desde 1931 y que era en esa época el edificio más alto en Ipoh.
Pasamos además por un controvertido monumento a Birch, el primer gobernador de Ipoh designado por los británicos y que fue asesinado por querer imponer todo lo británico y ser totalmente intolerante con el idioma, religiones y forma de vida de los malayos. Se cree que el sultán estuvo involucrado en el asesinato y lo mandaron al exilio. Definitivamente es un poco raro que haya al día de hoy un monumento a un personaje así.
Por último ese día, después del tour por toda la parte antigua de Ipoh y además de seguir comiendo comida deliciosa, estuvimos encontrando por toda la ciudad arte callejero súper creativo con el que nos divertimos tomando fotos y fotos.
Al día siguiente me sentía un poco mal así que básicamente sólo salí a comer y me regresé a descansar y dormir para recuperar fuerzas y recuperarme rápido. En este viaje hemos aprendido que es verdad que no hay mejor medicina para casi todas las enfermedades que descansar y dejar que el cuerpo haga su trabajo.
Gracias a ese descanso al día siguiente ya me sentí muchísimo mejor y nos fuimos en taxi a visitar el templo Kek Look Tong. Al llegar vimos la entrada a una caverna enorme que convirtieron en templo budista y quedó súper bonito e interesante.
Atravesamos la caverna y llegamos a unos jardines hermosos con su laguito y canal de agua. Mira, rentan lanchitas de pedales ¿rentamos una? Ojalá que nos toque la de patitos. Pero no, la de patitos era para cuatro personas y a nosotros nos tocó la lanchita genérica aburrida para dos personas, ni modo. Nos subimos a nuestra lanchita y le empezamos a pedalear por el lindo canal con un risco gigante de un lado y el jardín del templo por el otro lado. Cuidado, gente torpe adelante. Al parecer manejar esas lanchitas de pedales tenía un alto grado de dificultad para algunos que no lograban controlarlas e iban a la deriva chocando con todo. Supongo que eso también lo hacía más divertido, especialmente para nosotros que observábamos la torpeza de los demás.
Después de la lanchita rentamos un cuadriciclo para dos personas que estaba muy divertido porque los dos teníamos manubrio así que puso a prueba nuestra comunicación como pareja y creo que sí pasamos la prueba porque no nos caímos al canal de agua ni chocamos con otras bicis. Lo considero un gran logro en nuestra relación.
Después en el parque nos encontramos con un pasillo empedrado de reflexología, o sea para caminar sobre él con los pies descalzos y sufrir mucho con la esperanza de que eso sirviera para estimular las terminaciones nerviosas o al menos para dar un masaje a los músculos de la planta del pie. Yo muy lentamente hice la vuelta completa por todo el pasillo empedrado y Alfred, que no le gusta tanto sufrir como a mí, caminó sólo una parte.
Regresamos a Ipoh, empezó a llover y nos resguardamos en una cafetería donde gratamente nos encontramos con que tenían de los mejores cafés del mundo incluyendo de Chiapas y de Coatepec. ¡Qué orgullo!
La opinión de Alfred sobre Ipoh:
Lo mejor: Que a Lulú no le dio hipo. No, yo creo que lo mejor fue la comida multicultural desde comida india y china pasando por la hora del té en tacitas inglesas y desayunando noodles con caldo de pollo y camarón. Eso hizo a Ipoh muy interesante y también me gustó mucho el arte urbano.
Lo peor: Nos encontramos con muchas cosas cerradas, edificios históricos cómo la estación de tren o la casa de gobierno que estaba en remodelación pero aún así Lulú logró hacer un tour de 5 horas por el centro, porque Lulú...
Lo más chistoso: Resultó que hay curry muy famoso en Ipoh que es una combinación entre malayo e indio. Lulú y yo fuimos al restaurante a comerlo y sí estaba rico pero no se nos hizo lo mejor de Ipoh. Lo más chistoso es que nos enteramos que un empresario de Kuala Lumpur hace unos años mandó un helicóptero a que recogiera 36 órdenes de ese curry, aterrizó en el parque de al lado sin permiso y se hizo todo un escándalo en el país.
Comentarios
Publicar un comentario