Ho Chi Minh City, Vietnam: muchas motos, mucha historia y mucha comida

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21 de febrero de 2023. ¡Llegamos hasta la Cochinchina! Literalmente, con un vuelo corto desde Nom Pen, Camboya llegamos a la región sur de Vietnam que los franceses durante la colonia llamaban Cochinchina ¡se nos hizo ir hasta allá! Alfred ya había ido antes a Vietnam pero sólo de trabajo y recuerdo muy bien de lo encantado que regresó del país diciéndome que algún día teníamos que ir juntos. Algunos años después emocionadísimos lo estamos cumpliendo.

Salimos del aeropuerto en taxi y conforme nos íbamos acercando al centro iba aumentando la cantidad de motos en la calle hasta que ya era una marabunta impresionante Yo creo que ni en toda mi vida junta había visto tantas motos como en los últimos 10 minutos. Los coches batallan para moverse entre tanta motos. Durante nuestra estancia en Ho Chi Minh, antes llamada Saigón, tuvimos que aprender la técnica para atravesar las calles: primero borrar de la mente todo lo aprendido previamente sobre cómo atravesar calles, segundo respirar profundamente, tercero contar "3, 2, 1, ahora" y cuarto caminar con seguridad y a paso constante hasta llegar al otro lado de la calle ignorando los fuertes latidos de tu corazón y las cientos de motos que pasan esquivándote por todos lados. La clave del éxito en tal hazaña es no dudar. Si dudas estás muerto.

Al día siguiente de nuestra llegada fuimos a un walking tour con un grupo de españoles guiados por un chico vietnamita que hablaba muy bien español y que nos estuvo paseando por los lugares más emblemáticos de la ciudad. La verdad nos explicó poco pero nos paseó mucho. Pasamos por el edificio del Ayuntamiento, la Ópera y Correos, los tres edificios claramente de estilo francés construidos durante los 100 años que duró la colonia francesa y que dejaron bonita arquitectura, adicción al café y baguettes para desayunar. 

Y por supuesto los franceses también dejaron los antecedentes a la guerra contra Estados Unidos ya que en un principio Francia no quería aceptar la independencia de Vietnam y por sus pistolas decidieron dividir el territorio en Vietnam del Norte con capital en Hanoi bajo gobierno vietnamita y en Vietnam del Sur con capital en Saigón, hoy Ho Chi Minh, con un gobierno títere impuesto por la alianza entre Francia y Estados Unidos.

También pasamos por un monumento al señor don Ho Chi Minh quien fue el personaje más importante para la independencia de Vietnam y la guerra en contra de Estados Unidos, fue una de esas figuras que cambian el curso de la historia por ser la cabeza en las estrategias para ganar su independencia al 100% costara lo que les costara y con mucho dolor, sufrimiento y pérdidas de todo tipo lo consiguieron después de 17 años de terrible y cruel guerra.

Este edificio eran unos apartamentos de oficiales estadounidenses que ocupaban durante la guerra que en 1975 y hoy está lleno de cafeterías ilegales. Esto es porque en realidad ese edificio no tiene permiso de uso más que residencial pero desde 2015 hay cafeterías, restaurantes y bares que han tenido tanto éxito y la gente ya los quiere tanto que cualquier intento para cerrar esos negocios ha fracasado. Todo el grupo del tour subimos a una de esas cafeterías a resguardarnos del sol abrasador y tomar un café frío. Alfred se tomó un café con durian, la fruta más  apestosa del mundo y el resto del día se la pasó oliendo a basura.

Por la tarde fuimos al Ho Chi Minh City Museum que se construyó en 1885 con el objetivo de ser un museo pero al gobernador le gustó tanto que mejor decidió vivir ahí y durante las múltiples ocupaciones por parte de diferentes países como Francia, Japón y Estados Unidos este palacio sirvió como residencia, oficinas de gobierno, sede de la suprema corte de justicia, etc hasta 1978 que se convirtió de nuevo en museo hasta el día de hoy. Visitamos las exposiciones que contenían de todo un poco sobre la historia, la economía y las tradiciones del país incluyendo un búnker que se mandó a hacer uno de los gobernadores y que le sirvió de poco porque de todos modos lo mataron.

