Ayutthaya, Tailandia: la antigua capital del gran imperio de Siam

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2 de febrero de 2022. Esta vez tuvimos un viaje muy corto desde Bangkok hasta Ayutthaya, sólo una hora de camino en tren ¡qué maravilla! Ahora sí sabemos apreciar los viajes cortos que son tan escasos para nosotros. Llegamos con toda la tranquilidad del mundo a nuestro alojamiento en una calle muy tranquila, en realidad todo Ayutthaya estaba muy muy tranquilo. En la noche cuando quisimos salir a cenar casi no había nada abierto y es que la mayoría de la gente que visita Ayutthaya lo hace en un tour de un solo día desde Bangkok pero nosotros quisimos darnos más tiempo para conocer esta bonita ciudad que alguna vez y durante 400 años fue la capital del gran reino de Siam. 

Al día siguiente de nuestra llegada nos pusimos a recorrer a pie toda la parte histórica de la ciudad en ruinas, había mucho calor y humedad pero por suerte ese día estaba nublado así que caminar sí era viable. Hay pronóstico de lluvia, más vale que nos llevemos los impermeables. Nos enteramos de que fue fundada en 1350, durante los siguiente siglos creció y floreció como una de las ciudades más importantes de la región, el reino de Siam y el reino de Burma, que hoy es Myanmar, tenían constantes conflictos por querer ganar territorio, en algún momento del siglo XVI llegaron a firmar la paz pero en el siglo XVIII volvieron los conflictos y en una de esas Burma atacó Ayutthaya, la incendió y destruyó casi por completo. Desde ese momento la ciudad quedó en el abandono ya que Siam cambió su capital a Bangkok.


Durante todo el día estuvimos visitando varios templos: Wat Ratchaburana, Wat Maha That, Wat Tammikarat. Todos estos completamente en ruinas que nos recordaban un poco que vemos cuando viajamos en México y vemos las ruinas de antiguos centros ceremoniales. La gran diferencia y lo que nos pareció especial sobre estas ruinas es que la religión que se profesaba en ese entonces cuando fueron contruidos es la misma que se profesa el día de hoy y que la gente que va muchas veces llega a rezar ante esos antiguos y desgastados Budas. Muy curioso.

Al Wat Ratchaburana pudimos entrar a una parte de su torre central o prang donde se encontró un gran tesoro del que sólo de conserva el 10% porque el resto fue robado por saqueadores. Este templo fue construido en el siglo XV. Cuentan que cuando murió el rey dos de los hijos murieron en duelo sobre elefantes tratando de obtener el trono. El tercer hermano que quedó vivo por llegar tarde a la batalla fue el ganón del trono. Parece que en este caso a quienes madrugaron Dios no les ayudó. Y entonces construyó este templo en honor a sus dos hermanos que fueron cremados en ese lugar.

Así estuvimos recorriendo entre jardines y pequeños lagos las ruinas de los diferentes templos y aprendiendo sobre sus historias. Otro templo que nos llamó mucho la atención es el Wat Na Phra Meru Rachikaram, obvio que no me aprendí ese nombre ni puedo siquiera decirlo bien. Ese templo nos lo encontramos en muy buenas condiciones, completo y en total funcionamiento porque no fue destruido junto en el resto de la ciudad, de hecho la ubicación de ese templo fue usado por los burmeses para desde ahí disparar los cañones y destruir el palacio real, y sí, vimos que efectivamente era una excelente ubicación y que del palacio real ya no quedaba nada de nada.

Seguimos caminando encontrándonos con más ruinas de templos que alguna vez habían sido una maravilla. Nos encantó estar viendo templo tras templo e imaginarlos como alguna vez fueron en su época de esplendor. Afortunadamente al haber visitado antes Bangkok nos pudimos dar una buena idea de cómo eran esos templos, estupas y prangs completos y totalmente decorados. En uno de ellos, el Wat Lookayasutharam nos encontramos con un buda reclinado como el que vimos en Bangkok, sólo que éste ya no tenía un templo que lo cubriera ni decoración alguna en su superficie, pero por lo demás era igualito.


