Gyeongju, Corea del Sur: la lindísima capital del reino de Silla

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4 de mayo de 2023. A medio día salimos de Busan para ir a conocer una de las ciudades históricas más importantes de Corea del Sur. Después de sólo una hora de viaje en autobús llegamos a Gyeongju y caminamos al alojamiento donde un micro cuarto con litera nos estaba esperando. ¡Qué lindo! Chiquito pero bonito. El cuarto que conseguimos a un precio decente era con una litera pero la gran ventaja es que teníamos cocina compartida y podíamos cocinar nuestros desayunos saludables atascados de verduras como nos gustan y que no habíamos podido hacer desde hace varias semanas, o tal vez hasta meses. 

Dejamos nuestras cosas y salimos a recorrer Gyeongju que justo nos recibió con un clima no muy bueno y que según el pronóstico iba a empeorar en los próximos días. Había muy poquita lluvia pero mucho viento y muy frío. Ni modo, así nos tocó, así lo tendremos que conocer, aprovechemos hoy que no está tan mal. Gyeongju fue por casi mil años, desde el 57 ac hasta el 935 dC, la capital del reino de Silla que ocupaba casi toda la península de lo que hoy es Corea del Norte y Corea del Sur así que en su momento fue súper importante. Desafortunadamente a lo largo de la historia con las invasiones de los mongoles, las invasiones japonesas y los neo-confucionistas casi nada quedó de lo que alguna vez fue la gran Gyeongju.

Empezamos a pasear por un pueblo súper lindo con arquitectura típica coreana, evidentemente influenciada por China. Todo estaba lleno de negocios y turistas caminando por sus calles, comprando en sus tiendas y comiendo en sus restaurantes. Se notaba que era un lugar dedicado al turismo. 

Llegamos hasta un parque con unos pequeños cerros que eran tumbas reales de monarcas y otras personas importantes del reino de Silla. Por suerte ese día nos tocó que se estaba celebrando el 50 aniversario de las primeras excavaciones arqueológicas del sitio y la entrada era gratuita. No sólo eso sino que vimos que más tarde, al anochecer, iba a haber un show de luces y sonido ¡Excelente! Al rato regresamos. De todos modos aprovechamos ese momento para pasear por el sitio que estaba muy bonito para caminar porque estaba hecho todo como un parque contemplativo.

Llegamos hasta donde vimos un observatorio astronómico. Este observatorio es el primero del que se tiene registro en Asia, es del 635 dC. Interesante. Pasamos también por un pequeño bosque que consideran sagrado porque según cuenta la leyenda ahí milagrosamente nació el fundador del reino de Silla.

Ahí a un lado vimos que lo que actualmente era un parque en algún momento habían sido los edificios administrativos del reino, cruzamos unos fosos y subimos un cerro artificial para encontrarnos con los terrenos donde estaba el Palacio Real. Vimos que todavía el sitio es lugar de excavaciones e investigaciones arqueológicas y que invitan a niños a que ayuden con las excavaciones ¡Qué increíble! Quiero ayudar.

Al atardecer entramos a lo que fue el Palacio del Príncipe llamado Anapji, vimos la maqueta con la representación a escala del palacio completo que estaba magnífico. Una pequeña parte del palacio la reconstruyeron y, sobre todo en la noche con la iluminación que le pusieron, se veía espectacular. Casi todos los coreanos van por la noche a visitarlo porque saben que es el mejor momento.

Saliendo de ahí regresamos al parque de las tumbas de los reyes a ver el espectáculo de luz y sonido. Pasamos por varias secciones con diferentes obras de arte muy interesantes que aprovechaban el mismo parque y sus elementos para crear su obra. Lo disfrutamos mucho.

Al día siguiente con un aire terrible y un poco de lluvia fuimos al Museo de Gyeongju. Parecía que a todo Corea se le había ocurrido visitar Gyeongju y como estaba el clima tan feo a todos se les había ocurrido también ir al museo. ¡Oh no! Hay demasiada gente, ¿qué hacemos? Y siguen llegando hordas y hordas de personas. Pues lo que hicimos fue la única opción que teníamos: entrar al museo junto con todos los demás y la verdad que no nos fue tan mal, sólo las primeras salas tenían mucha gente pero después disminuyó la muchedumbre y pudimos ver todo con tranquilidad y a nuestro lento ritmo.

En el museo aprendimos un montón de la historia de Silla, de los casi mil años que duró ese reino y de las maravillas arquitectónicas que tenían especialmente en Gyeongju. Aprendimos que en el 527 el reino adoptó el budismo como la religión oficial y de ahí empezaron a construir como locos templos budistas por todo el reino. Varios de esos templos se pueden visitar por todo el país.

