Melaka, Malasia: el puerto origen de la historia del país

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3 de abril de 2023. Desde Ipoh tomamos un autobús hasta Melaka, una de las ciudades históricas más importantes de Malasia y que a la gente más le gusta. Habíamos visto recomendaciones de pasar ahí sólo un par de días pero los ñoños de Alfred y yo nos quedamos 4 días completos para aprovechar de la linda ciudad y de la infinidad de museos de la ciudad y aprender muchísimo de la historia de esta ciudad y del país.

Desde Ipoh tomamos un autobús que ya ni amortiguadores tenía, íbamos en nuestros asientos como domando caballos salvajes. A cada brinco nos volteábamos a ver Alfred y yo nos reíamos, no había mucho que hacer al respecto. Después de una breve parada en Kuala Lumpur que está a mitad del camino llegamos a Melaka aliviados por el fin del trayecto. Pedimos un taxi para ir al hotel, nos equivocamos de dirección, a medio camino la corregimos y después de un ratito llegamos a un hotelito hermoso en el centro de la ciudad. Este hotel fue la mansión de uno de los migrantes chinos que hizo mucho dinero de la minería, y ahora es un hotel lindísimo parte del centro histórico de Melaka patrimonio por la UNESCO.

Salimos a caminar y nos dimos cuenta de que en esa misma calle había un montón de otras antiguas casonas hoy convertidas en restaurantes, tiendas, hoteles, etc, todo para el turista feliz ya que Melaka tiene una gran historia. A partir de los 1300 fue el sultanato de Melaka, luego en los 1500 llegaron los portugueses a invadir y hacerse con el territorio, en los 1600 llegaron los holandeses, en los 1800 llegaron los británicos, en la Segunda Guerra Mundial los japoneses se apropiaron del territorio, luego regresaron los británicos hasta que finalmente en 1957 todo Malasia obtuvo su independencia. ¡Vaya! ¡Cuántos metiches en esta historia! Eso ha hecho de Melaka un lugar tan rico en historia, cultura y tan interesante.

En la ciudad cuando salimos a caminar vimos vestigios de toda esta historia. Nos topamos con la tumba de Jebat, un héroe importante de la época del sultanato, llegamos hasta una plaza con varias construcciones pintadas de rojo llamada la Plaza Holandesa que fue construida por los holandeses durante su ocupación, ahí vimos también una curiosa fuente en el centro dedicada al jubileo de la reina Victoria de Gran Bretaña. Pasamos por un costado de los remanentes del fuerte construido por los portugueses y subimos hasta la cima de un cerro donde vimos las ruinas de una iglesia también construida por los portugueses. En muy poca distancia ya habíamos visto prácticamente todas las épocas delante de nuestros ojos.

Al día siguiente visitamos la llamada Baba and Nyonya Heritage House, una mansión lindísima parecida a la que habíamos visitado en Penang que a mediados del siglo XVIII fue la casa de una familia de inmigrantes chinos que llegaron a Malasia a trabajar en la minería en busca de un mejor futuro. En ese entonces China estaba en la pobreza y muchos migraron a otros territorios como éste en busca de oportunidades.

Después visitamos una maravilla de réplica casi a tamaño real del espectacular palacio del sultanato de Melaka del siglo XV con la única diferencia que éste se construyó a un tercio de tamaño. Para esta réplica usaron los mismos materiales y las mismas técnicas que en la construcción original, todo de madera y sin un solo clavo. Entramos al palacio y lo recorrimos disfrutando mucho de las exposiciones sobre historia del sultanato pero sobre todo admirando el fantástico edificio. ¡Qué buena idea haber reconstruido esto!

Al día siguiente pasamos a visitar tres de los templos más importantes de Melaka y que dejan muy clara la mezcla cultural tan maravillosa en Malasia. Visitamos un templo budista chino, un templo hinduista totalmente de India y una mezquita con arquitectura en parte musulmana y en parte china. Los tres templos estaban súper cerquita casi pared con pared lo cual no es muy común en otras partes del mundo donde la gente de cierta religión o cultura quiere imponerse a los demás pero en Malasia es valiosísima la manera en la que han formado su identidad basándose precisamente en esas diferencias.