Para terminar el día y visitar unos templos más pasamos caminando a un lado de un sitio donde tienen a elefantes para montarlos y hacer paseos sobre ellos, nosotros no teníamos para nada la intención de participar de esta actividad que se sabe constituye un maltrato para los elefantes pero de verdad no pensábamos que estuvieran tan pero tan mal. Vimos a alrededor de cinco elefantes encadenados y sin poder moverse ni 5 centímetros, peor que en zoológico, nunca habíamos visto algo así. Se nos hizo el corazón chiquito de la tristeza de que estos pobres animales los tengan en esas condiciones y peor todavía que haya gente que vaya y pague por ese maltrato. Ojalá que pronto esas prácticas terminen en todo el mundo, nosotros por supuesto ni fotos les tomamos, eso es algo que nadie debería de querer ver.

Finalmente llegamos a los últimos templos a visitar. El Wihan Phra Mongkhon Bophit, ahora totalmente restaurado y en funcionamiento, durante siglos estuvo totalmente abandonado por la caída de Ayutthaya, el techo estaba derrumbado y la escultura de bronce de Buda, la más grande de Tailandia estaba en muy malas condiciones con la cabeza y un brazo roto. Sin embargo en 1920 se decidió empezar su restauración y al día de hoy está espectacular, si no hubiéramos sabido toda esa historia jamas hubiéramos pensado que esa pieza tiene casi 500 años de existencia.

Al día siguiente se nos acabó el día nublado y ahora sí además del calor y la humedad había un sol que realmente quemaba, lo bueno es que ese día habíamos decidido ir a visitar el Museo Nacional. Hoy no hay pronóstico de lluvia así que podemos dejar los impermeables en el hotel. Tomamos las bicis que nos prestaron en el hotel y en 10 minutos de un paseo bien agradable ya estábamos llegando al museo que al entrar nos sorprendió lo bonito y bien puesto que estaba.

Estuvimos como dos horas paseando por todo el museo que tenía la explicación arqueológica de cada uno de los templos de Ayutthaya, muchos eran precisamente los que ya habíamos visitado, además vimos en exhibición el impresionante tesoro encontrado en Wat Ratchaburana, todo de oro. Espadas, brazaletes, torres de templos a escala y hasta pedazos de hueso que se cree eran de Buda.

Por la tarde fuimos a un paseo en barquito por el canal que rodea todo el centro de Ayutthaya y que incluía bajarnos en tres templos. Primero visitamos un templo con un Buda gigante de 19 metros de alto venerado como protector de los marineros.

Nos subimos de nuevo al barquito y que empieza a llover, primero muy leve pero en cuanto nos bajamos para visitar el segundo templo que se suelta la lluvia ¿No nos trajimos los impermeables? Malas decisiones que uno toma basándose en el pronóstico del tiempo, así tenía que ser, y no paró de llover así que el capitán de nuestra lancha decidió ya no bajarnos en el último templo que íbamos a visitar porque honestamente con ese aguacero nadie iba a querer bajarse a verlo. Ni modo, aún así el paseo por los canales de la ciudad estuvo súper agradable y tuvimos vistas bien bonitas tanto de templos como de típicas construcciones tailandesas.

El último día y antes de irnos de Ayutthaya salimos a correr por la espectacular zona arqueológica entre árboles, pequeños lagos, puentes y ruinas. Hermoso.


La opinión de Alfred sobre Ayutthaya:

Lo mejor: Es que puedes caminar a todos lados. La zona arqueológica está en el centro de la ciudad, es enorme y parece un gran parque. Puedes comer ahí, caminar, pasear por donde están las ruinas, en la zona hay restaurantes súper deliciosos entonces lo mejor es que todo lo puedes hacer caminando o en bicicleta.

Lo peor: No es temporada de lluvias, es raro que llueva y justo el día que tomamos el tour de la lanchita nos cayó un aguacerazo que nos mojó toda la ropa que traíamos puesta.

Lo más chistoso: Se me hizo muy chistoso que nosotros sí fuimos a desayunar con los locales a los changarritos que abren desde las 5 de la mañana donde sirven cerdo, noodles y muchas cosas deliciosas, y justo a un lado estaba el restaurante de los occidentales comiendo sus huevitos fritos sin saber de lo que se estaban perdiendo.














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