Siem Reap, Camboya: la grandiosa ciudad sagrada de Angkor

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12 de febrero de 2023. Nos despedimos de Tailandia volando desde Chiang Mai y llegando en poco más de una hora a Siem Reap en Camboya, un vuelo muy corto. Hicimos la fila para la solicitud de visa a la llegada, sólo llenamos un formato, pagamos los 30 dólares por persona y listo. Bienvenidos a Camboya. Un proceso extremadamente sencillo. De este país yo no sabía casi nada más que el nombre de su capital, Nom Pen, que la memoricé en la escuela hace años. Por alguna extraña y curiosa razón me sé casi todas las capitales del mundo y sobre todo de los países más remotos y olvidados por nosotros. Mis favoritos no sé por qué son Togo, Bután y Malawi.

Nos hospedamos en un hotel de lujo con recepción gigante, alberca y toda la cosa a sólo 600 pesos la noche. En estos países no es nada común encontrar habitaciones o departamentos en Airbnb a los que les hemos tomado mucho cariño porque nos ha dado la oportunidad de conocer más a gente local y sentirnos en ambientes más hogareños. Ahora en hoteles grandes nos llegamos a sentir hasta un poco extraños, es curioso cómo hemos cambiado sin darnos cuenta.

El primer día en Siem Reap estuvo bien tranquilo, salimos a caminar a las calles en un calor y humedad impresionantes. Siento que estamos en la costa con este clima, y que en un par de calles vamos a llegar al mar. Pero no, no había mar cerca sino solamente un río que atravesamos para llegar a un templo budista muy grande, Wat Preah Prom Rath, que según cuenta la leyenda que un monje budista que iba en su barca llegó milagrosamente a su pueblo después de que su barca a muchos kilómetros de distancia se hubiera partido en dos. Para celebrar esto tallaron un buda que ahora se encuentra dentro de la pagoda de este templo pero que no pudimos ver porque estaba cerrada. De todos modos sí vimos los magníficos edificios y decoraciones que nos parecieron una mezcla entre arquitectura tailandesa e india, la curiosa representación de la barca con el monje, murales con la vida de Siddharta Gautama y Alfred entró a un pequeño templo que las mujeres no tenemos permitido entrar por la impureza que representa la menstruación. Cada lugar y sus reglas, hay que respetar.

Los siguientes tres días los dedicamos a visitar la antigua, mítica, magnífica y literalmente increíble ciudad de Angkor que fue la capital del imperio jemer o khemer por 600 años, desde el siglo IX hasta el siglo XV . Esa ciudad era enorme, se calcula que pudo haber tenido hasta un millón de habitantes, la más poblada del mundo así que como se imaginarán visitar toda la zona arqueológica a pie es casi imposible. Vimos en internet que unos viajeros recomendaban rentar bicis y nos daban ya el itinerario para el recorrido en 3 días. Sí, 3 días suena muchísimo para una zona arqueológica, para una sola ciudad.

Salimos temprano el primer día en nuestras bicis hacia Angkor, nos encontramos con una ciclopistas buenísimas en la ciudad Siem Reap. Cuando ya estábamos por llegar lo supimos porque a un lado y otro de la calle había ya sólo selva, unos pocos kilómetros después estábamos llegando ya al magnífico destino. Detuvimos las bicis para visitar el primero templo, Prasat Kravan, un conjunto pequeño con grandes trabajos de restauración. En Camboya gran parte del territorio es selva muy densa así que igual que sucedió con las ciudades mayas, en cuanto Angkor fuer abandonada la selva se la comió hasta que se fueron redescubriendo, limpiando y restaurando.

Escurriendo por el calor y la humedad fuimos visitando uno a uno algunos templos de esa zona como Banteay Kdei y Srah Srang con un pequeño lago evidentemente artificial que los jemeres usaban como reservorios de agua. Durante los siglos del imperio jemer la religión oficial iba cambiando de hinduista a budista según el rey en turno así que en muchos templos podíamos ver decoraciones mezcladas. Al final la población acabó siendo budista pero con muchos tintes hinduistas. En lo que se ponen de acuerdo nuestros gobernantes nosotros agarramos de todo un poco y ya está.

Descubrimos a un lado de la calle principal de la zona arqueológica unas ciclopistas buenísimas con algunas curvas, subidas y bajadas, que de pronto se metían un poco más a la selva y hacían el recorrido mucho más divertido.

Visitamos el templo Ta Prohm, uno de los más famosos porque árboles crecieron encima de las ruinas casi a propósito para darle un aspecto único y misterioso. No por nada se eligió como set de filmación de la película Tomb Raider protagonizada por Angelina Jolie, quien por cierto a partir de que fue a Camboya a filmar esta película se interesó por causas humanitarias, empezó a trabajar con la ONU a favor de comunidades de desplazados y refugiados del mundo y adoptó como primer hijo a un camboyano huérfano.

Seguimos nuestro recorrido en bici por otros templos extraordinarios: Pre Rup, East Mebon, Ta Som y terminamos el día en Neak Poan. Cada uno de ellos majestuoso aunque ahora en ruinas y con árboles reclamándoles su espacio natural. El Neak Poan, una isla en medio de un bello lago artificial fue uno de los sitios que más me gustaron de ese día por su aspecto tan tranquilo y en un paisaje tan natural.