Por la noche nos llamó la orilla del río para recorrerla corriendo. Nos encantó correr mientras veíamos el reflejo del centro de la ciudad iluminado sobre el río, se veía hermoso. Desde que llegamos a esta ciudad nos sorprendió lo limpio que estaba el río e investigando aprendimos que desde hace varios años el gobierno ha instalado un montón de infraestructura para atrapar en el camino del río la basura que por supuesto existe y tener plantas de tratamiento para retirar contaminantes provenientes principalmente de la agricultura y de la industria que no tratan el agua antes de descargarla al río. ¡Qué bueno que se están haciendo esos esfuerzos!

El día siguiente lo dedicamos a ver algunos de los miles de museos de Melaka porque al parecer se emocionaron y han puesto una cantidad impresionante de museos que para verlos todos con calma yo creo que hay que estar ahí como dos semanas. Nosotros escogimos los que más nos interesaron. Primero visitamos el de Historia y Etnografía donde por medio de pinturas principalmente fuimos aprendiendo de toda la historia de esa ciudad, desde que empezó siendo un pueblucho con casitas de madera y paja hasta que debido a su localización estratégica se convirtió en un sultanato, pasó a manos de los portugueses, holandeses, británicos, japoneses, otra vez británicos, tuvo mucha migración principalmente de China y de India hasta que ganó su independencia. Por supuesto que nos tardamos varias horas en recorrer el museo, era mucha historia que aprender.

Saliendo de ese museo entramos al de Educación donde aprendimos que el mismo gobierno desde que el país se independizó promueve muchísimo la tolerancia entre las diferentes culturas y les enseña a los niños que Malasia es diversidad cultural. Algo súper curioso y bonito es que la gente de todas las culturas comen la comida de todos y celebran las fiestas de todos, entonces no es raro ver por ejemplo a indios y malayos celebrando el año nuevo chino.

Al día siguiente vimos otro museo, éste dedicado a Zseng He, o también escrito Cheng Ho, quien fue básicamente el navegante chino más importante. En el siglo XV, antes de los portugueses Cheng Ho se dedicó a estar viajando por diferentes rutas marítimas con el fin de comerciar y extender su influencia a diferentes civilizaciones. 

Nos impresionó y a la vez nos gustó mucho aprender que Cheng Ho aplicaba políticas de colaboración más que de guerra o de sumisión, él respetaba mucho las diferencias culturales y a sus gobernantes, su objetivo no era hacerse de territorios sino de aliados que comerciaran con China y creía que la paz entre diferentes reinos traería más prosperidad que la guerra por lo que ayudó a resolver varios conflictos entre reinos enemigos. De esa manera logró mantener un buen control de las rutas comerciales entre Medio Oriente, India y China. Fue cuando Cheng Ho murió que China se cerró a la navegación y los portugueses entraron en acción en la región con políticas un poquito más agresivas por no decir destructivas.

El último día en Melaka volvimos a salir a correr, esta vez en la mañana aprovechando de que estaba nublado y que correr a la orilla del río estaba maravilloso. Desayunamos y emprendimos el viaje en autobús a nuestro último destino en Malasia: Kuala Lumpur.

La opinión de Alfred sobre Melaka:

Lo mejor: Me gustó mucho el río y sus alrededores, es un lugar lleno de restaurancitos y museos. Se corre muy a gusto, fue un lugar muy agradable que visitar.

Lo peor: Los primeros días nos tocó muy solo porque es temporada baja, era entre semana y básicamente es el lugar de descanso favorito para los que viven en Kuala Lumpur. Había muchas cosas cerradas y de pronto parecía que éramos Lulú y yo solos en el pueblo, pero luego llegó el fin de semana y se empezó a atascar todo.

Lo más chistoso: Había un puente muy bonito iluminado con luces neón y le dije que se detuviera debajo del puente y cuando estaba tomando las fotos me dijo "cuidado con las arañas". Volteo y arriba de mi cabeza habían tremendas arañas de miedo. Ya cada vez que pasábamos por ese puente yo iba agachado.






















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