Salimos a comer a un restaurante muy cercano pero entre el viento y la llovizna se nos hizo eterno el camino Espero que no nos vaya a hacer daño este viento tan frío. Después caminamos de regreso por el mismo parque y bosque sagrado hasta llegar a una zona de casas tradicionales antiguas. Nos encontramos con la primera escuela confucionista de Corea y no pudimos dejar pasar la oportunidad de visitarla.

También visitamos Gyochon que en su momento era todo un campus universitario pero ahora habían puros negocios turísticos, ahí nos calentamos con una tacita de chocolate caliente en una cafetería antes de seguir nuestro frío y lloviznado recorrido del día.

Llegamos entonces hasta el imponente Puente Woljeong que era la entrada a la ciudad real. ¡Qué cosa! ¡Qué puente tan pero tan bonito! Y con esa iluminación nocturna se veía fantástico, parecía irreal, era una vista como de pintura. La arquitectura y decoración coreanas han sido de las que más nos han gustado en el mundo.

Al día siguiente el clima estaba todavía peor así que decidimos ir a otro museo. Nos fuimos nuevamente en autobús gracias al clima. Pasamos a visitar de camino el Templo Bunhwangsa con la pagoda de piedra más antigua de Corea prácticamente en ruinas medio reconstruida. Originalmente era de 9 pisos pero hoy sólo quedan 3. En el Museo de Gyeongju habíamos visto varios objetos importantes de este templo, entre ellos el Buda de la Medicina al que la gente reza para tener buena salud. Se descubrió que esa escultura estaba hecha en realidad de bronce pero cubierta de un material que hacía que todo pareciera de piedra. Se piensa que eso lo hicieron para protegerlo y que invasores no lo fundieran para hacer armas o moneda.

Después caminamos unos cuantos metros que nos parecieron eternos entre el viento y la llovizna hasta entrar al Museo del Templo Hwangnyongsa con una pagoda a escala 1:10.  Ese templo es el más grande que Corea ha tenido en su historia.  La leyenda cuenta que ahí se estaba construyendo el palacio real pero que debido al avistamiento de un fenómeno meteorológico en forma de dragón el rey decidió cambiar el proyecto por un templo. Años más tarde la reina en turno mandó a construir la pagoda más alta de su tiempo.

Actualmente se tiene el proyecto de reconstruir todo el templo idéntico al original incluido el buda gigante que tenía y que vimos en el museo la representación de la cabeza de tamaño real. Cuando hagan eso y lo completen tendremos que regresar a verlo, será algo sin duda espectacular.

El siguiente día el clima seguía horroroso y a Alfred le empezaba a dar tos así que decidimos tomarlo de día de planeación y descanso, lo bueno es que ya habíamos conocido lo más importante. 

El último día por la mañana, el día que ya nos íbamos de Gyeongju amaneció  con un cielo despejado y el sol brillando con todo. Aproveché para salir a correr, Alfred no estaba en tan buenas condiciones con la tos que le estaba empezando. Pero yo corriendo me sentía yo Heidi entre los parques y las flores que no habíamos podido disfrutar tanto los días anteriores. Sí que se veía diferente Gyeongju con un día bonito. Lástima que ya nos íbamos, ya tenemos pretexto para regresar.

La opinión de Alfred sobre Gyeongju:

Lo mejor: El puente probablemente es el puente más bonito que hemos visto en este viaje. Sin duda. Es padrísimo ir caminando y de repente encontrártelo y sobre todo de noche iluminado de manera espectacular. Si bien es cierto es una reconstrucción, Corea es muy bueno reconstruyendo sus tesoros nacionales del pasado.

Lo peor: Los últimos días nos llovió horrible, estuvo haciendo un frío terrible y nos dio catarro que estamos padeciendo ahora mientras escribe Lulú esto.

Lo más chistoso: Fuimos a comer a un restaurante coreano alejado de la zona turística y muy a señas nos dimos a entender con la dueña del lugar. Toda la gente en Corea se ha portado súper amable con nosotros y luego sin pedirlo nos dicen cómo comer la comida y demás. Se acercó la dueña a prepararnos un taquito de lechuga con carne y kimchi y ¡tómala que le mete el taco en la boca más grande de lo que Lulú podía masticar! Ante la risa de la gente en el restaurante que se va conmigo y hace lo mismo y ¡órale a comer!. Y pensábamos que sólo lo había hecho con nosotros por ser extranjeros pero cuando ya nos íbamos nos dimos cuenta de que estaba haciendo lo mismo con unos coreanos en otra mesa así que parece que es tradición que la dueña le prepare los tacos a la gente y se los meta a la boca a la fuerza.




















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