Por la noche, Vinh, un vietnamita amigo ultra buena onda de Alfred y su hermana nos llevaron a cenar a un restaurante súper bonito con una comida deliciosa pero sobre todo con una gran compañía. Nosotros dejamos que ellos pidieran lo quisieran del menú y nosotros sólo nos dedicamos a comer cuanto nos pusieron en frente. Nos encantó de la comida Vietnamita que es muy balanceada, siempre ponen en su mesa vegetales especialmente frescos, algo de arroz o fideos y la carne o el sustituto proteínico, y además los postres suelen ser ligeros. Esa última parte a Alfred no le gustó tanto porque le encantan los postres gordos pero a mí sí me hicieron feliz.

Al día siguiente fuimos a un tour al Río Mekong. Habíamos contratado el tour en una agencia de musulmanes así que toda la gente en el tour eran musulmanes malayos y filipinos menos nosotros que éramos los únicos no asiáticos y no musulmanes, y la verdad estuvo muy divertido porque todos eran bien lindos y nos hacían plática a la primera oportunidad que tenían, tenían mucha curiosidad de saber sobre los diferentes del grupo. Después de 3 horas de camino y una parada a una tienda de cosas para musulmanes llegamos a orillas del Río Mekong donde nos subieron a una lancha a motor y nos llevaron a la Coconut Island. Alfred se llevó una gran decepción cuando llegamos porque la pronunciación tan peculiar del guía había hecho que él entendiera Cocoa Donut Island y ya se había imaginado comiendo una torre de deliciosas donas de chocolate, pero no, fue muy triste cuando llegamos a que nos explicaran el proceso para hacer dulces de coco, típicos del lugar. Bueno, también están ricos pero hubiera preferido las donas de chocolate.

De ahí nos llevaron a embarcarnos en unos pequeños típicos botes vietnamitas y a remo nos llevaron por uno de los tantos canales artificiales cubiertos con mucha vegetación que existen en la zona. Por estos canales durante la guerra los vietnamitas transportaban armamento sin que los estadounidenses pudieran detectarlos desde el aire, una de las muchísimas estrategias que llevaron a los vietnamitas a ganar la guerra.

Nos bajaron en una de las muchas paradas del canal para darnos fruta y té mientras que unas personas no muy entonadas cantaban canciones típicas y otras no tan típicas a cambio de alguna propina. De ahí unos carritos de golf nos llevaron hasta otra parada para probar miel y otro tipo de té evidentemente antigripal con polen, limón y miel. Los musulmanes en cada parada compraban y compraban cosas, aún cuando fueran cosas que muy probablemente tenían en sus países. Nosotros nada más disfrutábamos el paseo de aquí para allá y de la compañía tan agradable de esa gente tan linda.

Al día siguiente fue día tranquilo de descanso y planeación y sólo por la tarde nos fuimos caminando hasta llegar a la torre más alta de Vietnam, un edificio enorme de 81 pisos que alberga oficinas y hotel construido en 2018. A un lado de éste además de casas y departamentos de súper lujo también construyeron un enorme parque público lindísimo que recorrimos corriendo y lo pudimos disfrutar mucho sobre todo porque ya era de noche, estaba muy bien iluminado y no hacía ya tanto calor. Con el calorón y la humedad de esta ciudad correr de día por aquí debe de ser un martirio.

Al día siguiente fuimos a uno de los museos más visitados de Vietnam, especialmente por extranjeros, el dedicado a la famosa guerra contra Estados Unidos con datos en concreto sobre lo absurdo que fue esa guerra donde el gobierno de Estados Unidos en un error histórico quiso apoderarse por la mala de un territorio que desconocía por completo y que creía poder controlar por tener más poderío militar. Se topó contra pared cuando resultó que quería acabar con un hormiguero a pisotones. El resultado fueron 17 años de guerra, 3 millones de vietnamitas muertos, 2 millones de heridos y 300 mil desaparecidos.