Salimos de Angkor ya de noche entre el ruideral de los pájaros e insectos de la selva y llegamos de regreso a Siem Reap después de haber recorrido ese día 42 kms en bici, cenamos, descansamos y le seguimos al día siguiente. Visitamos Phnom Bakheng, uno de los poquitos templos construidos arriba de una de las poquitas montañas de la zona desde donde la vista a los templos de la ciudad Angkor y de la selva era hermosa. Este templo ha costado mucho trabajo mantenerlo por problemas estructurales así que el mero hecho de poder visitarlo hoy en día es todo un acontecimiento.

Después visitamos Bayon Temple que es uno de los más importantes e impresionantes, ubicado justo en medio de las 4 entradas al centro de Angkor. Sólo ahí estuvimos como una hora y media recorriéndolo todo de afuera hacia adentro, viendo el arte tallado que aún queda en murales y tratando de imaginar cuando estaba completo y totalmente decorado brillando en colores blanco y dorado, y en especial las caras que adornan cada una de las torres del templo que quedan hoy sólo 37 de las 49 que tenía. Esas caras dicen que podrían ser algún iluminado, de una deidad hinduista o incluso del rey que mandó a construir el templo. La realidad es que no se sabe.

Visitamos también Preah Khan que por fuera se veía pequeño y como cualquier otro templo pero entramos, caminamos, seguimos caminando y no acababa nunca. Era un templo larguísimo, pasillos y pasillos de construcción. Estábamos asombrados y no podíamos creer lo largo de tal lugar. Al parecer servía como ciudad, templo y universidad budista al mismo y tiempo con hasta 100 mil estudiantes y trabajadores. Esto se sabe por una estela que encontraron. Ya sabiendo esto es lógico que fuera tan grande, aunque sólo pudimos visitar una pequeña parte que está restaurada.

El cielo nos decía que era ya hora de regresar y sí, efectivamente en el camino nos empezó a llover, lo bueno es que traíamos nuestros impermeables y aunque la lluvia no suele ser agradable yo disfruté mucho el camino entre el agua. Regresamos ese día y nos preparamos para nuestro último día visitando esas extraordinarias ruinas. 

Ese último día cerramos con broche de oro porque dejamos lo mejor para el final: el famoso Angkor Wat. Mucha gente piensa que así se llama toda la zona arqueológica pero no, sólo un templo se llama Angkor Wat, el resto se llama sólo Angkor. Viendo un documental aprendimos que no se sabe exactamente por qué se abandonó Angkor, se cree que pudo haber sido por un desastre ecológico que tuvo que ver con la deforestación de la zona, por fallas en los delicados sistemas hidráulicos, por inestabilidad política o por una mezcla de todos esos factores, lo que llevó a que el imperio de Siam, ahora Tailandia, pudiera atacarlos y forzar la caída del imperio jemer teniendo que abandonar la ciudad y fundar la nueva capital Nom Pen.

En Angkor Wat específicamente se descubrió que la masiva construcción no cuenta con cimientos y que el agua que lo rodea cumple la función de estabilizar el terreno debajo del templo dándole siempre humedad y presión para sostenerlo durante tantos siglos. O sea que si se llegaran a secar todos esos fosos de agua que tienen los templos de Angkor a su alrededor entonces se vendrían abajo, algo que esperemos que no llegue a pasar pronto  en la región.

Angkor Wat definitivamente es todo un espectáculo. La entrada magistral, la decoración en sus enormes torres y por supuesto los impresionantes murales de hasta 90 metros de largo nos dejaron con la boca abierta. Afortunadamente antes de ir ya nos habíamos informado sobre el lugar que fue mandado a hacer en el siglo XII por Suyavarman II quien tenía que legitimarce después de haber asesinado al rey y autocoronarse

Pudimos disfrutar muchísimo de lo que estábamos apreciando, del trabajo que costó construirlo y lo que significan los murales que estuvimos viendo, muchos con escenas del Ramayana y Mahabarata, y algunos con escenas de batallas, coronaciones y otros hechos importantes de los reyes, sobre todo de Suyavarman II.

Ya casi de regreso y aunque ya estábamos cansados después de haber estar pedaleando en Angkor por 3 días visitamos un último templo más pequeño, Ta Keo que nos obligó a hacer un esfuercito para subir sus empinadas escaleras Esto me recuerda mucho a las pirámides mayas. Me tomas una foto aquí, decimos que estamos en Yucatán y todos me la creerían. Hasta el clima es el mismo.

Al final de esos 3 días recorrimos 100 kms en bici por una zona arqueológica increíble que seguramente no olvidaremos nunca. Acabamos cansados pero muy felices.

La opinión de Alfred sobre Siem Reap:

Lo mejor: ¡Ay! lo mejor son las ciclopistas de Angkor que puedes recorrer todo el complejo arqueológico en bici y que muchas se meten a la selva. Es muy divertido y también muy bueno para hacer ejercicio.

Lo peor: Nosotros tuvimos suerte porque tuvimos 2 días nublados pero el día que hizo sol puede ser verdaderamente abrumador el calor y sol que que te aplasta.

Lo más chistoso: En los restaurantes muchas personas no hablan bien inglés y nos dió una risa que les pides algo y te dicen que sí a todo pero se van y no te traen lo que pediste.




















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