Vimos muchísimas fotografías de los horrores de la guerra, de los militares que acabaron volviéndose locos y se dedicaron a acabar con aldeas completas de civiles nada más porque sí. Vimos toda una sección dedicada a casos de daños por el famoso agente naranja, ese químico fabricado por varias empresas, especialmente por Monsanto y Dow Chemicals, hecho para ser rociado sobre las plantas y secarlas, y también con los peores efectos tóxicos para el humano que se conocen hasta el momento. Millones de personas fueron expuestas a ese agente naranja, incluidos soldados estadounidenses, quienes sufrieron de daños genéticos y pasaron a sus hijos, nietos y bisnietos todo tipo de malformaciones, parálisis, enfermedades mentales, etc.

Por cierto que las empresas como Monsanto sí sabían de los efectos del agente naranja y aún así por ganar unos cuantos millones de dólares decidieron fabricar el químico y lavarse las manos del uso que el gobierno le daría, hasta hoy han indemnizado a algunas personas víctimas del agente naranja pero por supuesto a ninguna persona vietnamita. Monsanto ha sido la empresa responsable de la fabricación de otras aberraciones como DDT, los cancerígenos PCBs, participó en la creación de las primeras armas nucleares, entre otras cosas y esa empresa siempre ha encontrado la manera de justificar sus malévolas acciones y seguir haciendo sus negocios sucios tan felices como siempre. Hierba mala nunca muere y en su caso se vuelve grande, fuerte y destruye todo a su paso si eso es necesario para obtener dinero. Yo creo que si en nuestra sociedad el concepto de éxito lo relacionáramos con generar un impacto positivo, empresas como esa ni siquiera existirían porque nadie querría trabajar en ellas por lo poco honorable que sería.

El último día nos fuimos de tour a visitar unos túneles que se hicieron muy famosos después de la guerra de Vietnam porque fue el coco de los estadounidenses en esta región. Los vietnamitas en esta zona, desde 1940 durante la guerra de independencia contra Francia, se pusieron a construir toda una red de túneles donde podían ocultarse durante varios días gracias a que tenían hasta cocina y sala de reuniones con sistemas de ventilación disfrazados que el enemigo no podía detectar desde arriba. 

Estados Unidos lanzó operativos completos para detectar y destruir esos túneles por su importancia estratégica en la guerra pero todos los intentos fracasaron porque las entradas estaba muy bien camuflajeadas, eran demasiado pequeñas para los estadounidenses y estaban llenas de trampas. Ese es el ingenio de los vietnamitas alimentado por la firme convicción de no ser vencidos nunca sin importar los costos.

Regresando a Ho Chi Minh fuimos al teatro a ver una obra genial del Bamboo Circus llena de creatividad y talento puro que por medio de música, danza y acrobacias representaban el Vietnam tradicional de los campos y el Vietnam moderno de las ciudades. Fácilmente puedo decir que es uno de los mejores shows que he visto. Al final por supuesto que no perdimos la oportunidad de tomarnos la foto con el elenco.

El último día salimos a correr un poco en la mañana y queríamos ir a un museo pero estaba en remodelación así que descansamos y sólo por la noche Vinh y una amiga suya pasaron por nosotros para llevarnos en moto a cenar. Para nosotros fue toda una experiencia ese recorrido en moto de ida y vuelta siendo parte de las mareas de motos que van moviéndose por las calles cual enjambres de abejas. Nuestro premio por ser valientes y no morir aterrados fue una extraordinaria cena de todo tipo de exquisitos mariscos. ¡Qué verdadera delicia!

La opinión de Alfred sobre Ho Chi Minh:

Lo mejor: Me gustó mucho haber visto a mi amigo Vinh y que nos llevara a una aventura en motocicleta la cual fue padrísimas y aterrorizante al mismo tiempo.

Lo peor: Cruzar la calle es verdaderamente una aventura cada vez que quieres pasar al otro lado.

Lo más chistoso: En uno de los tours nos encontramos con unos filipinos y en cuanto les dijimos que somos de México nos contaron que eran súper fans de Thalía y que habían visto todas las Marías. Eran tanto el furor en Filipinas que la gente se salía del trabajo o no iban a la escuela por ver capítulos de las novelas.


















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